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Minutos antes

Wang Yibo escuchaba el discurso inecesario de los presentes en dicha zona VIP, refutaba una que otra vez al oirles hablar de lo mismo, de los jóvenes y sus aspectos tan hermosos como angeles caídos del cielo. Se puso en pie y camino hacia la barra en dónde pidió un trago fuerte que ayudará a pasar la secadez en su garganta al gastarlo en tanto contestar a los superiores.

''So you wanna play with fire?''

–¡Discúlpeme! Me puede ofrecer otro de estos tragos –Una voz jovial llegó a sus oídos llamando la atención del empresario quien miro a su lado viendo a un chico de cabellos castaños.

–Aqui tiene joven Sam –El barman le entrego un cóctel algo azulado y amarillento con un limón de adorno al nombrando, este con un leve “Gracias” tomo asiento.

''We gonna bring fire''
''We gonna bring fire''

¡Pero que descortés de mi parte! –Habia dicho el joven ganándose la atención del empresario quien regreso a verlo –Perdón por ignóralo Señor.

Wang Yibo negó: –No me llames Señor y note preocupes de ello.

–¡Oh Dios estoy haciendo el ridículo otra vez! –Se tapó el rostro con sus manos para reír y Wang seguirle la corriente, aparto sus manos en un solo segundo y lo volteo a ver –Mi nombre es Sam Richard.

–Wang Yibo, para servirte.

La música sonaba a tope ganándose las efusivos griteríos y bailes de parte de los jóvenes de la primera planta mientras los de la zona VIP se encargaban solo de observar desde lejos, todos estaban atentos excepto un empresario quien reía alegremente con el extranjero.

–¡Pero que le respondiste! –Elevo un poco fuerte la voz llamando la atención de su acompañante quien reía.

–¡Que se vaya a la mierda! –Habia respondido para beber un poco del trago –¡Debía haberme querido un poco más, que bueno que llegue por esta ciudad a empezar desde cero!

La música terminó dando inicio a los bailarines de la canción que tanto Wang Yibo esperaba, nuevamente ignoro aquello y siguió su amena plática con el extranjero. 

–¡Es increíble lo asquerosas que son las personas! –Habia nuevamente contestado Richard.

Un mal agarrado del vaso y un pequeño empujón fueron suficientes para que Sam derramará un poco del cóctel en su traje, Wang rápidamente tomo una de las servilletas que tenía y se acercó al joven dispuesto a limpiarlo.

–¡No debería hacer eso!

–¡No te preocupes, fue mi culpa!

La cercanía de ambos era suficiente para que cualquiera de los dos quedase enganchado, el extranjero fue el primero en caer, Yibo lo miro y aquellos ojos realmente brillantes lo cautivaron al instante cayendo en una red que parecía imposible de romper, por un momento se olvidó a que venía al bar.

Asi que ¿Por qué no?

Olvidado la servilleta por akgun lado de la mesa tomó al muchacho de los brazos haciendo que este con la mirada azulada perdida lo mirase, Wang quedo nuevamente enganchado con el joven extranjero, lo extravagante siempre tendría algo que llamaría la atención a Wang Yibo y en esta oportunidad no era la excepción.

Y beso a aquel extraño para su corazón.

El beso era tan desesperado, ansioso por tocar perlada piel y dejar huellas ahí, pero un pensamiento lo detuvo, ¿Por qué no se sentía bien? ¿Por qué sentía que era erróneo? Y se detuvo para mirar al escenario. Unos bellos ojos lo estaban mirando, estaban dolidos y como si pudiese ver el corazón a través de ellos lo veía en mil pedazos.

El bailarín había caído del escenario.

Algunos bailarines le ayudaron a poner en pie, uno de los de seguridad ayudo a Xiao Zhan a salir del escenario.

Las miradas que se habían lanzado eran tan diferentes pero con el mismo significado: El del empresario, de preocupación. La del bailarín era lleno de amor y pena.

Editado: 08/09/2022

𝘈𝘵𝘳𝘦́𝘷𝘦𝘵𝘦 𝘈 𝘉𝘢𝘪𝘭𝘢𝘳𝘮𝘦 ʸⁱᶻʰᵃⁿ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora