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-Viernes por la mañana; Auckland, Nueva Zelanda-

Al otro extremo de aquel puente se encontraba Jennie, vestido blanco, cabello a los hombros y descalza, observando al horizonte, del otro lado se encontraba Lisa quien observaba la imagen de su amada que se encontraba de espaldas.

-Jennie!

Gritaba ella repentinas veces pero ella pareciera no escucharla, cada vez que se acercaba ella parecía alejarse más, el clima era nublado y una tormenta parecía aproximarse. Lisa se detuvo a mitad de aquel puente estrecho, sabía que si continuaba no lograría nada.

-Jennie!!

Grito una vez más, intentando llamar la atención de aquella chica, pero ella solo se mantenía estática mirando al horizonte.

Lisa corrió, corrió lo más rápido que podía, quería alcanzar a Jennie pero no podía, corrió por aquel camino estrecho pero un mal paso provocó que está cayera por el abismo hasta chocar con el agua, sabía que ese era su final...

Abrió los ojos, tenía su cuerpo sudado y la respiración agitada, observó a su alrededor se reincorporó en aquella cama dándose cuenta de que todo había sido una pesadilla una aterradora pesadilla.

-¿la misma pesadilla de siempre? -pregunto aquella chica rubia desde el tocador mientras cepillaba su cabello dándole la espalda-

-si -suspiro pesadamente- es extraño porque ya no la había tenido -se levantó de la cama, colocándose sus pantuflas, camino hasta donde estaba la chica, tomo sus hombros y dejó un beso en el cuello de esta- buenos días

-buenos días -aquella chica se levantó, abrazo a Lisa por los hombros, colocando su cabeza en el hombro de la pelinegra-

-¿te has bañado ya? -se atrevió a decir aquello, pues el olor a jabón llegaba hasta su olfato- ¿por que no me esperaste?

-estabas dormida, anoche te acostaste ya muy tarde y quería dejarte descansar -volvió a su posición anterior continuo cepillando su cabello- ve a bañarte, prepararé el desayuno enseguida

Lisa obedeció las órdenes de su esposa. Rosé al terminar de cepillar su cabello, procedió a vestirse debí darse prisa pues sabía que Lisa no tardaba mucho tiempo en bañarse.

Al bajar las escaleras una melodiosa voz la detuvo.

-mami! -grito la pequeña corriendo a los brazos de su madre-

-Rosie -tomo a la niña entre sus brazos alzando la de forma divertida - ¿te has bañado ya?

-si mami

Rosé bajo a la pequeña y caminaron juntas hasta llegar a la cocina, normalmente Lisa es la que preparaba el desayuno pero esta vez sería diferente pues ella quería consentir a su esposa, últimamente no ha tenido mucho tiempo para descansar y supuso que debería de estar agotada.

Después de unos minutos Lisa bajo por aquellas escaleras, se detuvo a la mitad del camino, observó la imagen de su esposa quién se encontraba cortando un poco de fruta, en ese momento varios suspiros salieron de parte de ella, se dio cuenta de que Rosé era mucho más hermosa de lo que ella pensaba.

-eres la esposa más hermosa de todo el mundo -se posición al lado de Rosé abrazándola por la cintura-

-¿se van a besar? -pregunto Rosie quien llevaba una manzana entre sus pequeñas manos-

A pesar de su temprana edad tenía el conocimiento de una persona de doce años, era una niña muy inteligente y astuta.

-no -rieron ambas chicas-

Secretos mortales [Jenlisa] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora