No emití sonido alguno ¿de verdad se estaba disculpando conmigo? Con el rabillo del ojo podía verlo con su mirada en el horizonte.
-No hay nada peor que una disculpa forzada. - dije seriamente al igual que el con mi mirada fija en algún punto invisible en el campus.
- ¿Como una disculpa no es forzada?- dijo irónicamente.
-Cuando de verdad lo sientes y no lo haces por lastima. - Acomode un mechón de cabello que se había salido de su lugar -pero está bien acepto la "disculpa"- hice comillas con mis dedos - ¿Ahora ya me puedes dejar sola? - la verdad quería estar sola, no tenía ganas de pelear y con Diego a un lado era todo lo que podía hacer.
-No, no puedo- volteo a verme, bufe con fastidio y tome mi bolsa para ponerme de pie -No, no y no- repitió tomándome del tobillo para evitar que caminara. - ¿Qué se siente cuando quieres estar solo y alguien está ahí sin dejarte en paz? - se refería a lo que yo hacía con él.
-No- alargue -yo estaba detrás de ti porque quería conocerte y tú ahora lo haces solo por molestarme- dije mientras intentaba liberar mi tobillo de su agarre, pero la ventaja era que no dejaría la mitad de mi zapato entre la tierra.
- ¿Y ya no te interesa? - con un rápido movimiento me hizo caer en el césped.
-No, en lo absoluto- mentí.
-No te creo- aseguro.
-No me interesa si crees o no- le dije seria.
-Oh vamos, aprovecha antes de que me arrepienta- sonrió. Insisto la sonrisa de este hombre es hermosa.
- ¿Aprovechar qué? - Contesté sin entender.
-Responderé todo lo que quieras. - pasó su mano por su cabello despeinando un poco su negro cabello.
- ¿Lo que yo quiera?
-Bueno solo 5 preguntas- ya era un avance.
- ¿Por qué solo cinco?
-Porque no debe tardar en tocar el timbre y tengo que entrar a clases. Te quedan cuatro- dijo sonriente.
- ¿Qué?- alargue molesta, esa no valía.
-Que solo te quedan cuatro. - Repitió -Ahora solo te quedan tres.
- ¡No! - grite entre molesta y riendo -a ver- dije mientras que analizaba en mi mente bien las preguntas que le haría. - ¿Por qué estás un año atrás?- ¡Que estúpida! ¿Por qué pregunte eso?
-Tenía que encargarme de Anna y Jared, así que trabajaba mañana, tarde y noche y no podía seguir estudiando, así que me salí por un año para juntar la mayor cantidad de dinero y luego poder regresar.
- ¿Por qué te encargas tú de Anna y Jared? - Él dijo que respondería todo.
-Mis padres fallecieron hace tres años- mi corazón se estrujo ante su seriedad al hablar -como era menor de edad una tía se hacía cargo de nosotros- rio -pero ella tenía bastantes problemas e hijos como para mantenernos a nosotros tres- sonrió -hablamos y después de mucha insistencia nos dejó regresar a nuestra casa y desde entonces yo me encargo de todo- mis ojos estaban como un par de platos. -Y la última pregunta...
-La última...- dije pensativa. Sonreí y me acerque más a él quedando a solo centímetros de distancia - ¿Por qué no te agrado? - soltó una carcajada.
-Esa es fácil - dijo divertido y mi mandíbula casi perforo el piso -Para empezar... odio el rosa, eres una superficial, crees que solo por usar vestidos caros y tener un lindo cabello puedes tener todo lo que se te antoje- ahora él se acercó más a mí y sentí como ahora mi estómago se retorcía -Pero por alguna extraña razón mis hermanos te adoran- subió su mano y acaricio mi mejilla ¡Dios mío! ¿Qué paso con él antipático Diego? -...Y creo que me comienzas agradar- la única acción que pude hacer fue cerrar mis ojos y esperar a que sus suaves labios hicieran contacto con los míos.
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•La Jugada del Destino• [[TERMINADA]]
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