Capítulo 7

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Nos subimos al ascensor y él seguía con sus movimientos, no me quejaba porque me gustaban demasiado, nunca un hombre habría sido tan cariñoso conmigo, nunca tuve un novio, pero tampoco era una moja, pero nada serio porque simplemente no tenía las ganas ni el tiempo necesario para mantener una relación. Las puertas se abren y sincronizadamente salimos.

—Greta no me pases llamadas, si es algo muy importante le dices a Liam.— le dijo a una mujer de unos cuarenta años que me quedo claro que era su secretaria.— ¿Quieres algo?— me preguntó en voz baja. Negué con la cabeza.— Entonces vamos.

Entramos en su oficina que era inmensa decorada con una mueblería moderna, pero elegante. Me suelto y voy directo a una estantería llena de pequeños adornos.

Me gusto uno redondo con un delfín y un tiburón a dentro que lo acompañaba un montón de brillantina morada, lo tomo con mucho cuidado porque es de vidrio y esta rellena de agua y si se me resbala de las manos lo más seguro es que el señor se disguste y me lleve un reto de aquellos.

Siento como toma mi cintura entre sus manos y pone su rostro entre mi hombro, siento millones de mariposas por mi estómago por alguien que solo buscaba sexo.

—¿Te gusto?— me pregunto tiernamente.

—Es muy linda.

—Igual que tú y por eso la tienes que tener.

Inmediatamente me di la vuelta y él se enderezo, hay me di cuenta que me sacaba más de una cabeza de alto

—No te conozco nada y para estar en tu oficina tiene que tener un gran símbolo para ti.

—No, me la regalo mi padre hace unos años atrás, por eso te lo obsequio.— me tomo de la cintura y quede cara a cara con su pecho y tuve que elevar la mirada para verlo.

—No te llevas bien con tu padre. ¿Cierto?— me comenzó a tocar los muslos, ahora la cosa cambiaba.

—No, pero no quiero hablar de él.— sus manos subieron y ya estaban en el borde de mi vestido.

—Pues yo tampoco. Quiero hablar de la entrevista que quiero hacerte.

Y me solté bruscamente. Tome una pequeña silla que estaba en una mesa llena de más papeles y un portátil.

—Terminemos con esto luego. ¿Tienes una lista con todas las preguntas?

Yo asentí. Me demore toda la noche pero la termine, están las cien justas, ni una más ni una menos.

—Me las das y yo te las respondo hoy en la noche en mi casa, pero ahora lo único que quiero es follarte.

No me dejo responder y se abalanzo sobre mí devorando mi boca. En menos de un segundo ya tenía su lengua jugando con la mía, tomo mis piernas y me cargo hasta llegar a un sofá pequeño en el que cabíamos los dos perfectamente.

Quise quitármelo pero él es más fuerte que yo sin duda. Me tocaba con una fiereza que me gustaba, podrían llamarme masoquista pero si me pagara igual me gustaría.

Estábamos en nuestra burbuja de pasión y lujuria, el me tocaba los muslos pero poco a poco iba subiendo cada vez más hasta llegar a mi intimidad. Y llego. Corrió mis bragas hacia un lado pero no las saco, comenzó con unos pequeños masajes que me hacían soltar pequeños gemidos que lo excitaron más, no sé en que momento fue pero metió un dedo dentro de mí, arquee mi espalda por el gran placer que eso me brindaba.

—¿Te gusta?— me preguntó mientras los movía más fuerte.— Responde. ¿Te gusta?

Yo solo me limite a asentir con la cabeza porque no podía pronunciar alguna.

Saco su magnífico dedo y en un gesto que me dio asco lo chupo.

—¿Cómo lo chupas? Se me hace repugnante.

Él antes de responder me dio un beso largo el cual me causo un gran movimiento en mi pierna haciendo que chocara con su gran erección.

Quiero tocarla y para no quedarme con las ganas bajo mi mano, pero él se corre.

—A mí me encanta tu sabor, es tan rico. Después de nuestra conversación por teléfono me tuve que masturbar pensando en ti y te imagine tomándolo todo.— murmuró con voz ronca.— Y lo vamos a hacer, pero hasta el momento yo te haré disfrutar. Puse los ojos como platos y el rió por mi reacción.

Podría ser mi hija ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora