—¡Papá! — gritaba Yibo—no hagas esto. No dejes que me toquen… ¡Créeme, papá!... Estoy esperando una cría, no dejes que nos lastimen.
El león alfa y su hijo aullaban tratando de liberarse de las cadenas que los retenían, los animales sabían que si el conejito era expuesto, los instintos le dirían que debía salvar al cachorro ante los desconocidos. El estrés podía causar un aborto.
El médico de los halcones, un hombre alto, de aspecto desgarbado y mirada desinteresada, pidió que el paciente fuera atado a la cama, dos cambia formas osos tuvieron que luchar contra el furioso conejito para lograr hacerlo.
Nuevamente el anciano se puso de pie, la inteligencia del zorro reflejada en los ojos cafés. El cabello canoso y el cuerpo ligeramente encorvado delataban los muchos años del miembro más antiguo del Consejo—. Te pregunto nuevamente, Alfa Conejo ¿estás dispuesto a continuar con esto para probar que tu hijo no es la pareja del león Yibo, hijo del Alfa Hang, de los leones?
—Continúen— fue la simple respuesta del padre del conejo.
En ese momento la parte humana de Zhan perdió toda esperanza, dejando libre a la naturaleza liebre, que estaba dispuesta a hacer lo que fuera para defender a su cachorro no nacido. Las cadenas que lo retenían contra la cama le impidieron la transformación.
El viejo zorro miró largamente al Alfa Conejo— Si te equivocas, esto que estamos haciendo puede dañar al cachorro, que de existir, sería tu nieto—. Al ver que el conejo testarudo no daba el brazo a torcer, autorizo al médico de los halcones para continuar con la revisión.
El médico aparto cuidadosamente el abrigo con el que el conejito había tratado de mantener a salvo su vientre de los curiosos, luego de levanto la camiseta, dejando la piel color crema desnuda.
Zhan chillo, pero la mordaza que le había puesto en la boca para no desconcentrar al médico, le impidió hacer cualquier escándalo. Tirando de las manos y piernas trato de liberarse de las cadenas que lo retenían contra la mesa. El halcón estaba demasiado cerca de su cachorro, sin importar que las muñecas y los tobillos sangraran, no dejo de luchar hasta que los osos lo retuvieron para evitar que se hiciera más daño.
El médico se concentro en su trabajo, las manos frías sobre el vientre del conejito. Apretando busco la pequeña hinchazón que formaba el útero, donde se albergaba la nueva vida. Zhan se sacudió al sentir el taco desconocido contra su piel, ahora era tan distinto a cuando Ester los había revisado, sintió asco, miedo, furia, todo junto en una maraña de sensaciones que hicieron que Zhan luchara con todas sus fuerzas para defenderse.
—No dejen que se mueva— ordeno el halcón, saliendo de su estado letárgico. Arrugando el ceño, agrego— necesito sentir el útero, de estar preñado de hace un mes, aún es pequeño y podría lastimarlo fácilmente.
Para lograr palpar correctamente, el médico tuvo que hundir las manos en la superficie plana, luchando por no ejercer demasiada presión. Justo cuando lograba delimitar el área donde estaba anidado el cachorro, uno de los osos descuido el agarre, dejando al conejito lo suficientemente libre como para levantar la panza, causando que el halcón lastimara el delicado capullo que albergaba la nueva vida.
El dolor fue tan intenso que Zhan sintió que moriría allí mismo, sobre la camilla, a la vista de todos los ojos crueles que lo habían visto luchar sin mover un solo dedo para defenderlo. Desmayándose se dejo de caer sin fuerzas sobre la cama, ya no lucharía más contra sus captores.
Liam, que hasta ahora había sido retenida por su marido, impidiendo que pudiera ayudarle a su cachorro, se dejo llevar por un llanto silencioso.
Todo el bullicio paro de pronto, la calma después de una terrible tormenta. Los leones encadenados que habían luchado contra las restricciones, tenían un charco formado con su propia sangre sobre las losas blancas del piso, ahora observaban atónitos la terrible escena.
El médico dio un paso atrás, alejándose de la camilla, dirigiéndose al Consejo, declaro— El Conejo Continental Zhan, hijo del Alfa Ying tiene más o menos un mes de gestación. Por el tamaño del útero puedo puntualizar que bien podría tener gemelos o un solo cachorro de un tamaño grande. La energía que despide la nueva vida me dice que es, o son, los hijos de un Alfa. El médico fue sacado de la sala antes de liberar a los leones, ya que era normal que los animales despedazaran al causante del daño a una pareja.
Regresando a su forma humana, el Alfa Hang y su hijo tomaron el desmayado cuerpo del conejito, cubriéndolo con una manta.
—Hoy el Consejo de Cambia formas reconoce el emparejamiento entre Zhan de la raza de los Consejos Continentales e Yibo de la raza de los Leones. Dejando claro que el Alfa Ying ya no tiene ninguna autoridad sobre su hijo, el que ahora pertenece a la manada de los leones.
Los leones ni siquiera se detuvieron a terminar de escuchar el veredicto, por ellos todos se podían ir a la mierda. Cuando Zhan despertó estaba en brazos de su pareja, sin poderlo evitar comenzó a llorar desconsoladamente.
—¿Dónde estamos? — pregunto el conejito cuando volvió a despertar, aún escondido bajo las mantas.
—En el hotel donde nos quedamos antes— le respondió abrazando a la liebre, que descansaba sobre el regazo de león.
—¿Y mi cachorro? — Dejo salir un gemido lastimero el conejo— ese hombre me lastimo, me dolió tanto…
—Calma, amor.— lo tranquilizo Yibo—. Papá llamo a casa, Ester viajo hasta aquí para revisarte.
—He dormido mucho tiempo— trato de enderezarse Zhan, por supuesto, Yibo se lo impidió.
—Me asustaste— lágrimas gruesas resbalaban por las cinceladas mejillas del joven león.— Te juro que no pude respirar tranquilo hasta que Giang me dijo que el cachorro y tu estaban bien… Siento tanto no haber podido evitar todo esto.
Zhan se incorporo, sentándose pudo mirar a los ojos del león que lo miraban llenos de culpabilidad— Mi propio padre causo esto, no tú, no yo… Quizás algún día lo perdone, pero no será hoy ni mañana.
—¡Te amo! — Pudo decir Yibo cuando logró controlar sus lágrimas— si te pierdo te juro que no viviré un día más después de ti.
La risa clara del conejo desconcertó al león— ¿Qué es tan gracioso?
—Tú—, se encogió de hombros como el malcriado que era— de seguro no terminan de enterrarme cuando ya andas con la cola al viento buscando un culo para joder… ¡Eres un León calentón!
Después de recuperarse de la sorpresa inicial, Yibo logro defenderse— Y tú eres un culo malagradecido…
—Ya eso me lo dijiste cuando nos conocimos—, se burlo el conejo dándole un beso robado a su amante— trata de ser más imaginativo.
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Cuando el León atrapo a su Conejo [YiZhan] +18
FantasyUn León y Un Conejo continental, ambos muy jóvenes. Por accidente acaban siendo arrastrados lejos del territorio de sus manadas. Ahora juntos comienzan un viaje para regresar a sus hogares. El León descubre que quiere a un Conejo para lamer y el con...