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-Yibo-Ge me enseñaba a cantar y además me regalo est muñequito -Mostró un muñeco de ojos dorados con vestimentas blancas y con pequeños rastros de nubes, unas pequeñas nubes en esa cinta de tono celeste que rodeaba su frente.

-Esta muy lindo -El bailarín se acercó a donde su hermana, tomó con cuidado aquel muñeco y lo admiro: telas de seda blanca con una cinta azuleja de rastros de nubes, ojos dorados y una mirada tranquila. Sonrió ante la perfección del muñeco.

-Lan Wang Ji es su nombre -Dijo el empresario para sacar de ese bolso blanco con rayas negras un muñeco con vestimenta negra con una que otra parte de tela grisácea con tonos rojizos y atado el cabello con un lazo rojo- Y él es su alma gemela, Wei Wuxian. –Xiao Zhan miro ahora al siguiente muñeco, era muy bonito.

La noche cayó para dejar que la gran ciudad brillase con esplendor, el tráfico a esas horas de la noche estaba normal, toda las personas regresaban a sus hogares para poder respirar de todo el caos de la ciudad, mientras un bailarín contaba una historia de ''Pocahontas'' a una pequeña niña que quedo profundamente dormida.

-... Y solo esperará por él, fin. -Cerró el cuento para dejarla en la mesa que estaba a un lado de la cama, salió un rato a la cafetería del hospital para tomar algo para esta fría noche.

Camino por los pasillos del hospital hasta dar con la planta baja de este para llegar a la cafetería y pedir un café, luego tomó asiento para preguntarse así mismo como el empresario había llegado a este lugar sin ni siquiera saber nada sobre él, es decir, ¿Quién investigaría a una persona de clase media baja?

-Ni que estuviera tan interesante -Susurró para si mismo sin percatarse de la persona que se había sentado a su lado.

-Eres más interesante de lo que esperaba -Respondió esa voz grave para que el bailarín volteara a verlo.

No. Puede. Ser.

-¿Cómo sabias lo de mi hermana? ¿Cómo nos encontraste? ¿Me seguiste? ¿Eres un acosador en tu tiempo libre? -Preguntó al mismo tiempo que tomaba la bebida que él le había dejado para seguir mirándole extrañado.

-No responderé a tus preguntas -Sonrió ladino para tomar un poco de su Mate con café.

-¡Tú! -Bufó molesto para mirar a otra parte y bufar molesto.

El silencio era un poco agradable ya que los timbres de llegada de un nuevo paciente era lo que más se oía y el ruido de algunos doctores y enfermeras yendo de un lado para el otro.

-Bien, me retiro Señor Wang -Se puso de pie para tomar su café y disponerse a salir de ahí.

-Xiao Zhan -Se puso de pie para tomar la muñeca del recién nombrado haciendo que este lo mirase molesto.

-Suéltame -Se soltó del agarre de este pero cuando se disponía a caminar nuevamente unos brazos lo aprisionaron nuevamente.

Estando de espaldas podía estar tranquilo sin que su sonrojo se notase, porque sí, el gran bailarín conocido por sus esplendidos bailes y coreografías estaba sonrojado y al punto de desmayarse en esos brazos que lo aprisionaban, en ese momento se dejó que Wang Yibo lo abrazara porque de algún modo se sentía seguro y cálido en los brazos de este ser frívolo y serio que alguna vez conoció.

-Yibo... -Intentó articular una palabra pero le fue imposible, todo al borde de desmayarse.

-Quédate, solo un momento -Respondió esa voz grave causando un escalofrío y haciendo que su sonrojo se elevase un poco más, quería llorar.

Si volteaba en este instante lo miraría con odio, lo golpearía y le diría como una esposa enfadada con su marido ''¡Por qué me dejaste!'' Así era Xiao Zhan, pero en este caso lloraba porque se preguntaba ¿Por qué lo dejó? ¿Por qué fue capaz de largarse así como así? ¿Tenía que lucir como esas chicas de alta clase para que su empresario le hiciera caso? Eso es, lloraba porque no se sentía perfecto para Wang Yibo.

Y de un momento a otro estaba llorando, más bien sollozando, con sus manos se tapo su rostro, era una asco, era horrible ¿Quién se enamoraría de él? Pensó que ese miedo de no ser suficiente estaba desaparecido, pero apareció él y regresó.

-Xiao Zhan -Volvió a llamar el empresario, no sabía cuando pero ahí estaba, siendo sus manos apartadas de su rostro siendo su rostro observado por ese hombre que le robó el aliento desde la primera vez que lo vio. Estaban cara a cara.

-Yibo yo... -Quería largarse a llorar ante él otra vez pero esas manos lo sostenían fuertemente prohibiendo su huida- Perdón por no ser suficiente, perdón por no se esas grandes modelos con las que posas, perdón por no ser perfecto...

El empresario se aceró un poco al bailarín quedando sus labios casi juntos.

-Para mí Xiao Zhan, eres lo que siempre soñé... -Y lo besó.

Editado: 28/01/2023
No había mucho que editar, simplemente me encantó como estaba.

𝘈𝘵𝘳𝘦́𝘷𝘦𝘵𝘦 𝘈 𝘉𝘢𝘪𝘭𝘢𝘳𝘮𝘦 ʸⁱᶻʰᵃⁿ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora