Ella mira por la ventana durante todo el camino, poco a poco se va alejando de lo que conoció en estos pocos meses, la biblioteca, su casa, el cine a blanco y negro, sus lugares favoritos. Y lo más importante, se aleja de su familia. Trata de no llorar, no quiere demostrar debilidad frente a nadie. Solo ve su vida alejarse a través de ese cristal.
- Eres una joven muy valiente. Tu padre debe estar orgulloso de ti- dice el hombre a su lado
- Uno tiene que hacer lo que sea por la familia- responde conteniendo las lágrimas.
- Como dije anteriormente, no se si estaría dispuesto a hacer lo mismo por mi hijo- suelta una risa escalofriante- ¿Qué edad tienes?
- Diecisiete- piensa en su madre y su padrastro, ¿que habría pasado si los acompañaba a Australia?
- Tienes la edad de mi hijo, aunque te ves más joven. Y estoy segura de que no se parecen en nada- la mira fijamente con sus ojos negros- Diría que se van a llevar bien, pero una dulce florecita como tu no creo que congenie con alguien como él.Se acercan a un barrio de gente adinerada, las casas son grandes, mansiones de cuatro o más pisos, con grandes ventanales y autos de lujo en la entrada. Solo se imagina como era su vida antes de llegar aquí. Piensa en sus hermanas y su familia. No eran de esas familias super ricas, pero vivían cómodamente. Piensa en su media hermana Gabrielle y su padre, con una vida totalmente diferente a ella. Pasan frente a grandes casa iluminadas y elegantes, hasta que el auto se detiene en una.
- Llegamos, aquí vas a vivir de ahora en adelante- dice el hombre, mientas uno de sus empleados le abre la puerta.
- ¿Aquí vive usted? - está impresionada por las luces, elegancia y lujo.
- No, esta es la casa de mi hijo, mi casa queda a pocas cuadras- caminan hasta la puerta - Entremos, quiero presentartelo e irme
- Si señor.
Abren la gran puerta de madera y Bella queda impresionada, frente a ella hay un gran ventanal con vista a la ciudad, es hermoso. A la izquierda hay unas gradas blancas grandes. Y a la derecha de abre el espacio a una hermosa sala. Esa la casa de sus sueños. De niña, cuando jugaba a disfrazarse y a ser princesa así imaginaba su casa, ese era su palacio imaginario.
- Sígueme, Gonzalo debe estar en la sala de televisión
- ¿Él vive solo en esta casa?- todavía sigue imoresionada
- Es un chico rebelde, se canso de vivir conmigo y decidió mudarse solo, tiene algunas mucamas, pero si, se podría decir que vive solo- sigue hacia el ala derecha de la casa, hay muchas puertas, que seguramente Bella inspeccionará después. Abre una de ellas y entran a una gran habitación con varios sofás como los del cine y una enorme televisión de pantalla plana al fondo - Gonzalo, tengo un regalo para ti.
- Hola padre- dice una voz gruesa al fondo de la habitación en uno de los sofás, pone pausa a la película que está viendo- ¿Acaso ahora entras sin golpear avisar?- se levanta del sillón y camina hacia donde se encuentran ellos- ¿Nueva conquista? ¿No está un poco joven? - dice cómo si ella no estuviera ahí.
- ¿Acaso enloqueciste? - su padre lo mira mal- Es un regalo para ti. Ya sabes, tuve que cobrar unas deudas.
- ¿No estás muy joven para las apuestas?- la mira de pues a cabeza. Antes de que su padre responda ella habla.
- ¿Y tu no estás un poco grande para ver Winnie Pooh? - señala la pantalla, el chico pasa de avergonzado a enojado. Lo que parece poner de muy buen humor a su padre.
- ¿Quién te pidió que hables?- es muy grosero, lo que fastidia a Bella y hace que no pueda guardar silencio.
- ¿Acaso nadie te enseñó buenos modales?- Mira al padre del chico- No lo digo por usted señor, obviamente e incluso ante las circunstancias, es una persona bastante educada - el hombre ríe
- Gracias. Gonzalo, se más respetuoso con la dama.
- Padre creo que es hora de que te retires, gracias por el regalo- toma del brazo a la chica- Creo que conoces la salida- de un tirón la empuja dentro de la sala de cine y cierra la puerta
- Sueltame, me lastimas- dice mientras la tiene apresados contra la pared, al tenerlo tan cerca ella nota lo guapo que es, muy parecido a su padre, alto, de ojos y cabello negro, musculoso y con un rostro con los huesos muy marcados.
- ¿Por qué te trajo mi padre?¿Quiere espiarme de nuevo?- La mira directamente a los ojos, lo que le causa mucho miedo
- No sé de qué hablas, yo solo soy el pago por una deuda- siente las lágrimas en sus ojos, este chico le está presionando muy duro el brazo- Me estas haciendo daño- al notarlo el baja la guardia y le suelta.
- Lo siento, no puedo confiar en mi padre- evita su mirada
- Te entiendo- respira para no llorar, siente un nudo en su garganta, ella solo quiere estar en casa, con su mamá, quiere ver a su sobrina y jugar con ella. Al recordar todo sus ojos se llenan de lágrimas.
