Capítulo 12

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'Tienes que dominarte y controlar tus impulsos. No te digo que no sea bueno dejarse llevar por las emociones, por los sentimientos. Pero no pueden ser más fuertes que tú. Por mucho que lo desees o lo necesites, lo último que hay que perder es la dignidad'

-No lo sientas, soy Dani.

La reproducción de esas palabras era como apretar el gatillo que permitió que la bala se incrustase en mí, pillándome de imprevisto.

-¿Estas de coña no?- le pregunté a media voz, manteniendo la esperanza de que todo fuera una broma pesada.

-Ojalá lo estuviera.- agachó la cabeza y se mordió el labio nerviosamente.

Y justo en ese momento, lo vi, vi al pequeño Dani que tanto había echado de menos.

Desde pequeños siempre ha tenido el tick de morderse el labio y agachar la mirada al ponerse histérico. Recuerdo a la perfección como cada noche hacía ese movimiento porque no le dejaba besarme, y así conseguía mi propósito de dejarlo con ganas de más. Pero, joder, lo que habría dado yo todo este tiempo por poder besar esos familiares labios todos los anocheceres. Anhelaba todos y cada uno de los segundos que pasaba a su lado.

El problema era que tenía una gran disputa entre lo que dictaba mi corazón y mi mente.

Lo odiaba, lo odiaba con todo mi ser por haber hecho de mi vida un infierno en el que solo quería morirme, por hacerme caer en un agujero sin salida, pero no podía evitar sentirme más viva que nunca al volver a verlo.

Sí, lo odiaba, lo odiaba tanto que quería vengarme por todo el daño que me había hecho y devolvérselo, pero ese pensamiento desaparecía cuando mi corazón gritaba que lo abrazara con todas mis fuerzas y no lo soltara jamás.

Por mucho daño que me hiciera, siempre me gustaba volver al lugar del crimen y es que no podía evitar sentirme más protegida que nunca entre sus brazos, eran mi gran refugio. Parecía que estábamos predestinados al abismo de querernos.

Pero aun con el corazón gritando su nombre, hice caso a mi mente y mantuve mi dignidad en alto diciéndole que teníamos que ir a hablar a un sitio más privado. No iba a dejar que después de todo me tuviera corriendo hasta sus brazos como un desagradecido títere.

Le guié por el camino ya que era más de una vez las que me había escapado con Jesús. Hablando de él, ¿por qué Dani y Jesús eran tan jodidamente parecidos? ¿Acaso me he estado viendo con el hermano gemelo de Dani? Con tan solo pensar en la de explicaciones que me tenía que dar Dani ya me dolía la cabeza.

Escogimos un bar rural y nos sentamos como si nada a hablar, con el café en una mano y el corazón en la otra. Aun con la bala atravesando mi corazón y sangrando y llorando a mares, conseguí sacar una sonrisa de más haciéndole ver que era fuerte.

-Me prometiste que no te irías...- hice una pausa, al tanto de que hablar de esto iba a ser mucho mas difícil de lo que me imaginaba.- Me dejaste promesas sueltas, dime ¿dónde se quedaron todos esos juramentos de que jamás me abandonarías?

-No lo hice, nunca me fui. De una forma o otra, siempre he estado vigilándote desde la oscuridad.- me fundí en un llanto desgarrador con lo cual Dani siguió hablando.- Sé que la forma en la que me fui no fue la correcta. Pero pensé que era mejor para los dos, el no hacernos más daño despidiéndonos, preferí inventarme una mentira y largarme sin más. Porque necesitaba irme, y sabía sin duda alguna que si te veía llorando no sería capaz de hacerlo.

-Vigilándome en la oscuridad- solté una risa irónica sin creerme sus palabras, llenas de mentiras.

-No quería llegar a esto, pero sintiéndolo mucho las casualidades no existen. Yo mandé a Jesús para que te protegiera, mi estado de ánimo dependía del tuyo y no soportaba verte tan mal. Siempre he tratado por medio de tu madre que estuvieras bien, pero cuando vi que no era posible puse a Jesús en medio de tu camino para ayudarte a seguir adelante.

Ya empezaba a creerle, pero eso solo lo empeoraba todo, porque cada frase que decía era un puñetazo más para mi corazón. ¿El poco tiempo que he estado feliz sin él, en realidad, era gracias a él? No podía ni imaginarme que Jesús me hubiese traicionado, que él formase parte de toda esta historia. Hasta mi propia madre. Aunque, quizás ellos solo querían ayudarme a salir de ese vacío, mi madre siempre ha hecho lo posible y lo imposible por verme sonreír.

-¿Si viste lo mal que estaba porque no me ayudaste tú a salir de ello? Lo único que necesitaba era un 'todo va a ir bien' tuyo.

-No todo es tan fácil como crees en mi vida. Lo que importa es que ahora estoy aquí, y no voy a volver a dejarte caer.

-No estoy bien, necesito descansar.

-Te quiero.- se me erizó la piel de pies a cabeza, había deseado esas palabras todas las noches de mi vida, pero nunca obtuve respuesta ninguna.

Así que, tal y como él hizo durante tantos años, le dejé con la última palabra. Le dije que necesitaba descansar, pero lo que realmente necesitaba era una buena dosis de amnesia que atrapara todos estos terroríficos sentimientos y se los llevara bien lejos.

Intuía que si se fuera otra vez, no habría ni Dios que pudiera volver a sostenerme, sería incapaz de vivir con ese vacío.

Es hora de saber quien podrá más, ¿el corazón o la mente?

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Capítulo dedicado a @yolaandarlnz y @AnaValenciaFernandez

Vigilándote en la oscuridad {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora