Capítulo 19

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'Eran amantes eternos. Buscarse y encontrarse una y otra vez era su karma.'

(Narra Mery)

-Mery... Cariño, despierta.

Me alcé para quedar sentada en la cama y estirarme, para luego darle un abrazo a mi madre como siempre hacía. Me trajo el desayuno a la cama y se fue a preparar la comida.

Era irónico que fuese ella quien me tratase como una reina ya que quien se merecía ser tratada como tal era ella. Por aguantarme tantos años a pesar de mi depresión, por no derrumbarse con mi constante pesimismo, por sacar siempre una sonrisa cuando yo le hacía la vida imposible, por seguir siempre fuerte y apoyándome.

Era consciente del daño que le hacía a mi madre, por eso a veces intentaba fingir que estaba bien, pero otras tantas, era imposible intentar sustituir una sonrisa por una cascada de lágrimas.

Y es que, ¿cómo le dices a la mujer que te dio la vida que ya no tienes ganas de vivir?

Todavía recuerdo cuando después de tres años de terapia sin encontrar solución alguna a mi problema, mi psicólogo me dijo:

-Nunca había visto nada parecido, tal vez la vida no es para todos.- y se encogió de hombros, como si de nada se tratara.

El sonido de alguien tocando la puerta de mi habitación interrumpió mis pensamientos y fui a abrir la puerta.

-¡Dani!- fui corriendo a abrazarle.- ¿Qué haces aquí?

-Mi pequeña.- susurró en mi oído aun sumergidos en un abrazo.- Nuestra cita comienza. Vamos abajo, tengo una sorpresa para ti.

Un guitarrista estaba sentado sobre una silla de madera en el salón de mi casa, a la espera de Dani, el cual se sentó a su lado.

-Esto va por ti, y por toda la historia que hay detrás de nosotros.- me miró fijamente a los ojos.

'Me dediqué a perderte

y me ausenté en momentos que se han ido para siempre

me dediqué a no verte

y me encerré en mi mundo y no pudiste detenerme

y me alejé mil veces

y cuando regresé te había perdido para siempre

y quise detenerte

entonces descubrí que ya mirabas diferente...

Me dediqué a perderte

Me dediqué a perderte.'

Con solo escuchar su voz cantando fue capaz de llevarme a otro mundo, era de las voces que conseguía ponerte la piel de gallina, de tranquilizarte y hacerte sentir que todo va a ir bien.

Desde pequeño le había gustado cantar, pero no tenía ni idea de que su voz había evolucionado tanto.

Cuando terminó tanto yo como mi madre aplaudimos, orgullosas de él. Solo había que ver la sonrisa de mi madre para saber que quería que me fuera con él, lo sentía como su propio hijo.

Pasamos mucho tiempo viendo los videos caseros de cuando eramos niños que mi madre tenía guardados, riéndonos el uno del otro, castigándonos con cosquillas, premiándonos con besos y muriéndonos de risa al ver esos recuerdos.

Cualquiera que nos viera diría que somos una pareja feliz y consolidada, disfrutando de su tiempo juntos, quién sabe, quizás pronto lo seamos.

Para la hora de cenar Dani me obligó a vestirme elegante. Elegí un vestido negro largo y ceñido, con la espalda descubierta y un corte precioso en la pierna derecha.

Entendí el por qué cuando llegamos al destino, Dani preparó una gran sorpresa en un local. Llenó el sitio de velas y pétalos de rosas que formaban un camino que llevaba al sitio de la cena. Habían fotos nuestras de pequeños colgadas por el recinto, las cuales rodeaban una mesa para dos.

Y ahí estaba él, el chico que me ha dado tanto los mejores como los peores momentos de mi vida, el que me ha hecho llorar y a la vez reírme a carcajadas aun con lágrimas en los ojos.

Sí, quien me ha causado una depresión de años, pero también una sonrisa que nadie era capaz de quitarme. Dani, el chico más importante de mi vida hasta ahora.

Me apresuré a ir a darle un beso apasionante y lleno de ganas, que duró segundos, quizás minutos. Perdía la noción del tiempo cuando estaba con él.

-De verdad, no me merecía esto, te ha debido costar mucho trabajo.- le confesé emocionada, incrédula por la sorpresa.

-Nada me cuesta esfuerzo si lo hago por ti. Toma asiento.- apartó la silla para que me sentara como un verdadero caballero.

Era obvio que entre Dani y yo había una química increíble que solo nosotros dos entendíamos. Había echado tanto de menos sentirme tan querida por alguien, sentirme importante, sentir que valgo la pena para alguien como sentí en esa noche. Y es que, con solo mirar a Dani a los ojos me sentía especial, por como me miraba, por como me quería, me respetaba y me apreciaba.

La verdad es que he perdido la cuenta de la de veces que me atraganté con la cena por que me hacía troncharme de risa, de la de veces que me perdía en su mirada.

-Brindemos.- ordenó Dani. Cada uno cogió su copa y entrelazamos nuestros brazos para beber el uno del otro.- Por poder ver tu sonrisa al despertarme todos los días de mi vida, por que días como estos se repitan, por poder disfrutar de ti, por ti, por mí, por nosotros. Por que te quiero.

Empecé a temblar al escuchar sus preciosas palabras, no solo porque me habían llegado al corazón, sino porque me sentía incapaz de decirle palabras como esas. No había pensado en Jesús ni siquiera durante un segundo en todo el día hasta entonces, por que yo seguía sin tener claros mis sentimientos.

Dani posó su mano sobre la mía para tranquilizarme y que dejara de temblar.

-Tranquila, se que no te sale natural decir que sientes eso por mí, te entiendo, no te preocupes.

-Por que seamos felices que nos lo merecemos, por ti, por mi, por nosotros.- pronuncié a media voz, chocamos las copas y bebimos.

Se nos hizo difícil despedirnos ya que no sabíamos si este iba a ser un adiós definitivo o un adiós de muchos otros.

-Gracias por lo de hoy, Dani. Te quiero.

-Gracias a ti pequeña, no por lo de hoy, sino por todo estos años. Te amo.

Me dio un corto beso en los labios para luego irse, dejándome con un sabor agridulce y sin palabras.

Sin duda alguna este había sido uno de los mejores días de mi vida, pero tenía claro que Jesús no iba a ser menos.

Estar con un Dani tan romántico, fiel y cortés había sido fantástico, pero todavía falta la cara opuesta, estar con el engreído, presumido y chulesco Jesús, que por lo que yo creo, no tiene ni idea de lo que es el romanticismo, pero aun así, siempre acaba sorprendiéndome con su peculiar personalidad.

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A las que os guste Dani para Mery os habrá encantado este capítulo, y a las que les guste Jesús os digo que va a sorprender en el próximo capítulo, como siempre lo hace. Luego estarán las típicas que cuando está con Dani les encanta Dani pero cuando está con Jesús les encanta Jesús, indecisas. Hasta yo estoy indecisa, no sé a quien elegir.

Bueno, me cuesta subir los capítulos ahora que estamos en vacaciones, así que CUANTOS MÁS VOTOS Y COMENTARIOS HAYA EN ESTE CAPÍTULO ANTES SUBIRÉ EL PRÓXIMO CAPÍTULO.

Este capítulo se lo dedico a beautiful_girlsX27 por el mensaje directo que me ha dado muchísimas fuerzas.

Vigilándote en la oscuridad {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora