•La Jugada del Destino• [[TERMINADA]]

- Capitulo 43 -

Íbamos ya de regreso a casa de los Aldana, después de pasar prácticamente la mitad del día en los juegos de la heladería.

Mi celular comenzó a sonar, escarbe en el desorden que había en mi bolsa hasta que lo localice. Era el número de mi casa.

- ¿Si?

-Señorita Yonhary - se escuchó del otro lado de la línea -Su madre pregunta que a qué hora llegara.

-Dile que no llegare- conteste seria y note como Diego volteaba a verme y luego regresaba su mirada al camino. -Dile que me quedare en casa de Luis. - Lucí una de las encargadas de la casa tapo la bocina y escuche como le repetía mis palabras a mi madre quien apuesto todos mis vestidos a que estaba perdida en su laptop y hablando por su celular.

-Dice que está bien que tenga cuidado- ahora necesitaba hablar con Luis.

Colgué y deje presionado el uno, que era la marcación rápida para Luis, lleve mi celular a mi oído.

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¿Con esa facilidad la dejaban quedarse en casa de Luis? Se la había pasado todo el día fuera y porque simplemente no le quería llegar a su casa no lo hacía.

- ¿Luis? ¿Dónde estás?- dijo pasando una de sus manos por su cabello. - ¿Me puedo quedar en tu casa hoy?- pregunto y volteé a verla, una sonrisa se coló por sus labios. -Gracias- dijo entusiasmada -Ahorita nos vemos- presiono el botón rojo. Una vez más volteé a verla, ella también volteo y me sonrió arrugando la nariz. Regrese mi mirada al camino.

- ¿Y cuándo vendrás de nuevo?- le pregunto Anna a Yonhary al momento que se despedía.

-P-Pues... Yo- balbuceo y levanto su mirada buscando la mía -Pues cuando tú me invites- le dijo sonriente.

- ¡Ahora!- Anna comenzó a saltar -Quédate mas ¿sí?

-Si dile Diego- me pidió Jared.

-No niños- dijo con un tierno tono de voz -Es tarde, y mañana tienen escuela al igual yo- les explico pero era imposible hacerlos cambiar de opinión.

-Vayan adentro ya- les dije y ambos voltearon a verme ¿tristes?

-Está bien- dijeron al unisonó, ambos dieron un beso en la mejilla de Yonhary y caminaron hacia la casa.

-Bueno...- alargo caminando hacia su auto -Adiós Aldana- ¿Qué? ¿Así nada más? ¡Maldita sea! ¡Eso es! ¡Eso es lo que precisamente odio de ella! En un momento es una y a los pocos minutos ya es otra.

Camine detrás de ella y cuando intento abrir la puerta puse mi brazo y volví a cerrarla.

- ¿Se puede saber qué haces?- pregunto dándose la media vuelta.

-No dejare que te vayas- dije firmemente acorralándola poniendo mis brazos a sus costados, ella abrió sus ojos como platos -No hasta que me prometas que no saldrás con Cristian.

- ¿Y por qué habría de prometerte eso?- frunció el ceño - ¿A ti que te importa si salgo con él o no?

-Solo no quiero que salgas con él- ni siquiera yo sabía el porqué de mi petición.

- ¿Celos?- pregunto tratando de provocarme, no le diría lo que quería escuchar.

-Sabes de sobra que no.

-Lo que yo sé es que te mueres de celos de que salga con Cristian pero no tienes el suficiente valor para decirlo- te está provocando Diego, no caigas. - ¿Lo ves?- sonrió macabramente - Te gusto...- subió sus manos lentamente por mi pecho hasta mi cuello -Incluso sé que crees que soy linda- gracias Anna.

-N-No.

-Oh por favor Diego- me interrumpió con fastidio -Deja de hacerme perder el tiempo y deja de perder tu tiempo- forcejeo tratando de hacerme a un lado pero no logro ni moverme un centímetro.

-Dejaré de hacerte perder el tiempo hasta que me digas que no saldrás con Cristian- insistí, simplemente no quería que lo hiciera.

- ¿Por qué Diego? - grito molesta.

-Porque no quiero que salgas con él.

- ¿Qué? ¿Ahora tú me dirás con quién salgo y con quién no? - dijo irónicamente. Realmente quería salir con Cristian.

-A si es- sonreí.

- ¡Ah! ¿Y se puede saber con quién si puedo salir?

-Con nadie. - La acorrale aún más pero esta vez pose mis manos sobre su cintura y sin darle tiempo a reclamarme algo uní nuestros labios. Por primera vez se negaba a corresponderme. Uní nuestras frentes dejando de besarla y subí mi mano a su cuello.

-No te creo en lo absoluto que quieras salir con él. - Mentí. Tomo mi mano y la quito.

- ¿Tu qué crees Diego? ¿Qué voy a seguir detrás de ti soportando tus rechazos? Ya lo intente, ¡Me gustas Diego! Pero ya me cansé. - Se dio la media vuelta y de nuevo intentó abrir su auto, esta vez