Overlord: La Bruja y El Hechicero

Capítulo 6 : El hechicero y la puta

Notas:

"Habla normal"

'Pensamiento'

(Magia silenciosa)

[Magia normal]

{Cambio de ubicación, hora o punto de vista}

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Capítulo 6: El hechicero y la puta

La joven rubia tenía los ojos fijos en una de las tiendas de la Gran Plaza desde hacía algunas horas. Dicha tienda no era una tienda normal. En solo un mes se ha convertido en el lugar por donde pasó una gran cantidad de dinero. Ese lugar era La Tienda Del Hechicero. Los rumores decían que estaba dirigido por el mayor lanzador de magia del reino, Satoru, el lanzador de magia arcana del quinto nivel, un extranjero que llegó no hace mucho a la capital y cambió el equilibrio económico construido en décadas en solo unas pocas semanas.

No se sabía mucho sobre el hombre, aparte de su nombre. Dijo que venía de una tierra lejana al este del imperio. El hecho de que nunca se quitó la máscara fue también una de las razones por las que era tan misterioso.

La mujer tembló un poco cuando el viento frío golpeó su espalda. Se acercaba el invierno y el hecho de que llevaba una seda fina y delicada no ayudó, pero tuvo que usarla ya que sus habilidades de seducción eran mucho más efectivas con una tela tan reveladora.

El viento hizo que su mente volviera a la realidad mientras sus ojos se enfocaban una vez más en la tienda. Debido a la falta de información sobre el dueño, decidió que sería mejor observarlo. A sus superiores no les importaría tener más información sobre él.

Desafortunadamente, sus descubrimientos no valieron la pena en los últimos 4 días de espionaje. Ella confirmó que los rumores sobre las visitas regulares del Capitán Guerrero eran ciertos y el hecho de que una figura encapuchada siempre estuviera con él era curioso, probablemente era alguien de la facción real, que no quería ser reconocido en público. Esa fue la información más valiosa que había reunido.

Ayer decidió que finalmente iba a completar su misión hoy. A los altos mandos no les gustaba perder el tiempo si la información no valía la pena. Por eso eligió el mejor vestido que tenía y esperaba escondida en un callejón a que el lanzador de magia saliera de su tienda. Podía sentir la pequeña aguja en su manga que contenía el veneno paralizante. Si hacía bien su trabajo, podría ascender en las filas y llegar a la cima.

{Punto de vista de Satoru}

Tan pronto como el último cliente salió de su tienda, el lanzador de magia no-muerto suspiró aliviado. Puede que tenga un cuerpo de no-muerto, pero su mente seguía siendo la misma que la de antes. Todo el mundo estaría exhausto después de trabajar 12 horas al día.

Procedió a contar los ingresos totales del día. Estoy empezando a acumular una buena suma. Pensó, antes de poner el dinero en un saco y ponerlo en su inventario, el lugar más seguro que había.

Normalmente a esta hora del día volvía arriba y comenzaba a trabajar en la restauración, pero podía hacerlo mañana ya que el día siguiente era uno de los días religiosos donde la gente no puede trabajar.

También podría salir a caminar hoy, tomar un poco de aire fresco seguramente lo ayudaría. Cuando llegó a esa conclusión, su cuerpo se movió hacia la puerta. Salió de su tienda y cerró la puerta detrás de él, mientras colocaba una barrera contra cualquier ser vivo que intentara entrar.

El aire fresco de la noche lo golpeó. Mientras no estaba muerto, aún podía sentir la sensación del viento en su cuerpo y era bastante placentero. Incluso después de todas esas semanas saliendo sin una máscara de gas en la cara era una sensación bastante extraña. En el viejo mundo de Satoru, el aire ya no era respirable, por lo que cualquiera que saliera necesitaría una máscara de gas o moriría mucho antes de lo esperado.