Capítulo 11

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Caí de rodillas por el cansancio que sentía, y las heridas que tenía, seguramente mi padre seguía en el hospital.

-Vayan a que los revisen- les dije a los que traje- Y llamen a Tsunade-sama, por favor- pedí.

-Sorprendente- mencionó Sai y le sonreí.

-Te ayudo a llevarte a una habitación- Naruto me cargó al estilo princesa, los demás llamaron a Tsunade, ella llegó a donde me encortaba y al parecer ya le habían informado de todo- Ya sabe todo, te dejaré aquí con la Abuela Tsunade, yo te esperaré afuera- asentí, me puse de espaldas, ella empezó a curarme y solté un grito desgarrador, tomé la almohada con mucha fuerza.

- ¡¿No puedes hacerlo con más cuidado?! – le grité a la rubia y hubiera parecido que le dije que fuera más ruda, porque grité mucho más y las lágrimas comenzaron a salir- ¡BASTA! – le grité desesperada, pero no me hizo caso, seguí gritando, hasta que me vendó, al fin el sufrimiento había terminado- Gracias- le dije relajándome, escuché la puerta abrirse y era mi padre junto a Naruto, parecían preocupados- Hola- les sonreí tranquila.

- ¿Por qué gritabas así? – preguntó el peliblanco acercándose.

-Bueno... No podía salir del sendero de la vida- contesté rascándome la nuca, él vio a Naruto con reproche y pidiendo explicaciones- Yo creo que Yamato-Taicho ya te lo explicó- susurré para que nadie más escuchara y él dio un suspiro con pesadez.

- ¿Cómo está, Tsunade-sama? – ahora se dirigía a la rubia.

- Bueno... Necesita descansar, además que su sello se dispersó, tal vez unos días en el hospital no le harán mal- el peliblanco asintió, me di cuenta que Sakura también estaba ahí, solo faltaba Sai.

-Hola, Sakura-imooto- salude con la mano y ella hizo lo mismo.

-Por ahora, necesito que la dejen descansar- me miró- Más te vale no escaparte de aquí, conociendo tus mañas, tratarás de irte a casa- sonreí burlonamente.

-O claro, se me olvidaba que una Vieja como tú es la Hokage- me hice la desentendida- Pero... Si algún día no me ve por la aldea será porque me fui a Suna- la desafié con la mirada.

-Mira, niña, por más que Gaara sea tu pareja, no deja de ser el Kazekage, estoy segura que me informaría si te fueras sin mi permiso- me acordé de lo de hace unas noches y traté de no burlarme.

-Sí, es la desventaja de estar con el Kazekage, Gaara es muy dedicado a su trabajo- le di la razón a la rubia- Pero... Bueno... Ya que no tengo de otra, me quedaré aquí un par de días- alcé los hombros despreocupada.

-Bien, me iré- avisó- Te dejo en buenas manos- asentí.

-Nos vemos Tsunade-sama- era sorprendente como la desafiaba y después andamos por la vida teniendo una buena relación- Yo creo que tú también necesitas irte, padre.

-Sí, creo que sí- asintió, noté como le susurraba algo a Naruto y este ponía cara de miedo- Nos vemos, pequeña- se despidió con la mano y lo vi alejarse, Sakura cerró las puertas y ventanas, después me miró pidiendo explicaciones, una gotita de sudor cayó por mi frente- Ammmm...- mis manos comenzaron a sudar- Antes que nada, más les vale no decir nada o me llevaré un castigo enorme- ellos asintieron, aunque creo que Naruto ya tenía idea de lo que contaría- Ni a mi padre- aclaré y volvieron a asentir- Pues... Fui a Suna a ver a Gaara- Sakura se sorprendió y Naruto estaba tranquilo.

- ¿Cómo esta él? – me preguntó.

-Muy guapo, como siempre- me quedé pensando en el rostro del pelirrojo y sonreí por inercia.

-Vaya, sí que estás enamorada, ______-oneechan- dijo la pelirrosa, salí de mi trance y dejé de sonreír, escuché una risa burlona por parte del rubio.

No Te Esperaba II// Gaara y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora