Prólogo.

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 —¿Esto era lo que querías? —se le quebró la voz a media pregunta, parpadeó tres veces seguidas buscando alejar aquellas lagrimas que se acumulaban en sus pestañas—. ¿Esta es tu manera de vengarte de mi, Jeon Jungkook?

 Jungkook negó con la cabeza, dando pasos vacilantes hacia el otro chico, su rostro fruncido por la desesperación y a medida que se movía, el cabello plateado le caía sobre los ojos, ensombreciendo su expresión. 

—Yo no... —quiso decir, siendo interrumpido por varios flashes de cámaras profesionales, de esas a las que él estaba acostumbrado al ser una celebridad. 

 Taehyung barrió con sus ojos el panorama. Estaban llegando más fotógrafos y gente de la prensa a aquella plaza, y Taehyung y Jungkook habían quedado atrapados en una rueda de esas personas, sin poder escapar. Estaban siendo expuestos, y Taehyung sabía que todo lo que había protegido del ojo público durante los últimos años había sido destruido en ese preciso momento. Él mismo estaba siendo destruido y la prensa lo publicaría a primera hora de la mañana en las noticias. El famoso Jeon Jungkook relacionado con él,  todos sabrían quién era en verdad. 

 Esa noche la luna no le sirvió de consuelo. 

—Lo lograste —susurró, consiente de que Jungkook lo había oído por la forma en la que sus ojos brillaron, la luz de la luna parecía bañar su figura de una manera casi sagrada—. Te felicito Jungkook, acabas de destruirme. Te vengaste, ¡¿No es eso lo que querías?! 

 No le importó. Dejó salir un sollozo lastimero. 

—Yo nunca te lastimaría, yo... 

—Mientes. 

—No lo hago, sabes que no. 

—No, no sé nada sobre ti —escupió Taehyung enrabiado, las emociones entremezclándose en su interior amenazando con sacar la peor parte de si mismo. 

  Y Jungkook se derrumbó con él. Hundió los hombres, pasándose las manos por el rostro, realmente desesperado, el mayor odió fijarse en que incluso con líneas de preocupación remarcando sus facciones seguía siendo la persona más hermosa sobre la faz de la tierra. 

—Si —dijo entonces, mordiendo su labio inferior ya que había comenzado a temblar—. Quise lastimarte, para que sintieras lo que yo en ese entonces. Quise lastimarte cuando me di cuenta de que a pesar de todo, incluso ahora me seguías mintiendo, quise tanto lastimarte por Dios... 

 Taehyung lloró al verlo llorar a él. Ambos, como si fuesen dos chicos de secundaria, perdidos y asustados, estaban llorando frente al otro y por el otro, con miles de cámaras captando cada uno de sus movimientos. La situación era por demás de inedita. 

—Pues en hora buena, me lastimaste como querías —le dijo Taehyung sorbiendo por la nariz—. Porque las palabras no pueden explicar lo mucho que te amé entonces y lo que te amo ahora. Y tú... simplemente querías vengarte, como si fuese un juego de niños. 

 Se dio la vuelta, incapaz de decir algo más, no sabía como iba a atravesar a todas esas personas y cortar todo el espectáculo, sin embargo, unas manos que se le antojaban familiares rodearon su cintura y un cuerpo se apegó al suyo, deteniendo su andar; aquél contacto se lo conocía de memoria. Aquella calidez y aquella piel, todo estaba gravado en su cuerpo como cicatrices, pero también como caricias ¿Como podría dejarlo ir una segunda vez?

—No pude, no pude lastimarte porque caí de nuevo por ti. Tienes que creerme —suplicó Jungkook contra su oreja, su aliento chocando contra Taehyung—. En ese entonces ¿Sabes cuanto desee que estuvieras allí? Pero estiraba mi mano y no te encontraba al otro lado de la cama. No quería que nadie más estuviese, solo te quería a ti, solo te necesitaba a ti maldita sea. 

 Taehyung cerró los ojos fuertemente y dos lagrimas rodaron por sus mejillas. 

—Todavía te necesito y esto, esto me está matando porque te amo y no he sido yo, tienes que creer que no he sido yo. Te amo como cuando teníamos dieciocho o incluso más. 

  Jungkook lloró más fuerte, parecía que no quería dejarle ir, pues su agarre era matador; el mayor se giró entre sus manos, de manera que sus miradas quedaban alineadas al igual que sus cuerpos. Sus corazones debían encontrarse en la misma situación; Taehyung ladeó la cabeza y observó las facciones del otro, la luna, el cielo y las estrellas, ninguno de ellos eran tan preciosos como Jungkook. 

—¿Me amas aún Taehyung? 

 Antes hubiese respondido con rapidez, amaba a Jungkook, jamás tendría dudas de eso. Pero, la verdadera pregunta era, ¿Seguía amando a Jungkook del pasado? ¿Podría amar alguna vez a éste como lo hizo con aquél? 

—No lo sé, nos amé, amo lo que fuimos aunque no sé si lo que somos ahora es bueno. Y juro que es más frustrante, porque amo tan sólo un recuerdo, amo algo que no sé siquiera si existe.



No se preocupen, aquí si tendremos final feliz, promesotaa. 

Gracias por leerme, un beso. 

Good Reputation- Taekook/Vkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora