Capítulo 20

1.5K 124 44
                                    

(OS RECOMIENDO QUE EN ESTE CAPÍTULO OS IMAGINÉIS QUE SOIS MERY Y QUE A QUIEN ESTÁ HABLANDO JESÚS ES A VOSOTRAS, OS ENCANTARÁ)

'¿Quién querría olvidarse de ella?

Si era la chica por la que te arrojarías al mar profundo,

por la que te lanzarías desde el cielo sin paracaídas,

y por la que no te importaría,

en absoluto,

vivir en el desastre.

Que desastre más bonito era verla sonreír estando triste.'

(Narra Mery)

La voz de Jesús a todo volumen interrumpió mis dulces sueños.

Me asomé por la ventana a duras penas y divisé a Jesús apoyado con el brazo en su moto y sosteniendo un altavoz sobre su boca, el cual nada más verme apartó para dejar ver una gran sonrisa.

Me había olvidado por completo, hoy era el día de nuestra cita.

-Ya era hora, deja tu cama de ensueño que tengo preparado un precioso desastre para ti. Anda, vístete.

-Enseguida bajo.

-Ah, y nada de vestiditos elegantes, ponte algo cómodo, estarás perfecta con cualquier cosa.

Sonreí ante su comentario y me vestí rápidamente con unos jeans anchos y remangados por el tobillo, un top negro y mis deportivas favoritas. Arreglé mi cabello rápidamente y salí a verle.

-Buenos días dormilona.- me dio un corto abrazo.- Que bonita estas sin maquillaje, joder.- apartó un mechón de pelo de mi rostro.

-Oh dios mio, con las prisas se me ha olvidado maquillarme, ahora vu...- enseguida Jesús me cogió del brazo para girarme en su dirección y colocó sus dos manos sobre la mía. No es que me maquillara mucho, pero nunca salía de casa sin hacerme la línea y ponerme rímel.

-Déjate de complejos, estás muy linda así.

-No me habría olvidado maquillarme si me hubieras despertado como una persona normal en vez de con un altavoz.

-Venga ya, la princesita esperaba despertarse con un precioso desayuno, que le cantara una canción o que la llevara una preciosa cita como la de las películas pero en vez de eso se ha encontrado con alguien despertándola con un ruidoso altavoz, y vestida como para ir al instituto, qué pena.- hizo un puchero. Era increíble como había descrito sin querer la cita de Dani.- Tendrás que conformarte con este magnífico bombón.- dijo, haciendo referencia a sí mismo.

-¿Un bombón? ¿Dónde? No veo ninguno por aquí.- le contesté para picarle, conteniendo la risa.

-¡Aquí he encontrado otro!- exclamó, cogiéndome como a un saco de patatas y dando vueltas mientras chillaba 'mi tesoro'.

Después de mil peticiones de que me soltara me dejó sobre el sillín de la moto, estallando los dos en una gran carcajada.

-Te odio, en serio, te odio.- le dije mientras apretaba mi tripa por que me dolía de tanto reír.

-Pues ahora me vas a odiar todavía más, porque tampoco he traído una limusina para llevarte a tu castillo, más bien, vas a tener que ponerte esto.- me entregó un casco.- y agarrarte fuerte.

-Oh no, de eso nada, no pienso subirme a la moto, ¡me quieres matar!- él simplemente se reía mientras me contemplaba.- ¿se puede saber de qué te ríes? Estoy acojonada.

-De que digas lo que digas te vas a tener que subir. - se agachó para mirarme ya que yo estaba sentada.- No se puede pretender estar en lo alto de la montaña rusa, siempre en las nubes, sin caerse. A veces hace falta un poco de riesgo, para luego disfrutar mejor la calma. El peligro es una de las mejores cosas de la vida si en vez de atemorizarte empiezas a disfrutar.

-Confío en ti.

Jesús sonrió victorioso, se puso el casco y arrancó la moto. Estuvo hablándome durante 5 minutos de cosas insignificantes hasta que se dio cuenta de que yo no podía prestarle atención al estar concentrada en sujetarme de su torso y básicamente temblando con la constante sensación de que me caería.

Pero, pensé en la metáfora de la montaña rusa que él había utilizado. Siempre he sido una chica de riesgos, de subidas y bajadas, aunque las bajadas parecieron haberse enamorado de mí durante un tiempo pasado en mi vida. Me imaginé que Jesús era como la barra de seguridad de las montañas rusas, que nada podría hacerme daño si me agarraba a él, entonces solo tocaba disfrutar. Abrí los ojos, observé el precioso paisaje y grité como si estuviera en una verdadera atracción. Sentí la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo, haciéndome sentir viva.

Tal y como quiso Jesús, disfruté el peligro, y me gustó como nunca antes lo había hecho.

-Así me gusta.- dijo Jesús.- Escucha, te tengo una sorpresa, mira hacia abajo, y cuando yo te diga, levantas la mirada. ¿Vale?

-De acuerdo.- seguí sus órdenes presa de la curiosidad.

Me estaba sorprendiendo a mí misma lo mucho que me estaba gustando esta cita con tan poco. Y es que, cuando se trataba de nosotros, no nos hacía falta ninguna velada romántica o un encuentro pasteloso para ser especial.

El simple hecho de vacilarnos continuamente hasta estallar en carcajadas mientras comíamos una pizza era especial, disfrutar sus locuras y compartirlas con él era especial, como saltarse las clases mientras disfrutábamos de un desayuno en la terraza, como que te despertase con un altavoz se convirtiera en algo bonito, o hasta disfrutar un paseo en moto a una velocidad extrema. El peligro se convertía en una zona de comfort si le tenía a él a mí lado.

-Ahora, mira hacia arriba.

Y así lo hice, viendo el detalle más bonito que alguien había hecho nunca por mí.

Una sábana colgaba del puente Abril, con letras impresas en negro que decían :

'Quiero que seas mía para siempre,

CHICA DE PORCELANA.'

-----------------------------------------------------------------------

Lo de chica de porcelana es porque Jesús la definió así en un capítulo, por si no os acordáis 'valiosa, pero frágil...'

POR FAVOR VOTAD Y COMENTAD SI OS HA GUSTADO Y QUERÉIS QUE SIGA PRONTO, FALTA LA PARTE 2 DE LA CITA.



Vigilándote en la oscuridad {Gemeliers}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora