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 Cerró los ojos con fuerza, quería chillar. ¿Realmente ellos eran inevitables? Parecía que el destino estaba haciendo sus jugadas, y que jugadas macabras. Taehyung no creía mucho en esa estupidez del destino, sobre como algunas almas estaban entrelazadas hasta el punto de volver a toparse una y otra vez para finalmente permanecer juntas, pero, justo en ese momento, el destino y la vida se estaban riendo en su cara.

—¿Tienes que ser tan terco Jeon Jungkook? —reprochó Taehyung en voz baja a la pantalla de su celular, terminó sonriendo de manera triste—. No has cambiado nadita...

 Era usual que Jungkook dejara mensajes para él, incluso hubo momentos en los que inclusive lo hacía mientras estaba borracho. Taehyung leía cada uno de ellos, pensando en que si Vante fuese otra persona diferente a sí mismo, a Jungkook lo hubieran expuesto fácilmente en la red por dinero. Este chico le contaba muchas cosas, incluso sus miedos y pesares. Y justo en ese instante le había escrito con la promesa de que se conocerían muy pronto. 

—¿Que pasa si resulta que Vante es un viejito de ochenta años? —le dijo al celular bastante frustrado—. Dios, es como si ya supieras quién soy. 

 Apagó el celular y lo tiró a algún lado del sofá, recostó la cabeza en el respaldo del mismo y divagó. Pensamientos yendo y viniendo sin descanso, atormentándolo. ¿Qué pasaría cuando Jungkook supiera quién era el famoso Vante al que estaba tan decidido a conocer? Le odiaría, si es que ya no lo hacía. Además, que no podía exponerse tanto, corría el riesgo de ser descubierta su identidad si se relacionaba con alguien tan conocido como el gran y famoso JK; y como ayuda divina, su iPad sonó, avisándole de una vídeo llamada entrante.

 Se colocó de pie y esquivó objetos y adornos, hasta llegar a su habitación, la modesta casa que había adquirido hacía un par de años no era muy grande, era bastante reducida, aunque bien cuidada y pintoresca, lo suficientemente cómoda para una persona. Terminó por echarse sobre su estomago en la cama con dosel de su habitación y aceptó la vídeo llamada, de inmediato, un par de ojitos castaños de bebé le recibieron, al igual que balbuceos y resoplidos. Taehyung se carcajeó para sí mismo.

—¡Kim Namjoon! ¡¿Como dejas sola a la bestia con mi teléfono celular?! —se escuchó de fondo la voz escandalizada de Kim Seokjin.

Taehyung sonrió aún más.

—¡Te he dicho que no le digas bestia a mi estrellita!

 De pronto, la pantalla mostró a un Kim Namjoon alzando en brazos a una pequeña y hermosa bebé de doce meses, quién agitó sus manitos encantada, manos que pararon en el cabello perfectamente cortado de Namjoon, quién, aunque lo tenía bastante corto, no se salvó de los jalones de su hija.

—Tu hija es una bestia, fin de la discusión —apareció de pronto en el radar Seokjin, un gracioso delantal floreado prendado a su cintura, pareció fijarse en Taehyung al otro lado de la pantalla, así que alzó la cámara para salir mejor en el recuadro—. Oh, así que ella te ha marcado.

—Sí, al guapo tío Tae —movió las pestañas el castaño, poniéndose cómodo sobre el colchón—. Mi hermosa e inteligente Hyuna.

—No ha servido que me cortara el cabello, aún consigue tirar de el —puchereó Namjoon, para luego colgarse a la bebé a la cadera y sonreírle a Taehyung—. Tae, hola.

 El mayor observó su panorama, Kim Seokjin con el rostro bañado de harina, un delantal amarrado a su cintura, Namjoon a su lado, lidiando con una muy traviesa bebé, que parecía estar volviéndolos locos. Lucían felices, como una familia verdaderamente a gusto de tenerse uno al otro. Eran el claro ejemplo de los destinos que se unían, se separaban y finalmente lograban unirse de nuevo.

Good Reputation- Taekook/Vkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora