Cuando el León atrapo a su Conejo [YiZhan] +18

Capítulo 3➷

— Deja de burlante de mi. -se enfado poniéndose de pie. Un escalofrío recorrió su piel desnuda al separarse del cuerpo tibio de Yibo.

En ese momento el león recordó que estar en su forma humana sin ropa que los cubiera, podía ser bastante incómodo si la noche enfriara un poco más. Levantándose camino hasta donde Zhan le daba la espalda abrazándose a si mismo. - Tenemos que encontrar un refugió para pasar el resto de la noche. -mientras despeinaba los mechones negros. -o al menos construir uno.

Zhan se volvió y le sonrió. -es una buena idea, tengo un poco de frío.

- ¡Bien! -se puso en cuclillas. -sigueme.- fue lo último que dijo antes de invocar su forma de león.

Zhan no era conocido por ser un conejo obediente. Cuando su padre le había dicho que no podía ir a corretear por allí durante su primera luna llena como adulto, lo tuvieron que encerrar en una jaula para asegurarse de que no me escaparía, ahora se encontraba a si mismo siguiendo gustosamente a donde el león lo llevará, cuando hace solo unos segundos quería arrancarle la cabeza. Extraño, fue la mejor palabra para describir la situación.

El joven liebre estaba tan concentrado en sus divagaciones que no notó cuando el león paró en secó, estrellándose con su parte trasera. En consecuencia Zhan le mordió la cola. El rujio de dolor del león no tuvo precio. Quién pensara que los conejos no pudieran reírse, tendría que haber visto a la liebre revolcandose en el suelo, al parecer el león era muy sensible en esa parte de su anatomía.

Un gruñido profundo hizo que la liebre dejará de rodar sobre su espalda, acostándose de lado levantó la cabeza para ver la mirada extrañamente seria que el león le dirigía. En ese momento Zhan fue plenamente consciente de lo que había hecho, le había mostrando la pansa a un león, uno del tipo dominante. "¡Diablos!" fue el triste pensamiento del conejito al ponerse de pie de un salto.

El león le dedicó una mirada severa y luego se dio la vuelta y siguió con su camino. Extrañamente nervioso ante la repentina muestra de madurez del chucho, la liebre lo siguió calladito con mucho cuidado de no hacer más mónadas.

Un árbol bastante grande con un hueco en su base fue lo que acabó por proveerles refugio durante el resto de la noche, Yibo había insistido en que no quería dormir a campo abierto. Esas tierras podían ser territorio de alguna manada, aunque no había olido ninguna en todo el trayecto que llevaba recorrido.

Estirando el cuerpo conejo, Zhan despertó cuando un rayo de sol se filtro entre las hojas dándole justo en la pequeña carita peluda. Al tratar de levantarse descubrió que una enorme pata felina lo sostenía imposibilitadolo de moverse. Si eso no fuera suficiente incómodo, una enorme lengua lamio desde la parte de a trás de la cabeza hasta llegar justo en medio de sus orejas.

Como muestra de cariño, mordió la pata que lo sostenía presado contra el suelo de manera que una gotita de sangre se filtro entre el pelo rubio. El león de inmediato retiro la extremidad pero una nueva lamida recorrió su cuello y casi llegó a su hocico de liebre. Al ver que sus desquites solo provocaban que el león se pusiera más mimoso, salio corriendo del hueco del árbol. Queriendo aumentar la distancia dio un salto hasta llegar a la primera rama de un árbol cercano. El corazón le latía tan rápido que sentía que se le iba a salir del pecho. Estaba seguro que ese león lo provocaba a propósito.

El león se estiró un poco bostezo mostrando todos sus colmillos y filosos dientes, luego salió tranquilamente del refugio. Zhan observó todo los movimientos del grandioso animal desde su posición privilegiada sobre la rama del árbol. Era una criatura totalmente fascinante ese chucho, a pesar de ser un animal joven era grande, bajo el pelaje rubio se adivinaba una buena musculatura, las patas eran fuertes y largas, las garras que rasgaron el suelo en un último acto de desperezamiento parecían capacez de partir a una piedra por la mitad.