Hold on; De Ricos Y Pobres (Taennie y JiKook)

Capítulo 36~Asesino

Jennie estaba sentada a la fuerza contra una furgoneta de las más destrozadas, a su lado Jackson, Moonbyul, Hwasa y B.I. que también habían quedado rezagados junto a ella y habían sido detenidos. Los cinco tenían sus mando esposadas al frente y habían pactado un silencio sepulcral con los policías.

Así fue hasta que dos coches más hicieron acto de presencia, uno lo reconoció al instante; el señor Kim bajó alterado y a su vez altanero de su costoso mercedes.

-Todos detrás. -Exigió Jennie poniéndose en pie.

-¿A quién tenemos? -Escuchó a Hynjung preguntar al comisario.

-A la víbora principal. -Respondió este apartándose del campo visual de ambos.

-Jennie. -Susurró el hombre cuando la vio, magullada y esposada frente a él.

-Hola señor Kim, ¿qué tal querido suegro? -Saludó con una sonrisa extremadamente fingida. El nombrado se encaminó valiente y cabreado hacia ella.

-Arpía destroza hogares... -Comenzó a decir furioso, sus ojos llenos de rabia, pero ella le interrumpió con una calma que heló la sangre de quienes escuchaban.

-No, no, no. -El hombre paró su andar frente a ella. -El destroza hogares eres tú. -Lo señaló con ambas manos esposadas, el comisario se colocó al lado de ambos Kim encarados. -Tú mismo has destruido a tu familia. -Jennie cambio su semblante a uno tan o más cabreado que el de él. -No me eches a mi la culpa de haberles abierto los ojos de la asquerosidad que eres. -Un leve silencio se creó entre todos en aquel puente de madrugada, hasta que Hynjung gritó.

-¡Llevadla a comisaría! -Demandó a todos los policías que estaban sorprendidos por todo lo acontecido aquella noche.

-¿Y qué hacemos con ella? -Preguntó el comisario, acercándose más a ella con la intención de sujetar su brazo y llevársela.

-Mañana iré a hablar con ella, tal vez podríamos inventarnos algunos cargos importantes para que acabe en prisión. -Dijo el señor Kim con una sonrisa macabra, la sonrisa de un loco desquiciado.

-¿Y con ellos? -Preguntó de nuevo el comisario, señalando ahora a los dos chicos y chicas víboras que acompañaban a Jennie. Esta prestó real interés.

-Lo mismo. -Dijo con desgano, como si fuera algo obvio destruir sus vidas solo por ser quienes eran; solo por tratar de buscarse una buena vida y querer destruir su imperio de mentiras y delitos.

Jennie entonces sintió de nuevo esa rabia crecer en su pecho. Vio la oportunidad y no la dejó escapar. Fue rápida en romper la distancia con el comisario, arrebatarle el arma que llevaba en la funda de su cintura abierta y colocar la pistola directa en la nuca de Kim Hynjung amenazante.

-Ni un movimiento, tengo buen pulso. -Amenazó cuando el resto de policías sacaron sus armas apuntando a ella, el señor Kim quedó bloqueado al sentir el frío del arma en la piel desnuda de su cuello. -Puedo ir directa a matar, así sí iría a prisión con sentido. -Esas palabras helaron a todos los presentes, el comisario pidió que bajarán sus armas dándole el camino libre a Jennie. -¡Víboras al nido!

-¡Nini no! -Su exigencia era clara, debían irse sin ella. Huir por sus vidas, pero Jackson no pudo evitar llevarle la contraria por su valentía, por su integridad.

-¡Víboras al nido he dicho! -Volvió a gritar mucho más fuerte, más poderosa y de mandato. Las víboras se vieron entre ellas antes de echar a correr hacia el sur, los policías viendo cómo se escapaban sin poder impedirlo.

Cuando Jennie estuvo segura de que no les seguirían y que habían alcanzado zona segura dejó caer sus manos y con una templanza envidiable le devolvió al arma al comisario. Kim Hynjung se giró a verla, su rostro roto y demacrado por el miedo.