•La Jugada del Destino• [[TERMINADA]]

- Capitulo 58 -

Finalmente se escuchó la puerta de mi habitación cerrarse y seguido de esto los tacones de Yonhary sobre el piso de madera anunciaban su llegada.
Su cabello estaba en grandes, largos y perfectos caireles. Portaba un largo vestido rojo con lentejuela simulando un cinturón por el frente y por la espalda un sensual escote. No llevaba gargantilla o collar, dado a que era estilo diferente, algo así ella había mencionado. Pero era algo que yo no entendía del todo.
-Estas hermosa- dije y el corazón se me estrujo.
-Gracias- dijo sonrojada -Tú te ves guapísimo- dijo al momento de estar a solo centímetros de mí. -Si claro como digas - pensé sarcástico.
- ¿Nos vamos? - pregunte haciéndome a un lado.
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¿Era mi imaginación? o ¿Diego me estaba evitando? Seguramente es mi imaginación. Tome su mano y este volteo a verme. Le sonreí y no era mi imaginación... Forzó una sonrisa. Seguramente era porque esto de los bailes no le gustaba, pero sería el último que tendríamos y no me lo quería perder. Y él tampoco debía perdérselo.
Todas las miradas se posaron en nosotros al entrar al enorme lugar pero ya no me interesaba mucho que los demás me pusieran atención. Ahora lo único que quería era la atención de Diego.
El lugar estaba decorado como si realmente estuviéramos en el casino Montecarlo, desbordaba elegancia. Había mesas de Black Jack, Poker, ruletas entre muchas cosas más.
La mirada despectiva de Débora me recorrió de pies a cabeza, mientras que podía jurar que Daniel estaba rojo de la rabia.
Había unas cuantas mesas al aire libre, y Diego prefirió esa zona. Claramente no me negué. Vuelvo a repetirlo ahora solo me interesaba él.
El clima estaba increíble, el viento corría levemente pero no hacia ni frio, ni calor. Estaba perfecto.
- ¿Que tienes? - le pregunte ya que estaba muy serio.
-Nada- sonrió y paso su brazo sobre mis hombros.
A los pocos minutos Luis atravesó la puerta acompañado por Tamara que lucía un hermoso vestido anaranjado, que quedaba perfecto con su nuevo tinte de cabello, Rojo.
-Yonhary tengo que hablar contigo- dijo saludándome y después estrecho la mano de Diego. Quien seguía con su alarmante silencio sepulcral.
- ¿De qué?- pregunte.
-Ven- dijo tomando mi muñeca -Te la devuelvo en un segundo- se dirijo a Diego antes de alejarnos unos pasos.
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-Te la devuelvo en un segundo- sujeto a Yonhary de la muñeca y se la llevo un par de pasos dejándome con Tamara quien tomo asiento.
Este era el momento Yonhary quería ganar una apuesta. Yo la ayudaría.
Note que Luis y Yonhary habían terminado de hablar, me disculpe y me puse de pie para caminar hacia ellos. Ella me recibió con una enorme sonrisa. Hipócrita.
-Yonhary te amo- dije de golpe y de la misma manera sus ojos se abrieron.
-Bueno chicos yo los dejo solos- dijo Luis dándose la media vuelta.
-No- dije secamente sin romper la conexión de mi mirada con la de Yonhary que cambio de la sorpresa a la intriga. -Creí que debías estar presente para comprobar quien ganaba la apuesta ¿no?- la mandíbula de Yonhary si no estuviera pegada a su cráneo hubiera perforado el piso. -Me enamore como un imbécil de ti- le dije con un severo tono y note como sus ojos comenzaban a cristalizarse -Así que ganaste, felicidades y suerte con Daniel- me di la media vuelta y entre al salón inundado de gente ignorando los llamados de Yonhary.
-Wow fue más rápido de lo que me imagine- que mejor manera de cubrir mi dolor que con ironía.
Camine por el estacionamiento, solo quería llegar a casa, tal vez dormir, tal vez ver tv cualquier cosa que sacara de mi cabeza a La Falsa de Yonhary Smith.
- ¡Diego detente! - escuche su quebrada voz a mis espaldas. Me detuve y me di la media vuelta. -Por favor déjame explicarte, yo...
- ¡No quiero que me expliques nada! ¡No me interesa escucharte! ¡No me interesa verte! ¡No me interesa absolutamente nada que tenga que ver contigo! - grite y solo encogió los hombros, estaba asustada. -Así que ten- dije bajando mi tono de voz, tampoco quería que creyera que la golpearía. -Son las llaves de tu auto, toda tu ropa esta en tus maletas y las maletas están en el auto, te facilite el trabajo, así que ahora facilítamelo tu a mí y desaparece de mi vida.
Tome bruscamente su mano y puse las llaves en esta.
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- ¡Diego! ¡Por favor escúchame!- le suplique.
- ¿Que te escuche?- rio amargamente - ¿No te basta haberme mentido estos últimos tres meses?- mi llanto no cesaba -O ¿qué? ¿Me vas a decir que la apuesta era un juego? ¿Una broma?- volvió a reír y sentí miedo. - ¡Claro! ¡Ya se! ¡Te enamoraste de mí! Y renunciaste a la apuesta ¡Claro! ¡Qué estúpido eres Diego!
-Solo...
- ¿Pero sabes que es lo peor?- se acercó a mí solo cerré los ojos, me dolía tanto que me hablara así. A pesar de merecerlo. -Lo peor es que yo sabía cómo eras y no me equivoque- negó con la cabeza -Me equivoque al creerte... Al creerte que sentías algo por mí, al creerte que apreciabas a mis hermanos, al creerte esos besos, abrazos y caricias- mire sus ojos estaban llenos de coraje y de lágrimas.
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-Como te has de haber reído de mi- le había mostrado otra parte de mí que nadie conocía, me había entregado a ella, pensando que ella lo había hecho también pero solo había sido un juego, solo su diversión. -Yonhary Smith me arrepiento de todo lo que dije- camine hacia mi auto y abrí la puerta -Me arrepiento de todo- enfaticé -De todo lo que paso entre nosotros.