Una cárcel de cristal

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- ¿Qué hace vestida así? - dice Patricia conteniendo la risa.

- Esta es la ropa que debí usar desde el principio - Bella parece muy triste esta mañana. Todos a su alrededor están preocupados.

- ¿Se siente bien señorita? - pregunta Lulú, una de las chicas que hace la limpieza.

- Eso creo - suspira - ¿Les ayudo con algo?

- No creo que al joven Gonzalo le guste verla ayudando en las tareas de la casa y menos vestida con el uniforme del servicio - responde Marcus, es un chef muy bueno, es el prometido de lulú, aunque son muy jóvenes, parecen destinados a estar juntos.

- No me importa lo que piense, yo ya se lo dije ayer, yo no estoy aquí para fingir que pertenezco a esta casa - mira el plato de comida que Marcus deja frente a ella, está sentada en el desayunador de la cocina.

- No tengo hambre - otro suspiro.

- Tiene que comer señorita - Lulú le da unas palmaditas en la espalda.

- ¿Que pasó ayer mi niña? - Patricia se sienta junto a ella. Bella empuja el plato de comida y se recuesta sobre sus brazos.

- No quiero hablar de eso.

- A veces dejar salir las cosas ayuda a sentirse mejor - Lulú se sienta del otro lado, su prometido deja un plato con comida frente a ella y le da un tierno beso en la frente.

- Es solo que mi realidad me cayó como un balde de agua fría.

- ¿A qué se refiere?

- Cuando Gonzalo me dijo que me ponga el uniforme frente a su padre recordé que yo no estoy aquí para jugar a la princesa, yo tomé el lugar que le correspondía a mi padre, mi vida a cambio de la suya - mira al frente y suelta otro largo suspiro.

- Una rosa a cambio de una vida - dice Marcus recitando una frase de la Bella y la Bestia.

- Me negué a ver lo que esto es en realidad, soy una prisionera en esta cárcel de cristal. No puedo salir, no puedo ver a mi familia, mi madre y mis hermanas ni siquiera saben que pasó conmigo - se tapa la cara con las manos, siente ganas de llorar - Mi madre debe estarse volviendo loca al no saber nada de mí.

- Puede ser una prisión, si usted quiere verla así, pero debe admitir que es una cárcel muy bonita - Patricia hace una mueca de tristeza - Entiendo que se sienta mal por su madre, yo me volvería loca si no supiera de mi Nicolás.

- ¿Tiene un hijo señora Potts? - la mira enarcando una ceja.

- Si, mi pequeño Nico, tiene ocho años, es un travieso- saca su teléfono y le muestra la fotografía de un niño sin un diente, es muy adorable.

- ¡Qué lindo! - dice Bella mirando la foto - Me recuerda a mi hermana Gabi.

- Debe extrañar mucho a toda su familia.

- Muchísimo en verdad.

- Cuéntenos sobre ellos, ¿cómo son?

- Bueno pues primero están mi madre y mi padrastro, deberían verlos, parecen una pareja de jóvenes enamorados. Después mi hermana Elle, es hermosa, tiene el cabello rubio y largo, se casó hace poco, la boda fue en la playa, ella se veía tan feliz ese día - sonríe al recordar a su familia y un pequeño rayo se felicidad se abre paso en su interior - No me puedo olvidar de Emma y Jacob, mi hermanastra y su príncipe de cuento de hadas.

- ¿Príncipe? - Lulú la mira atenta.

- Si, parecen sacado de un libro de cuentos, su historia de amor es tan mágica, y verlos juntos hace que uno tenga envidia. Cuando ella está en la habitación para Jacob no existe nada más y ella a su lado parece que flotara. Su boda fue digna de la realeza, tiene una historia de amor tipo cenicienta - recuerda toda la historia entre ellos - Y tiene una hija pequeña, Fiorella, es la niña más hermosa del mundo, con el cabello castaño como el de su madre y los ojos plomos de su padre, parece una pequeña modelo - extraña mucho a su sobrina.

Cuidado con la bestia. (SMC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora