CAPITULO 26

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Alana 

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Alana 

Los días fueron pasando y yo me sentía en una burbuja en donde nada más existía Adair y yo. Pero no todo es como uno desearía que fuera.

En estos días he ido conociendo más de él, me ha demostrado que puedo confiar en él, pero me tengo que ir con cuidado porque no se si el rumor que está circulando sea verdad o no y tengo miedo a que me puedan lastimar, pero lo que más me gustaría hacer es volver a darle un beso en sus labios aquellos labios que los tengo tatuados en mi ser. Tienen una mezcla de menta que me gusta. Lo recuerdo muy bien aunque aquella ocasión que nos besamos tenía una combinación de alcohol que quedaba muy bien.

Hasta el momento nada más me abraza, me da besos en mi frente o mejilla pero no en los labios como desearía. Se que es entendible porque no somos nada, pero deseo que esos labios los vuelva a probar. Esos labios que son mi dulce adicción. Toda revolución comienza y termina en sus labios.

Realmente en la escuela, en nuestro tiempo libre no la pasábamos juntos o con mis amigos.

Mis amigos lo han aceptado muy bien, en especial Uriel, se ha visto muy amable y ha puesto en práctica lo que hablamos aquella vez en mi departamento; sabe que esta es la última y única oportunidad que le doy para recuperar nuestra amistad y lo ha demostrado muy bien hasta ahora.

Después del accidente que tuve con Uriel dure unos tres días en arreglar las cosas con ellos y me entendieron a la perfección de que necesitaba mi tiempo y espacio, cosa que me dieron y fue de mucha ayuda ya que tenía que pensar muchas cosas y a la vez aclararlas, que quiero ir mejorando en mi camino hacia la vida.

Todos cometemos errores, pero si no aprendemos de ellos es como si no nos diéramos cuenta de estos.

(...)

El lunes llegue a la escuela, con una ojeras horribles ya que me había desvelado estudiando ya que por la mañana me la pase con Adair contando un poco de nuestras vidas. Por lo que me tocó estudiar cuando se fue a su casa, quería estar muy preparada para mi examen que me tocaba al día siguiente.

Ya dentro del salón, me senté y espere a que llegara el maestro para que nos aplicará el examen. No tardó mucho y dio las indicaciones que ya todos sabíamos.

—Jóvenes al que encuentre volteando a ver a su compañero su examen se le quitará y lo que hayan respondido será su calificación. Entendido—dijo el maestro lo más serio que sea posible.

—Entendido maestro—mencionamos al unísono todos

Me concentré y me dispuse a contestar el examen, respondí cada una de las preguntas muy rápido pero no quería confiarme de ello por lo que cuando termine de responder todas las preguntas le di una revisada con profundidad para ver si era la respuesta que había seleccionado es la correcta y si estaba en lo cierto, rara vez me iba muy mal en un examen, espero que no sea en esta ocasión porque si realmente no estudie como debería haber hecho y realmente fue por la discusión que tuve con Uriel y mis amigos y por supuesto conocer a Adair.

Mi niña bonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora