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-hágalo ahora

Susurró aquello tratando de mantener su respiración.

-dije que si yo quería -se separo de Lisa regresando a su anterior posición- pero no quiero así que quítate de mi silla y regresa a hacer tu trabajo

Lisa rápidamente se levantó acomodando su pantalón.

-yo pensé que iba a h-

-exacto lo pensaste, pero aquí la que manda soy yo no tu, si yo quiero lo hago y si no quiero no lo hago, no creas cosas que después no pasaran

Se sentó en su silla, Lisa regreso a su escritorio, después de unos minutos la puerta se abrió dejando ver a un hombre alto, apuesto y con el semblante muy alegre.

-Jane, no me has hablado en todo el día -fue hasta donde estaba Jane y dejó un beso en sus labios-

Estaba más que claro que el era su esposo, Lisa suspiró desanimada continuando con su trabajo sin tomarles importancia.

-eh estado ocupada ¿pasa algo?

-te necesito en todas las formas

Aquel hombre tomo a Jane de la cintura sentando la en la mesa del escritorio, se comenzaron a besar apasionadamente hubo uno que otro toqueteo, algo que a Lisa en cierta forma llegó a enfadar le. Se levantó del lugar donde estaba, salió de la oficina esperaba que Jane la detuviera pero estaba tan concentrada disfrutando los besos de su esposo que no se dio cuenta cuando ella salió.

-cuando desearía ser yo la que estuviera en el lugar de aquel hombre -dijo Lisa sirviéndose un poco de café, al escuchar su teléfono sonar, rápidamente contesto- ¿pasa algo?

-¿vendrás a almorzar? -hablo Rosé al otro lado de la línea-

-no lo sé...si la señora Kim esta de buen humor tal vez y me deje ir

-últimamente ya no pasa mucho tiempo con nosotras, siempre estás de la casa a la empresa ya no convivimos como antes

-lo se, lo se, prometo compensarte lo

Jane entró sigilosamente al lugar colocándose detrás de Lisa escuchando aquella conversación.

-¿como lo harás?

Lisa pensó un poco, no tenía ni idea de como se lo compensaría.

-uhm tal vez...una bonita cena en un restaurante, tu yo y Rosie

-hablas enserio -río levemente-

-claro que lo hago...pasaré por ustedes a las ocho treinta ¿esta bien?...te amo -cortando la llamada para después irse, sintió como una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo, pues aquella mirada que estaba posada en ella, la intimidaba mucho- señora Kim, no escuche cuando llegó

-me percaté de eso

Camino hasta donde estaba Lisa, la abrazo por el cuello comenzando a dejar besos en este.

-señora Kim ¿que hace? -se removió un poco al sentir como su mano bajaba hasta llegar al inicio de su cinturón-

-¿no es obvio? Vamos a mi casa a divertirnos un poco -coloco su mano en el pene de Lisa acariciándolo sobre el pantalón- juguemos un poco

-uhm...yo no...yo no puedo -soltó un jadeo al sentir su agarre-

-solo será una horas y después podrás ir a casa con tu esposa y tu hija

Sabia que está sería una gran oportunidad para filtrarse en su casa tal vez y podría sacar algo de provecho en eso.

Ella debí de haber dicho que no, si eso hubiera pasado justo ahora no estaría sentada en la cama de su jefa con los pantalones abajo y ella quitándose la ropa.

-señora Kim...esto no es buena idea

-¿por que no? -cada vez estaba mas cerca de Lisa, hasta llegar al punto en el que sus respiraciones chocaban-

-yo estoy cansada y usted también

-ya entiendo -se colocó encima de Lisa comenzando a dejar pequeñas marcas en su cuello- no quieres ser le infiel a tu esposa -lisa asintió- ya lo has echo una vez no hay problema que lo vuelvas a hacer de nuevo

-no entiendo

-te acostaste con otra chica en tu pasado, le fuiste infiel a tu novia.... No tiene nada de malo que lo vuelvas a hacer

Jane continuaba atacando el cuello de Lisa, sabía que si dejaba marcas en el su esposa se daría cuenta, comenzó a bajar su mano de manera amenazante por el abdomen de la pelinegra, pero Lisa lo evitó, rápidamente se levantó y comenzó a vestirse.

-lo siento, no... No quiero cometer el mismo error que cometí antes

Dicho eso Lisa salió de la casa o casi mansión de Jane, la vida le dio una oportunidad más y no debía de desaprovecharla, quería hacer las cosas con Rosé diferente, su matrimonio a sido de maravilla y no dejaría que el deseo lo arruinara. Jane estaba enfurecida no dejaría que Lisa se saliera con la suya pero ya llegaría el momento en el que la tendría en su cama nuevamente.

Lisa tomo sus cosas, vio la hora nueve treinta de la noche, Rosé se molestaría con ella. Tomo un taxi y al llegar a su departamento busco a Rosé y a su hija con la mirada pero no encontró a ninguna de las dos, fue a la habitación de la pequeña y se dio cuenta de que ella ya estaba dormida, cubrió su cuerpo con aquella manta dejando un beso en su mejilla.

Cuando llegó a su respectiva habitación se encontró con Rosé tendiendo la cama lista para ir a dormir.

-lo siento... Trate de llegar lo más rápido posible -hablo Lisa desde la puerta-

Rosé solamente negó, no era la primera vez que le hacía eso, ya en otras ocasiones le mentía de esa forma.

-no importa esta bien -sonrió forzudamente, se acercó a su esposa abrazándola fuertemente, pero dejo de hacerlo cuando vio pequeñas marcas en su cuello- si vas a estar con otra mujer asegúrate de decirle que no deje marcas en tu cuello -se separo de ella acostándose en la cama, ya lista para dormir-

Lisa se vio al espejo, suspiró pesadamente mientras trataba de hacer que las marcas se quitaran pero solo se volvían de un tono más rojizo.

-mi amor...yo te juro que no estaba con otra mujer

-no quiero escuchar tus excusas, a la otra primero asegúrate de que si vas a venir, Rosie se durmió muy triste en verdad queríamos cenar contigo

Aquella chica decidió no seguir hablando, prefería dejar el tema por la paz, sabía que si continúaba terminaría peleando con Lisa y ella no quería eso, cerro los ojos y calló en un profundo sueño.

Lisa solo se mantenía de pie, se dio cuenta de que de un momento a otro su matrimonio se estaba arruinando...

Secretos mortales [Jenlisa] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora