Lejos de Casa

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Bella despierta temprano, tal como ha hecho siempre en su casa, se sienta en el filo de la cama y mira todo a su alrededor. La luz se filtra por las pequeñas ranuras entre las persianas, se acerca hasta ahí y las mueve un poco hacia el lado para poder apreciar la vista, es maravillosa. Ahí afuera hay un jardín hermoso, con árboles de colores amarillos y morados y muchas flores de colores, las que más llaman si atención son las rosas y los claveles que parecen brillar.

- Veo que ya despertó - dice la voz de una persona detrás de ella.

- Buenos días - da media vuelta y sonríe amablemente a la señora frente a ella, le recuerda a Tamara, su nana de cuando era niña.

- El joven Gonzalo me pidió que le trajera su uniforme – le muestra la camisa blanca y la falda de tablones azul con cuadros y líneas blancas y rojas, parecen esos de las novelas coreanas que le gustan a su hermana - Necesito que por favor se lo pruebe, para hacer los ajustes que sean necesarios.

- Gracias - dice entrando al baño y probándoselo, se mira en el espejo con una mueca de desagrado, sin duda es horrible, le queda un poco floja la falda, pero la camisa está bien, es de manga corta y tiene un escudo bordado en el bolsillo del pecho, son dos dragones entrelazados y dice Academia Mountain. Sale del baño y la señora la mira de pies a cabeza.

- Creo que tendremos que hacer unos pequeños ajustes por aquí - dice clavando alfileres por la falda, Bella se mira en el espejo de pie- Listo, prepárese para ir a la escuela y mientras tanto yo le arreglo el uniforme.

Bella hace lo que le indica, le entrega el uniforme y entra al baño, deja que el agua caliente la relaje. Parece que alguien estuvo ahí, porque hay un shampoo de rosas y una serie de jabones y cremas. Sale de la ducha y se coloca una toalla en el cabello y otra alrededor de su cuerpo, se pone ropa interior en conjunto y en ese momento golpean la puerta.

- Soy Patricia - la voz amable de la mujer de antes suena detrás.

- Adelante - dice cerrándose una bata de seda sobre la ropa interior.

- Le tengo listo el uniforme - le entrega la falda y la camisa, Bella se los pone en el vestidor, están perfectos, justo a la medida - ¿Está nerviosa por su primer día en la nueva escuela?

- Estoy asustada - ella suspira, dejándose caer sobre la cama.

- Le aseguro que le va a encantar. Además, es una de las mejores de la región.

- Extraño mi casa - se mira en el espejo y una lágrima rueda por su mejilla.

- Con el tiempo se va a acostumbrar a estar aquí. Y estoy segura de que el joven Gonzalo le hará sentirse como en casa, creo que le hará muy bien su presencia.

- Creo que no le caigo bien - dice mientras la mujer le quita el cepillo de las manos y comienza a pasarlo por su cabello, es algo que su madre solía hacer, lo que hace que ella quiera ponerse a llorar.

- Es duro al principio, pero con el tiempo se va a dar cuenta de que es un gran chico.

- Eso espero - suspira de nuevo.

Un golpe delicado en la puerta hace que ambas desvíen la mirada ahí. De pie, en el umbral, está Gonzalo, trae un pantalón de los mismos colores que el de ella y una camisa idéntica, sobre esta lleva una chaqueta de color negro que Bella está segura que no es la del uniforme. Tiene un par de bolsas en sus manos.

- Buenos días Potts - sonríe a la mujer - Bella, ¿cómo dormiste?

- Bastante bien - el recuerdo de la noche anterior hace que ella se estremezca.

- ¿Nos podrías dejar a solas? - le pregunta con amabilidad a Patricia.

- Si joven, bajaré a ver que les tengan listo el desayuno - deja el cepillo en la peinadora y sale de la habitación.

Cuidado con la bestia. (SMC2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora