New Akatsuki Family

Capitulo III

  El cielo se pintaba de naranja y el sol se escondía entre las montañas, ya llevaban horas corriendo entre los árboles, los adultos se encontraban cansados y ni hablar de las menores.  

—¡Tengo hambre!—Exclamo fastidiado el jashinista.

—Yo estoy demasiado cansado, hm—Decía acostándose en el verde pasto.

—Levántense—Ordenaba la mujer mayor presente—En treinta minutos llegamos a la dichosa montaña—Decía con fastidio. No lo podía negar, estaba cansada y con sueño.

—¡Es-esperen!—Hablo Sakura—Mmm... es que... no sabemos si hay comida, según lo que me han contado, ahí era donde Tsunade-sama se escondía, no sabemos si dejo comida, y si lo hiciera debe de estar caducada y las papas fritas no son el mejor menú para ustedes en este estado—Hablo la chica.

—Lo siento Sakura, pero no tenemos dinero para comprar comida—Decía el peliplata con una gota de sudor en su frente mientras tocaba su vientre de arriba abajo, ya que durante su recorrido no podía negar que esta le pesaba algo, no mucho puesto que no estaba tan grande, pero sí le pesaba un poco. 

  Sakura al escuchar a su sensei decir eso contuvo sus ganas de llorar, tenía mucha hambre, solo había desayunado una ensalada de frutas, la cual dejo a la mitad, ya que su madre le dijo que estaba comiendo demasiado, así que no le quedo más remedio que dejar su desayuno. Quería morirse, pero recordó que ella en su monedero guardaba dinero así que decidió bajar su mochila bajo la atenta mirada de todos—Yo tengo un monedero con mis ahorros de las misiones—Aclaraba—Espero Tsunade-sama haya podido lograr tomar mi monedero—Decía mientras su estómago rugía ganando miradas de remordimiento de tres de los adultos y la niña castaña—¡Sí!—Grito sacando un monedero rosa en forma de gato, lo abrió y dejo ver muchos billetes los cuales estaban algo arrugados por la presión del pequeño monedero—Espérenme aquí, ya regreso—Decía la pelirrosa con la lista de comidas que los adultos podían comer durante su etapa de embarazo.  

—¡Espérame Flor de Cerezo, yo te acompaño!—Exclamo yendo detrás de la niña que se había echado a correr.

—Me siento un maldito inútil—Murmuro mientras veía como las niñas desaparecían entre la multitud.

—Pero si siempre lo has sido, hm—Dijo el rubio, mirándolo con burla, esperando alguna reacción negativa, al igual que los demás, pero al contrario este se echó a llorar en su lugar.

—Pues si tanto me tachas de inútil, me voy, veo que no me necesitan—Decía mientras sus lágrimas recorrían sus mejillas—No quiero ser una carga para ninguno de ustedes, malditos ateos de mierda.

—N-no Hi-Hidan-san—Trataba de calmar el único ninja no renegado presente—Deidara-san lo decía de broma, tú eres muy... útil—Dijo algo dudoso, ya que no sabía que hacía este por su vida.

—¿En-en serio lo cre-crees?—Pregunto con un ligero puchero.

—Claro que si Hidan, tú junto a Kakuzu hicieron muchas cosas de utilidad—Menciono Konan, que al parecer fue un gran error.

—¡Ese puto ateo, avaro de mierda, hijo del diablo, escoria de la sociedad, hijo de perra, imbécil de mierda, perro chandoso, vejete pendejo!—Gritaba con furia mientras sacaba su guadaña y lo golpeaba contra una roca cercana descargando toda su ira en todo lo que se le cruzara—¡Por su culpa estoy así de gordo!—Paro echandose a llorar de arrodillas tapando su rostro mientras los demás lo veían con una gota de sudor en sus cien.

  —Hidan, cálmate—Decía el Uchiha mirándolo seriamente pero reflejando algo de preocupación.  

  —Pe-pero—Murmuraba temblorosamente—¿Y si no soy un buen padre, y si me odia, y se revela, y si se vuelve un avaro, o avara, y si se hace ateo, o atea, y si es caprichoso o caprichosa, y si decide matarme para obtener la inmortalidad?—Preguntaba y preguntaba mientras dejaba su expresión de tristeza a una de terror.