Uenoyama es un alfa un tanto solitario y sin nada que le interese mucho además de la música.
Todo cambia radicalmente cuando, una tarde de primavera, conoce a Mafuyu.
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Uenoyama estaba nervioso y no sabía por qué. Lo más difícil para su relación con Mafuyu (presentarlo, a él y a Eiji a su familia) ya había pasado y todo salió bastante bien.
Su madre de puso muy contenta de que tuviera novio. Su padre, al principio, no estaba del todo seguro pero cuando Mafuyu le prometió que se haría cargo de él, todas sus dudas se disiparon. Y Yayoi quedó prendada del omega y del bebé al cual instruyó para llamarla tía. Cuando su pequeño novio se fue después de cenar, sus padres hablaron con él. Le dijeron que si era feliz lo apoyaban y que debía comportarse como todo un alfa respetable ya que ahora no sólo tenía un omega sino también un bebé a los cuales debía proteger y amar. Uenoyama, muy serio, dijo que se haría cargo y que daría todo de sí para hacer funcionar su familia con Mafuyu.
Pero ahí estaba, muriendo por dentro. Ese día iría a comer con Haru y Akihiko para presentarles a su pareja e hijo.
—¿Estás bien, Uenoyama-kun?—pregunta Mafuyu inclinándose hacia adelante para verlo a los ojos—Luces un poco pálido.
—Ah...¿qué dices? Estoy bien.
—Papá—Eiji, quien está en sus brazos, lo llama.
—¿Qué pasa, bebé?
—¿Miedo?
A veces odiaba que Eiji fuera muy receptivo. Tenía un año y medio pero era muy inteligente.
—Claro que no—réplica negando con la cabeza—¿Por qué tendría miedo? Solo iremos a conocer a mis compañeros de banda.
—Entonces no te preocupes—concluye Mafuyu dándole un beso en la mejilla—Todo saldrá bien.
Después de dos minutos de caminata llegaron a la cafetería donde comerían. Uenoyama revisó el lugar con la mirada y soltó un pequeño suspiro al ver a Haru-san moviendo la mano para llamar su atención.
—Bien, hagamos esto.
—Parece que estás a punto de lanzarte de un paracaídas—se burla el omega.
Uenoyama, por su propio bien, decide ignorarlo y camina directo a la mesa donde sus compañeros de banda los esperan.
—Ue-sama—lo saluda Kaji mirando con curiosidad al niño en sus brazos—Tardaste una eternidad.
—Perdón, se nos hizo un poco tarde—el guitarrista traga saliva y pasa un brazo por los hombros de Mafuyu para acercarlo—Bueno...chicos, él es Mafuyu Sato mi novio y él es Eiji, mi bebé.
Mafuyu hace una pequeña reverencia—Es un gusto conocerlos.
Eiji saluda con su mano, justo como Uenoyama le dijo antes—Hola.
