Dos: Vergüenza escarlata, collar de zafiro.

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En el segundo día, se negó a comer. Arrastrado con cadenas junto a su bandeja de comida, fue empujado dentro del cuarto. Una hermosa y cómoda cama en el costado y un escritorio justo en frente de donde se abría la puerta. No era un cuarto gigante, pero el espacio estaba organizado de manera estratégica y se sentía amplio. -¿Causando problemas de nuevo? ¿No te lo he advertido ya?

-Escupió en mi comida, lo vi. -Jiang Cheng se paró derecho con su barbilla señalando al hombre que tenía a su izquierda. -No voy a comer mierda.

-¿Es eso verdad, Su She? -La pluma que estaba sosteniendo terminó descansando sobre el frasco de tinta.

-No, no lo es.

-Tu saliva asquerosa está todavía sobre mi arroz. Se puede ver desde aquí. -El hombre sudó.

-¿Su She? -Lan XiChen miró hacia arriba. Sus codos reposando sobre la mesa, dedos entrecruzados.

-¿Sí, Zewu-Jun?

-¿Has escupido en su comida?

-Sí, lo hice.

Su sonrisa creció. -Tienes dos opciones porque estoy de buen humor. Uno, él escupe en tu comida también y los dos se comen su plato. Dos, tienes hasta que este incienso se consuma para traerle un nuevo plato o le acompañaras en la celda esta noche. -La flama comenzó a consumirse. -Mi paciencia es una virtud que extiendo a muchos, pero nosotros buscamos ser honrados y justos en este barco y no estoy permitiendo malos tratos innecesarios.

-Sí, Zewu-Jun.

-Suéltalo y tráele su comida, ahora. Él puede esperar aquí. -Señaló el asiento en frente de él.

-Pero...

-El tiempo está en tu contra en este momento. Llama a Wangji cuando salgas. -XiChen bajó su cabeza para atender de nuevo a lo que estaba escribiendo.

Jiang Cheng fue liberado y se sentó donde le habían dicho. Lan Wangji entró un par de minutos después. -Que lindo collar de zafiro, Lan Wangji. -El pirata le sonrió, mirando fijamente al collar fino. Incluso si se veía caro, el zafiro era sólo la piedra, sin pulir.

Hanguang-Jun apretó sus labios y escondió el collar dentro de sus ropas sin responder

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Hanguang-Jun apretó sus labios y escondió el collar dentro de sus ropas sin responder. -Hermano, ¿para qué me llamaste? -Su largo cabello atado en una cola de caballo alta se movía en lo que él cambiaba su posición para mirar a su hermano mayor.

-Estamos dirigiéndonos al puerto cerca de Gusu y nos tomará un poco más. Los rumores dicen que los piratas Wen también están ahí. Mañana nos anclaremos cerca de las colonias españolas, por favor investiga.

-Mn.

-Eso es todo. Puedes irte.

Wangji asintió y se fue, justo a tiempo para abrirle la puerta a Su She.

-Déjalo aquí y ve a atender tus deberes. -XiChen ordenó.

-Sí, Zewu-Jun.

El congee de vegetales fue depositado en la mesa y XiChen tomó la cuchara antes de cualquier otro pudiera. Tomó un pequeño bocado de la comida y dejó la cuchara de nuevo en su lugar.

De Pirata a Robacorazones | XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora