Era el día del cumpleaños de Juan, su esposo hizo una gran celebración e invitó a todos sus amigos. Mantuvo en secreto que estaba planeando algo y disfrutó cuando Juan casi lloraba de alegría.
Ambos disfrutaron todo el día, ambos bebían tanto alcohol, comían tanto y se reían de bromas estúpidas. Fue perfecto, hasta que llegó la noche.Cuando todos se fueron y se quedaron solos en la barra, Martín se subió a la mesa y empezó a bailar como un stripper, tirando accidentalmente unos vasos al suelo. Juan seguía sentado en la silla, mirando a su marido con puro asombro y ya sintiendo presión en sus pantalones. Martín se desabotonó lentamente la camisa y se subió provocativamente al borde de la mesa, poniendo un dedo en el labio de Juan y derramándose champán sobre sí mismo. En la floja luz, sus músculos brillaban y llamaban la atención de Juan.
,,¿Ese es el regalo que pediste?" preguntó Martín y la erección de Juan se hizo más fuerte que sintió que iba a explotar. Martín sabía muy bien lo que estaba haciendo y estaba dispuesto a continuar. ,,No, pero no me quejo," respondió Juan y desabotonó sus pantalones para que fuera menos incómodo. Realmente no ayudó, solo hizo que su serpiente creciera ya que había más espacio. Vio cuando empezó a doler. Cuando Martín lo vio, sonrió, se mordió el labio y dejó que se le cayeran los pantalones. También sentía mucha excitación y excitación, pero le encantaba embromat su marido.
,,¿Te vas a quedar ahí sentado?" dijo Martín y se puso en cuclillas, pasando los dedos por su cabello. Se veía tan sexy y Juan comenzó a pensar lentamente en masturbarse mientras miraba a Martín. No solo su corazón latía como loco y Juan no podía soportarlo más. Se puso de pie y agarró a Martín por debajo del cuello. Una vista tranquila y los pantalones de Martín creciendo fue su respuesta.
Juan lo empujó contra la pared. Sus hermosas almohadas rosas lo llamaban a expandirlas y había pequeños fuegos en sus ojos color lima. Juan lo besó, primero lento y cuidadosamente, pero después de un momento añadió más pasión. Martín sabía a vid y maní, pero lo único que Juan probó fue su hogar, porque su esposo era su hogar.
El amor los estaba quemando y la lujuria era insostenible, sus espadas ya estaban peleando entre sí y se dieron cuenta de que ahora no es momento de besarse.
Martín se arrodilló y Juan liberó su erección ya hinchada. Pasó por el cabello de Martín con dedos y sonrió feliz al ver la gran sonrisa de Martín. Se llevó el orgullo de Juan a la boca y con movimientos lentos empezó a chuparlo. Martín no estaba actuando como si fuera la primera vez, así que lo tomó en toda su longitud, sintiendo la polla de Juan profundamente en su garganta, le gustó. Miró hacia arriba, viendo a Juan recostado con fuertes gemidos, sostenía su cabello moviéndo con su cabeza como a él le gustaba. ,,¿Te he dicho alguna vez que eres...ahh... perfecto? "
A Juan le temblaban las piernas y con cada movimiento de Martín sentía más y más sensaciones. Sus labios eran tan preciosos, capaces de hacer cosas mágicas. A veces pensaba si su marido era real, porque no podía creer que una persona real fuera capaz de hacer estas cosas. Martín añadió los dientes y entrecerró la boca, lo que indujo a Juan a tener que apoyarse en la pared para no caer. Las emociones eran demasiado fuertes, lo que estaba experimentando era asombroso. ,,¡OH, MIERDA!" Todo su cuerpo se estremecía de excitación, su respiración era más rápida como los movimientos de Martín. Juan sintió cosquillas y tirones en su pene y con el último tirón vino. Martín tragó todo y se lamió la boca con orgullo, sabiendo que Juan le hará algo aún mejor.
,,Eras un niño bueno." Tomó su barbilla y sacó el leche de la piel suave. Martín sonrió, poniendose de pie. Juan todavia estaba respirando muy hondo y sus piernas estaban temblando por el resto de placer. Martín era orgulloso, su pecho se movió lentamente con expectaciones y emocion. Cuando un pegueño besito se encontró con su boca, lo calmó y le dio el sentimiento de seguridad pero tambien lo excitó aun más.
,,Muy bueno," sussuró murmurando y movió los besos en el cuello de Martín. Le estaba volviendo loco cada marca que dejó aqui, era tan lento y gentil, como si Martín era hecho de cristal. Las dos manos envolvieron su espalda y la apretaron, lo que causó escapo de un risa con gemido silencioso. ,,Lo quieres mucho, ah?" Trasero fue reemplazado por cintura y las palmas se movieron lentamente más y más abajo. Juan silenció sus gemidos con su lengua muy capaz y se estiró más contra Martín, empujandolo contra la pared sin dejar de besarlo. Era dificil para él devolverlos cuando Juan aggaró su miembro y empezo a bombear despaciamente, provocando la parte superior sensible con el plugar. No dejó a Martín tomar el aliento, ahogandolo con besos hambrietos y disfrutando de sus manos apretandolo firmemente y gimiendo el nombre de Juan.
En un momento Juan bajó por el cuello el Martín y en el camino lamió una teta lo que envió una ola de placer por todo su cuerpo. Martín tenia los ojos poniendo en blanco y no podía controlar los sonidos que estaba haciendo. Era cada vez más excitado, esperar hasta que Juan llega a esa parte era como eternidad, pero también le gustó ser emocionado.
,,Tocate," ordenó de repente
,,Qu-quéh?" gimió Martín confundido. Juan dejó de lamir su teta y lo miró directamente a los ojos. ,,Sientate y tocate." Martín no pudiera creer lo que acabó de escuchar, la vergüenza lo golpeó solo imaginarlo. ,,N-no..." Juan solo asintió y con fuerza mordió la teta. Un grito doloroso llenó la habitacion y lágrimas aparecieron en los ojos de Martín. ,,Que dije?" gruñó con dominancia y Martín in inmideato se sentó.Una mano temblorosa se movió, tomó su pene y con los ojos cerrados comenzó a hacerlo. Estaba tan avergonzado de ser visto así, nunca en su vida querría eso, pero probablemente valió la pena el placer futuro...ojala.
,,Bien...muy bien..." Juan no esperó y sin previo aviso metió dos dedos dentro de Martín quien abrió los ojos en estado de shock que rápidamente fue reemplazado por lujuria cuando Juan se deslizó más profundo. En un segundo, encontró el lugar y lo acarició, sin dejar de mirarlo profundamente a los ojos. ,,Aghh ". Medio gemido medio risa salió de la boca abierta y ambas manos empezaron a moverse más rápido. Martín estaba temblando, sus ojos estaban rodando y ese punto enviaba constantemente olas de placer. Las risas mezcladas con visiones y gemidos llenaban sus labios, al igual que sus bolas se llenaban de esperma.
De repente se sintió tan débil y sus músculos estirados se relajaron. Todos los colores brillaban frente a sus ojos como un fuego artificial y casi se desmaya por la energía que lo absorbía.
Definitivamente valió la pena.
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