- ¿Tienes familia? - pregunta curioso
- Si
- ¿Cómo te metiste en esto?
- Ya te dije, soy el pago por una deuda- su voz se corta, esta mirando hacia otro lado para que él no note como las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Siente como su dedo le toma desde la barbilla y hace que lo mire. Con el otro dedo limpia las lágrimas.
- Quisiera decirte que regreses con tu familia- su voz tiene mucha dureza- Pero no puedo ir en contra de las acciones de mi padre y si estás aquí debe ser por algo. Así que lo siento, pero esta es tu nueva casa.
- Lo sé - dice limpiando sus lágrimas que siguen corriendo por sus mejillas
- Vamos, te mostraré la casa- abre la puerta y la hace salir primero- ¿Dijo mi padre para que venias?- ella niega con la cabeza- Bueno, algo encontraremos para ti.
Avanzan por la casa, en la primera planta se encuentra la sala, el comedor, la cocina, la sala de cine y otras habitaciones que tienen la puerta cerrada. También hay una lavandería y una despensa llena de comida, lo que le recuerda a Bella que no ha comido nada en todo el día, pero lo ignora. Al subir las gradas se encuentran las habitaciones y una terraza con una hermosa vista, parece que él vive solo porque no se escucha ningún ruido. Hay una sala con vista a la ciudad y una chimenea, Bella está segura de que si no estuviera aquí como prisionera fuera muy feliz en esos lugares. Al final del pasillo de dormitorios se encuentran unas escaleras, pero Gonzalo no la lleva a conocer lo que hay subiendo.
- ¿Lees? - dice sacándola de sus pensamientos
- Banstante
- Te mostraré algo- toma su mano, lo que hace que ella se estremezca, él lo siente y la suelta de inmediato- Sígueme
Lo sigue escaleras abajo, pasan junto a la sala de cine y él se detiene frente a la última puerta, cuando se abre ella está impresionada. Es una biblioteca, enorme, con un montón de estanterías y libros por todos lados, en su vida podría leer tantos libros. Hay una escalera que sube a un entrepiso que tiene más libros y hay unos sillones, mesas y sillas, es un espacio enorme, perfecto para estudiar o solo pasar un buen rato.
- ¿Los has leído todos?
- La mayoría- la mira de nuevo intensamente- ¿Te gusta?
- Siempre fue mi sueño tener algo asi. Mi hermana Gabi se volvería loca al ver esto- para ella es como estar en un sueño
- Ven, te mostraré tu habitación- es la primera vez que la presencia de alguien más en la casa no le molesta, y eso que la chica le resulta bastante fastidiosa.
- ¿Alguien más vive contigo? - es una persona muy curiosa
- No, en las mañanas y tardes las mucamas pasan aquí. No obligo a nadie a dormir en la casa, pero todas las personas que trabajan para mi saben que siempre que lo necesiten hay una habitación disponible, el ala de allá cuenta con habitaciones para quien lo necesite.
- ¿Voy a dormir allá?
- No, tu te quedaras de este lado. Allá es solo para los que vienen y van, tu como no puedes ir a casa tendrás una habitación tuya, para que te sientas de alguna manera en un hogar- abre la segunda puerta del pasillo y entran a una habitación enorme y hermosa, con un baño y vestidor más grande que la casa en la que vivía con su padre, lástima que no tiene nada de ropa que poner ahí.
- Esto es grandioso- Pero no creo que necesite tanto espacio
- Tonterías - vas a necesitar ropa, te la mandare a comprar mañana - ¿Que edad dijiste que tenias?
- No lo dije- sonríe de lado- Tengo diecisiete
- ¿Vas a la escuela?
- Tuve que salirme por problemas financieros
- Desde mañana regresaras a la escuela, ya que tengo que asegurarme de que no escapes vas a ir a la que yo voy.
- No tienes que hacer todo esto.
- Supongo que no estás aquí por culpa tuya, así que mientras vivas bajo este techo tendrás que hacer lo que diga- está muy serio- Pediré que mañana a primera hora te tengan listo un uniforme
- Gracias, no sabes lo agradecida que estoy con todo esto.
- Te diré algunas reglas. Primero, puedes recorrer toda la casa a tu antojo, quiero que sientas que también es tu casa, excepto el tercer piso, esta restringido. Segundo, debes mantenerte entre las 10 mejores notas de la clase. Tercero, no me molestes. Hasta mañana.
Sale de la habitación de ella y cierra la puerta. Bella está muy desconcertada, ese chico es extraño, un segundo parece una persona y al siguiente es alguien totalmente diferente. Mejor andarse con cuidado para no toparselo. Suelta un suspiro, se desliza hasta el suelo y apoya su frente sobre sus rodillas, deja que las lágrimas salgan.Espero que hayan disfrutado de este nuevo capítulo.
Lo siento por haber estado desaparecida y tenerl@s en el abandono.
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Besos
Paula
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Cuidado con la bestia. (SMC2)
Novela JuvenilAmanda está cansada de vivir en la sombra de sus hermanas. Ella tambien quiere encontrar a su amor, pero nadie parece notarla. Hasta que conoce a Gonzalo, un niño rico que lo tiene todo y está acostumbrado a recibir lo que desea. Juntarlos no es la...