Vigilándote en la oscuridad {Gemeliers}

Capítulo 1

[Pequeña introducción]

'¿Alguna vez has tenido un sueño tan real que te enfureciste cuando despertaste?'

***

-Venga niños a la cama.- chilló mi madre mientras nos enviaba a dormir.

-No es justo.-me paré- Ya tengo nueve años y tu me tratas como una niña- coloqué una mano sobre mi cadera aparentando estar indignada.

-Y yo once- Dani agarró mi otra mano apoyando mi propuesta.

Mi madre rió y negó con la cabeza- Venga que ya es tarde.

Estaba dispuesta a no moverme de ahí, pero Dani lo hizo y mamá siempre me decía que él era como un hermano mayor al que tenía que hacer caso. Aunque más bien eramos amigos, quizás algo más... Esta claro que él me quiere pero no quiere admitirlo.

Corrí tras mi hermano adoptivo y salté en la cama para luego tumbarme a su lado. Mamá empezó a contarnos la historia de todas las noches y luego se fue apagando las luces. Dani me abrazó por detrás como todas las noches desde que tenía un año.

-Mery - me giré para poder mirarlo, sin deshacerme de sus brazos- ¿Crees que mis padres volverán?

Sus padres lo abandonaron cuando el tenia apenas 3 años, mi madre lo adoptó y por eso él se convirtió en mi hermano. Siempre hacíamos todo juntos, las 24 horas del día no nos separábamos el uno del otro ni para ir al baño. ¿Que si creía que sus padres volverían? Claramente no, pero nunca se lo diría.

-¿Mery?- repitió Dani.

-¿Tu quieres que vuelvan?- me decepcionaba que él quisiese que sus padres volviesen. ¿Acaso no prefería quedarse conmigo? ¿Estaba dispuesto a abandonarme si sus padres volviesen por arte de magia?

-Por nada del mundo, te prefiero a ti mil veces.- colocó un mechón suelto de mi cabello detrás de la oreja.

-Son tus padres, pensé que los querías.-dije acachando la cabeza.

-Y lo hago, pero no puedo volver con ellos.

No pregunté nada más. Nos quedamos mirándonos en silencio hasta que nos dormimos. Sabía que el no quería contarme nada más allá de eso.

Ya dormida, noté como se deshacía de mi abrazo, pero luego volví a tocar algo mas blando así que me tranquilicé. Sentí como alguien apretaba mis labios con suavidad. ¿Eso era un beso? Mamá siempre dice que eso solo lo hacen los novios que se quieren mucho. Logré escuchar la voz de Dani hablando con mi madre.

-Debo irme de una vez por todas, van a volver, los noto cerca. No quiero que os pase nada, y mucho menos a ella.- Noté como alguien me acariciaba el hombro.

-Lo siento Dani, siento que debas irte pero sé que esto es lo mejor para todos.

-Gracias por ser la mejor no madre del mundo. Cuida de ella, por favor.- distinguí su suave voz, parecía estar llorando. De nuevo sentí esa presión en los labios y el contacto de su cara con mi mejilla hizo que me mojara con una de sus lágrimas- Te quiero princesita.

Escuché el sonido de la ventana abrirse. Toqué mi mejilla sintiéndola mojada y me dí cuenta de que no estaba soñando. Abrí los ojos de repente y ví a mi madre llorando desconsoladamente. Corrí hacia la ventana con las lágrimas inundando mis ojos.

- ¡DANI! ¡NO TE VAYAS!- me asomé por el viejo ventanal y ví un niño en pijama y con unas grandes alas colgando de su espalda que se agitaban con rapidez mientras se alejaba volando. Mi madre los llama ángeles, como en los cuentos que siempre nos cuenta por las noches. Esperad, ese pijama...- ¡DANI! ¡TE AMO! ¡VUELVE!- el ángel se giró y divisé el rostro de Dani lleno de lágrimas.