Cinco: Enemigo en común

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El pirata camino de nuevo a la cama, para acostarse en ella un rato. Quería descansar su cuerpo sin en verdad dormirse así podía recuperar un poco de fuerza. Era la primera vez que estaba en Gusu así que escapar iba a ser complicado, pero aún tenían un par de días más de viaje si su objetivo final era la Ciudad Prohibida.

Cuando su compañero de cuarto se fue a su cama, Jiang Cheng le escuchó decir: -Sólo nos quedan un shichen y medio del día. Deberías intentar dormir.

Tenía una peculiar forma de saber la hora, A-Cheng no la entendía. Era tiempo de esperar, Wanyin pretendió estar dormido y esperó hasta que pudo escuchar la respiración de XiChen profundizandose. Tomó la cadena, intentó ver como sacarsela. El marco de madera de la cara era bastante refinado, y el otro lado de las cadenas estaba trabado allí. Era muy molesto pensar que tendría que pedir permiso hasta para ir al baño. Silenciosamente empujó el patrón intrincado del borde de la cama y rápidamente se encontró con que este estaba suelto. Perfecto.

El humo comenzó a llenar el techo del segundo piso. Jiang Cheng frunció el ceño. Tuvo que arrastrar la cadena al otro lado del cuarto en silencio. Enrollándola alrededor de su hombro, agarró sus dos armas.

El hombre que descansaba en la cama al lado se movió. Wanyin se congeló. Lan XiChen suspiró, sus pestañas moviéndose levemente antes de relajar su expresión de nuevo. El olor a madera quemada le hizo darse cuenta de lo que estaba pasando. Corrió a la ventana, abriéndola sin importarle el ruido que hiciera. Cuando vio esos soles bordados en rojo en sobrevestas, se enojó. Los Wen habían venido a hacer un desastre. Jiang Cheng iba a saltar por la ventana cuando una explosión le hizo tambalearse. Habían comenzado a incendiar el edificio. Se dio la vuelta para despertar a Lan XiChen. -¿Qué estás haciendo? -El frío final de Shuoyue fue colocado sobre donde sus clavículas se juntaban.

-Los Wen vinieron a quemar el edificio, necesitamos irnos. Ahora.

-¿Por qué no estás encadenado a la cama? -La voz de XiChen era helada. El cabello que solía usar en una cola de caballo alta estaba suelto, mostrando su largo completo.

-Estaba intentando escapar, pero eso no importa ahora, Wen Chao está aquí. ¡Vayamos tras de él ahora! O lo perderemos. -Jiang Cheng dio un paso hacia atrás y miró a través de la ventana cuando cadenas sonaron. -¡Su She está escapando! ¡Mira, mira!

-Tsk... Si apuntas tu espada a uno de mis hombres, te mataré. -El pirata sintió un tirón en su brazo y miró hacia abajo. Sus cadenas cayeron de su muñeca al piso y vio a XiChen sacar su listón de su frente para atarlo donde la cadena solía estar. El otro final fue atado alrededor de su muñeca enrojecida.

-¿Qué estás haciendo?

-Manteniendote cerca. Vamos. -XiChen le tiró para que le acompañara, la sobrevesta de Lan Wangji, ahora seca, fue posicionada en la pequeña mesa del cuarto y todo lo que habían traído fue apilado sobre esta. De alguna forma, el capitán fue capaz de cerrarlo todo como un paquete de tela (包袱) que ató alrededor de su cuello. Ahora estaban asegurados su cabello y las cosas.

Jiang Cheng posicionó su látigo en su cintura, sosteniendo su espada con su mano derecha, XiChen le había atado su muñeca izquierda. -Pensé que eras diestro. -Le dijo viendo el otro extremo atado a su mano derecha.

-Soy ambidiestro. Puedo usar mi espada con las dos manos.

Eso era impresionante. -Cómo se esperaría de nuestro general, Lan Huan. -A-Cheng dijo cuando lo sintió pararse. XiChen giró su cabeza hacia atrás, mirando al pirata pero manteniéndose en silencio. Detrás de Jiang Cheng la puerta se abrió.

-Wangji.

-El primer piso se está quemando. -Él dijo.

-Salgamos por la ventana. Ven. -Wanyin agarró la mano de XiChen antes de correr dentro del cuarto de nuevo. -Podemos deslizarnos por el pecho. El primer piso es solo siete u ocho chi de alto (2.33m to 2.66m). Podemos caer sin lastimarnos.

De Pirata a Robacorazones | XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora