No se va

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- Chicas hay reunión de personal - dice Delia entrando a la cocina. Bella levanta la vista de su cuaderno de biología.

- ¿Todos? - pregunta levantando una ceja, estos días se ha dedicado a huir de Gonzalo y su mal humor, todo porque ella se ha empeñado en formar parte del servicio. Se sienta toda la mañana a estudiar y acompañar a Patricia. Gonzalo dijo que quien permita que ella le ayude será despedido, así que nadie le permite tocar nada.

- Los que sean del personal sí - dice la chica riendo, es hermana de Lulú, su hermana menor, tiene alrededor de 23 años.

- Ve Potts, yo termino de cocinar aquí - dice Bella quitándole la cuchara de la mano.

- Vas a hacer que me despidan - finge enfado, pero lo cierto es que le divierte la actitud de niños que tiene Bella y Gonzalo.

- Si el jefe entrar a la cocina fingiré estudiar - vira los ojos.

- Como si no se diera cuenta de que te escondes de él - Lulú suelta una carcajada.

- No dejes que se queme mi sopa - dice Patricia y las tres desaparecen por la puerta.

- Reunión de personal - dice Bella para si - ¿Ahora que norma estúpida va a poner? ¿Botar los uniformes de repuesto para obligarme a usar su ropa estúpida? - se pone de pie y cierra su cuaderno.

- Tal vez comience a despedir uno a uno a quienes no siguen mis reglas - la voz de Gonzalo le hace dar un brinco, algo que no pasa desapercibido para él. No es ningún secreto que ella le tiene miedo - Así que aquí te escondes cuando no estás encerrada en tu nuevo dormitorio - la chica da media vuelta y lo encara.

- ¿Que se le ofrece, señor? - el desdén en su voz es obvio. Gonzalo detesta que ella le trate como si fuera su jefe.

- Veo que estás estudiando - toma el cuaderno del mesón de cocina - Supongo que eso significa que no dejarás la escuela.

- ¿Acaso vienes a decirme que me retiraste de la escuela?

- No venía a eso, pero ya que lo mencionas... - tiene una sonrisa burlona. Ella no le deja terminar.

- Eres increíble - dice mirándolo mal.

- Tú quieres ser tratada como parte del servicio, yo no le pago los estudios a nadie del servicio - miente, Gonzalo ayuda con la educación de mucho de los hijos de las personas que trabajan en la casa - Yo nada más vine a ver si estabas bien, ya que no llegaste a la reunión del servicio - dice con burla en su voz.

- No quiero meter en problemas a nadie - ella trata de no sentirse intimidada - No voy a dejar que alguien pierda su empleo por mi culpa.

- Solo quiero que todo vuelva a ser como antes Bella - hablar con ella siempre le frustra, es tan necia, pero hay algo en eso que hace que el corazón de Gonzalo se acelere cada vez que tiene la oportunidad de hablar con ella.

- ¿A cuando fingíamos que jugamos a la casita? - vira los ojos - Esta es la realidad Gonzalo, no estoy aquí de visita, no soy la hija de un socio. Soy el pago de una deuda, que ni siquiera me pertenece, pero no podía permitir que Gabi creciera sin nuestro padre. Así que no hagas esto más difícil para mí - las lágrimas arden en sus ojos, pero se niega a derramar alguna frente a Gonzalo – Esta no es mi casa y aquí no está mi familia – piensa en lo preocupadas que deben estar su madre y sus hermanas al no saber nada de ella en este par de semanas.

- Pero las cosas pueden ser diferentes Bella - él roza su brazo con delicadeza, no quiere dar un paso en falso y ella lo aparte. Sabe que la chica tiene otra vida lejos de esa casa y le duele saber que no puede hacer algo para ayudarla - Déjame cuidar de ti - se acerca un poco.

- ¿Pretendes que finja? ¿Que viva una mentira y una historia de fantasía? - su voz se corta, no puede separar sus ojos de los de él, son hipnotizantes y le molesta que el roce de su mano le envíe una descarga por todo el cuerpo, le molesta que su corazón lata con fuerza cuando está así de cerca.

- No quiero que finjas Bella, esta puede ser tu vida si la quieres. Quédate a mi lado, déjame cuidarte y te juro que nunca te va a faltar nada - de nuevo esa atracción magnética entre ellos. Bella quiere creer que esa podría ser su vida, pero no cree que alguna vez pueda ser feliz.

- ¿Cómo funcionaría eso? - retira la mirada para que no vea como las lágrimas se deslizan de sus mejillas - ¿Vivimos una historia de cuento de hadas y cuando tu padre llega la magia se rompe y me convierto en la calabaza de nuevo?

- Yo puedo hablar con él, que entienda que esto es lo que yo quiero - su mano toca la mejilla de ella y un calor le invade – Que entienda que te quiero a ti. Él lo dijo, eres un regalo, yo puedo decidir - sus palabras perforan el corazón de ella, y él se arrepiente en el momento en que salen de su boca. De un empujón lo aparta.

- ¿Eso es lo que soy para ti? ¿Algo de tu posesión? - está furiosa.

- Bella, no quise decir eso - está demasiado arrepentido.

- No necesitas justificarte, lo entiendo perfectamente - pasa a su lado para alejarse de él, lo único que quiere es llorar. Gonzalo le toma la mano obligándola a darse la vuelta.

- Bella, espera.

- ¡No me toques! - da un tirón de su brazo para que la suelte - Si quieres que juguemos a la casita de muñecas está bien, fingiré que soy feliz aquí, que este es mi hogar, pero que no se te olvide que te odio y odio eta casa - sale corriendo hacia el jardín, necesita aire. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras atraviesa el patio. Extraña todo y odia esta vida.



Hola, yo aquí de nuevo, espero que les guste este nuevo capítulo. Y la nueva portada.

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Los quiero

Besos,

Paula 

Cuidado con la bestia. (SMC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora