Me gire en la cama quedando con la mirada en el techo. Toda la noche y todo el día no había podido dejar de pensar en Diego, estando con él no me importaba lo que los demás pensaban de mí. Solo me interesaba él, y lo peor es que estaba más que consiente que Diego Aldana me volvía loca.
Mi teléfono comenzó a vibrar y ya que lo traía en mi short me sobresalte un poco. "Am" decía la pantalla y una sonrisa se pintó en mi rostro.
-Hola-salude feliz.
-Hola- respondió - ¿Ya estas lista?
- ¿Lista? ¿Para qué? - le pregunte sin entender.
- ¿No iras al partido?
-Ya te dije que sin ti no iría- me senté en la cama.
-Cámbiate ya, estoy afuera de tu casa.
- ¿Qué? - casi grite -Y por qué no me llamaste antes Diego- le reclame.
-Porque no tenía pensado ir, cámbiate ya- repitió.
-Está bien, no tardo- mentí, claro que tardaría.
-Hey- dijo antes de colgar -Vestido no por favor- bufe molesta y colgué.
Rápido entre a mi armario y me cambie.
Hice una coleta alta en mi cabello y deje mi fleco recto, solo un poco de delineador negro y brillo labial. Y baje corriendo las escaleras. Salí y me lleve una gran sorpresa, venia en la motocicleta.
- ¿Lista? - pregunto y asentí con la cabeza, ladeo la cabeza indicándome que subiera.
- ¿Iremos ahí?- pregunte en shock.
-Si- contesto sonriendo -No me digas que también le tienes miedo.
- ¡Claro que no! - dije emocionada y corrí a su lado admirando la impecable motocicleta negra.
-Ten- me entrego un casco al igual negro y rodé los ojos tendría que deshacerme la coleta.
-Me gusta tu cabello suelto- paso su mano por mi cintura y me acerco a él. Era demasiado frio para decir un cumplido, así que cuando decía uno había que agradecérselo muy bien. Aun sujetando el casco pase mis brazos por su cuello y uní nuestros labios. Me besaba con una delicadeza exquisita. Sus deliciosos labios se acoplaban a la perfección con los míos. Su mano subió a mi mejilla.
-...Y si mejor no vamos- dijo entre besos.
- ¿Estás loco? - Pregunte riendo -Yo no me pierdo este paseo en moto- di otro beso sobre sus ahora brillantes labios. -Espera... - reí y con mi pulgar saque los restos de brillo labial de sus labios. -Ahora si- me coloque el casco y me apoye sobre su hombro para poder subir. Y en cuestión de segundos ya estaba atada a su cuerpo.
- ¿No te cansas? - pregunto Diego mientras subíamos las gradas buscando algún lugar para sentarnos.
-Es peor si nos quedamos abajo parados- le dije volteando a verlo.
-No me refiero a eso -rio -Digo que si no te cansas de esto, de que todos estén al pendiente de lo que haces, de que entras a algún lugar y todos volteen a verte- señalo hacia las ultimas gradas que estaban vacías. -Sé que te encanta llamar la atención- se respondió solo - ¿Pero realmente no te fastidias? - reí ante sus rodeos.
-Antes no- dije sentándome a su lado -Ahora tampoco- dije y soltó una carcajada -Pero ya no es algo que me interese- era verdad -Bueno... Solo una en particular- volteo a verme y sentí ahogarme en la profundidad de sus ojos.
- ¿A si? ¿La de quién? - Daniel grito mi mente.
-La tuya- mi corazón tomo las riendas de mi boca. Negó con la cabeza y volteo la mirada hacia el campo. -Aun que te de lo mismo- susurre herida al ser ignorada, le había dicho que solo me interesaba él y solo volteo a ver el césped.
-Nunca dije que me daba lo mismo- ¿no podía voltear a verme?
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•La Jugada del Destino• [[TERMINADA]]
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