- ¡No te lo estoy preguntando mujer! ¡Te lo estoy diciendo! - Luis rio.
-No lo sé- reí -A Diego no le gustan esas cosas- rodo los ojos. -Mira ¡No tienes derecho a quejarte!- le dije adivinado lo que estaba por decir -Cuando Tamara llego tu me abandonaste eh...- le recordé -Asi que no te puedes quejar de que paso mucho tiempo con Diego.
-Lo sé- me abrazo -Pero será mi cumpleaños y no puedes faltar- despeino mi cabello -No me hagas tener que aclarar cuentas con Aldana- hizo un rudo tono de voz.
-De verdad me gustaría verte intentando 'aclarar cuentas' con él- reí. Luis no era un debilucho, pero sin duda alguna Diego era capaz de pisotearlo.
-Convéncelo, a un que sea solo vallan un rato- dio un beso en mi mejilla antes de irse a su casillero. Seguí sacando mis libros y guardando los que ya no necesitaría.
- ¿Qué quería?- su voz me hizo estremecer.
-Me aviso que en dos semanas hará una fiesta por su cumpleaños- me giré sobre mis talones para poder verlo de frente.
- ¿Iras?
-No- di un beso en su mejilla -Iremos... ambos estamos invitados- agudizo la mirada
- ¿Yo? ¿En una fiesta de Luis? ¡Já! No lo creo.
-Sabes... deberías de ampliar tu círculo de amistades- carcajeé
-Eres la menos indicada para dar ese consejo- se unió a mis risas.
-Solo me refería a Luis- baje la mirada -Me gustaría que ustedes se llevaran bien. - acaricie su mejilla y él me envolvió aun mas en sus brazos. - ¿Eso es posible?- pregunté mirándolo con suplica.
- ¿Es posible que tú te lleves bien con Al? - me respondió con otra pregunta.
-Lo intente, pero ella me detesta- tal vez no lo había intentado, pero la parte de 'ella me detesta' es verdad.
-Y yo detesto a Luis- sonrió hipócritamente.
- ¿Por qué?- indagué casi en un grito.
-No me gusta que sea tan... demostrativo contigo.
- ¿Demostrativo?- una carcajada se escapo de mis labios -Estas celoso- pase mis brazos por su cuello atrayendo su rostro hacia el mío.
-Tal vez- susurro antes de unir nuestros labios.
- ¡Dios! ¡Qué repugnante!- ¿Por qué demonios había nacido?
-No tanto como tu vestido- regrese a los labios de mi novio. Después de escuchar un 'Ya basta Debora' de parte de Daniel.
-Seguro su psicólogo tiene un altar en tu honor.
-No lo dudes.Las clases pasaron rápido, en realidad todo pasaba rápido estando con Diego. A pesar de no ser muy extrovertido me mataba de la risa. Sus ironías, sus malas bromas.
- ¿No irás a trabajar? - pregunto Jared alegremente.
-Sí, solo los dejare en casa y me iré- Anna, Jared y yo suspiramos tristes. El solo rio. -Ah por cierto Dan quiere reclamarte por su empleo de medio tiempo- ambos reímos.- ¿A qué hora vuelves? - enrede mis dedos en su cabello mientras hablaba entre besos.
-Ocho tal vez nueve- me respondió y pasó su mano por mi nuca atrayéndome aun más a él.
-Te amo- dije haciendo un enorme esfuerzo para alejarme ya que si no lo hacía ahora no lo dejaría irse.
-Te amo más-di un último beso y salí del auto finalmente dejándolo partir.Pasamos una buena tarde, comimos, jugamos, comimos, hicimos tareas, vimos Tv mientras comíamos, incluso me ayudaron los pequeños con la limpieza de la casa.
Seguíamos viendo una película, ya no comíamos más ya que la olla de palomitas ahora estaba vacía. Volteé hacia la derecha del enorme sillón y ambos pequeños estaban dormidos. Los parpados me pesaron al verlos tan plácidamente dormidos, cubiertos con una frazada hasta el cuello. Me acomode en el sillón y seguí mirando la pantalla hasta que prácticamente todo se volvió negro.
*
Entre a la sala y solo vi la televisión encendida. Renegué mientras cruzaba la sala para apagarla ¿Les costaba tanto apagarla antes de subir? Al darme la vuelta vi por que no estaba apagada. Los tres dormían en el mismo sillón. Anna y Jared estaban cubiertos por una sabana celeste hasta el cuello y Yonhary abrazaba sus rodillas, Seguro tenia frio.
Después de dos viajes Anna y Jared estaban en sus respectivas habitaciones.
Me senté con cuidado en el sofá. No quería despertarla. Solo me gustaba admirarla mientras dormía, siempre he dicho que parece un gatito indefenso. Lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.Acaricie con la yema de los dedos la suave piel de su pierna. Se estremeció un poco pero siguió como si nada. Me puse de pie y la tome entre mis brazos. En automático sus brazos se ajustaron a mi cuello, balbuceo algo indescifrable y después solo sentí su respiración chocar en mi cuello.
La recosté con cuidado pero sus ojos se abrieron al contacto con el acolchado.
- ¡Hey!- alargo entre dormida
- ¡Hey!- le sonreí
- ¿Cómo te fue?- se hizo a un lado para dejarme espacio.
-Bien... creo y ¿a ti?
-Muy bien- estaba por recostarme a su lado cuando se escucho el timbre. Yonhary volteo hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve veinte de la noche.
-Ya vuelvo- di un cálido beso sobre sus labios y salí de la habitación.-Llama a Yonhary ahora mismo- apenas abrí la puerta y ordenó.
-Ella no...
-No te atrevas a mentirme Diego - amenazo y entro a la casa. -Se que ella está aquí, asi que hazme el favor de llamarla.
-No quiero ser grosero pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho de venir a dar órdenes aquí.
-Oh claro que lo tengo. - su fuerte mirada se clavo en mi, algo tenía en común con su hija. -Mi hija menor de edad-recalco -Esta aquí... No te metas en problemas y llámala- se dio la media vuelta para caminar hacia la puerta -Con todo y maletas claro...
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•La Jugada del Destino• [[TERMINADA]]
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