Capitulo 23. ¿Escuche bien?

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Trago saliva.
¿Acaso esto era un concurso de miradas intensas? Porque si eso era, estaba apunto de perder.

Un chico me empuja, y choco contra el cuerpo de Alexander, pongo mis manos en sus hombros y en cuanto lo hago las retiro al igual que doy un paso para atrás.
Demonios que situación más vergonzosa.

—No imagine verte aquí —Parece un tanto sorprendido—. O por lo menos no encontrarte entre tanta gente.

—Lo curioso de todo esto es que vivo técnicamente enfrente —Él abre mucho sus ojos, parece sorprendió—. Y si, entre tanta gente es muy curioso que nos hayamos encontrado.

O está la opción de que sea el destino.

—Si muy curioso —Hace una pausa mientras yo retiro la mirada hacia la puerta, por la que puedo ver a medio mundo pasar—. Te vi desde hace rato cuando estaba cantando con la banda... Pero desapareciste muy deprisa.

Así que si me vio y no fue mi imaginación. Sonrió un poco ante ello.

Entonces lo veo, la situación más perfecta que pudo haber sucedido en la noche, en el fondo se encontraba Angi y Aranza... Lo curioso es que Alexa no está... bueno no me importa mucho. A la mitad entre ellas y yo está Amber y Matías. Y como siempre este parecía estar buscando algo entre la multitud debido a que las pláticas de Amber eran cansadas.

Bueno no parecía que buscara algo, si no más bien a alguien... ¿Acaso podría... ? Trago saliva. No Alison, no creo que te este buscando a ti. ¿Por que te buscaría a ti? Hasta tu misma sabes que no tiene sentido eso.
Pero entonces recuerdo lo que me dijo al entrar a la fiesta... no me lo había puesto a pensar bien, ¿Realmente dirá la verdad con aquello que dijo que se el hago linda? Un escalofrío recorre por todo mi cuerpo, él sigue buscando a alguien. Lo bueno es que no ha buscado en la cocina, pero no tardará en hacerlo... ¿Y después que?

—Te ves muy bien hoy Alison —Mi mirada regresa a la cara de Alexander, ¿Acaso escuche bien? Sonrió ante ello—. Te ves muy guapa.

Mi yo interior está gritando como una niña pequeña, y no deja algo de brincar en mi. No puedo creer lo que ha dicho. ¿En serio he escuchado bien? ¿No habrá sido mi imaginación?

—Gracias —Susurro mientras me sonrojo un poco y volteo hacia a un lado para que no me vea en esa situación.

Con aquello mi mirada vuelve a hacia la dirección de Amber y Matías. Para mi sorpresa este ya no está viendo hacia la multitud.

Me está observando. Otra vez un escalofrío recorre por mi cuerpo, me observa muy seriamente como aquella vez en nuestra primera clase de teatro, donde nos observaba a Adam y a mi de una manera seria que dan escalofríos.

Y aquí me encontraba en medio de un pequeño desastre para mi cabeza.

Tenía que decidir.
Continuar hablando con Alexander que me acaba de elogiar y debo aceptar que una gran parte de mi cerebro lo deseaba con ansias ya que... Bueno Alexander es grandioso y se muy bien que me gusta.
O ir con Matías a hacer un escándalo para la vida de Aranza y de una vez la de Amber.

Debía de tomar una decisión.

—¿Alison? —La voz de Alexander me saca de mi mundo, pero sigo viendo fijamente a Matías.

Y sin más aquel chico que se encuentra con una de las chicas más populares del instituto empieza a caminar hacia acá. Podría ser una coincidencia, solo está jugando conmigo... Si simplemente es eso. Tal vez se le hago linda fue lo que le comenté a mi amigo hace unos días, pero aquel chico jamás le podría gustar.
Aparte... ¿Por que está caminado hacia conmigo? Aquella mirada la he visto con anterioridad en otros lados... Pero no me acuerdo el significado.

—Me gustó mucho tu canción Alex —Regresa mi mirada por fin hacía con él y para mi sorpresa sus ojos buscan los míos—. La habías tartamudeado varías veces en la semana.

Le sonrió muy sincera, y lo cierto es que si me gustaba pero me gustaba más escucharlo a él cantar.

—La escribí en las últimas semanas —Empieza a hablar pero lo cierto s que siento muy cerca a Matías de nosotros y eso me hace poner muy nerviosa—. Pensaba sobre...

Pero el chico de ojos azules no pudo continuar debido al inigualable vecino número dos.

—Hola —Llega muy alegremente todo lo contrario de su cara de hace unos cuantos segundos—. ¿Que tal va todo?

—Hola —Alexander  no parece muy seguro de su voz, lo más seguro es que lo sorprendió Matías—. ¿Y tú eres?

Mi ceño fruncido debe de hablar por si solo. Agh ¿Que demonios está haciendo?

—Matías —Sonríe de lado, por alguna extraña razón aquella sonríe muestra prepotencia y no me agrada—. Amigo de Frederic y Alison, de hecho vecinos de ambos.

Alexander asiente todavía no muy seguro de lo que está sucediendo.

—Alexander, primo de Frederic y amigo de Alison —Dijo amigo y no jefe, siento como mis ojos empiezan a brillar—. Un gusto.

Ambos se estrechan la mano.

—Genial —Sonríe Matías—. Lamento si interrumpo algo, pero me robare a Alison por un rato.

Y con ello me toma del brazo y me empieza a alejar de Alexander, este parece sorprendido. Pero aún así sonríe de lado. Aquí la más sorprendida soy yo. ¿Que está haciendo este tonto?

—¿Que es lo qué haces? —Mi voz chillona enojada lo sorprende.

—Librarte de él —Abro mi boca en una gran "O"

—¿Por que yo querría eso? —Mi mirada regresa atrás unos cuantos segundos y ahí sigue parado sonriendo de lado—. Yo jamás hubiera querido eso.

—Pero yo si —Me sorprende lo que me está diciendo.

Sigo sin encontrar al palabra que estaba buscando.

—Me gusta —Le suelto sin más. Mi plan se hecho a perder sin lugar a duda, pero necesitaba decirlo.

—Con mayor razón tenia que sacarte de ahí Alison —Su seriedad provoca que tenga escalofríos de nuevo.

Entonces lo piso, si Alison McNath piso el pie de Matías... Emm no se su apellido, pero lo he hecho. Porque me ha hecho enojar y mucho. Hace un gruñido, me imagino que es de dolor. Cruzo mis brazos y levanto una ceja.

—¿Por que hiciste eso? —¡Ja! ¿Esta jodiendome?

—No, no, no. Niño Matías —Lo más curioso de todo esto es que Aranza no nos quita el ojo de encima, y no me había percato de eso hasta ahorita—. ¿Por que estás haciendo esto?

Nos quedamos observando por varios segundos...
Se acerca mucho a mi, hasta quedar a lado de mi oído. Me toma con delicadeza el brazo y empieza a hablar.

—Porque no te puede gustar nadie que no sea yo —¿Escuche bien?—. Y si no lo haces todavía, me encargaré de que lo hagas.

Celoso, esa era la palabra que venía buscando desde hace rato. Me separo de él realmente asombrada.

Quiero preguntarle el por qué de todo esto. Pero se va mientras recoge uno de mis mechones y lo pone tras mi oreja. Y sin más se pierde en la multitud.

Lo único que se... Es que ni Aranza ni Amber nos quitaron el ojo de encima.

Pero ya no me importaba eso, no me podía mover, no después de lo que me había "confesado" porque lo cierto es que no lo podía creer.
No podía ir por ahí diciendo ese tipo de cosas. ¿Y qué tal si solo lo hacía por molestar? No podía caer en su juego.

Yo... Debía de averiguar que tramaba Matías.

My first love [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora