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"¿Pero qué mierda había sido eso?" Pensé en cuanto Camila se fue de mi casa. Estoy segura que el punto de su visita era solucionar el problema, pero no. Empeoró, de hecho.

Sí, en parte era mi culpa, lo acepto. Al final yo fui quien beso a otra persona, aunque no estaba en mis cinco sentidos y claro que el hecho de que estaba ebria no era el mejor de los pretextos, pero al menos eso debería hacer que fuera más facil perdonarme.

En mi opinión, Camila lo estaba haciendo todo más dificil. Ya le pedí disculpas. Disculpas sinceras porque claro que me arrenpentia de haberla dañado. Pero al parecer, Camila quería que le trajera a One Directon o Ed Sheeran para que le cantaran una canción de disculpa. Pero no.

Tal vez, las cosas resultaron tan mal porque, tal vez, necesitabamos darnos un tiempo. No me refiero a "un tiempo" como linda forma para referirse a terminar con alguien. No. Me referia a que tal vez debimos pensar bien qué ibamos a decir para que no resultara como resultó. Camila llegó a mi casa de sopresa por lo que tuve que improvisar una disculpa ya que, claramente, no tuve oportunidad para pensar en una más decente.

Pensé que lo mejor sería dejar que las cosas se enfriaran, que las dos nos calmaramos un poco y, sobre todo, que a Camila se le pasara un poco el enojo. Cuando eso pasara, ambas podríamos hablar y llegar a una linda reconciliación. Yey.

Sí, eso parecía buena idea. Ahora que había encontrado lo que lucía como una buena solución, podía continuar de ver la película que estaba viendo con mamá... y la cual al parecer ya estaba terminando. ¿Cómo es que me perdí de casi toda la película? Solo había visto el principio, que era un chico que decidía hacerse pasar por enfermo para no ir a la escuela y trataba de convencer a su amigo (quien sí estaba enfermo) para que se fueran de pinta. Tanto estaba pensando que la película se me fue. Creí que eso no pasaba en la vida real.

-¿Te gustó la película?-Preguntó mamá.

-Emm...sí.-Mentí, ni siquiera sabía por qué.

-No me mientas, Lauren.-Dijo.-Sé que no pusiste atención.

-¿Entonces por qué me preguntas si ya sabías?

-A veces a los padres nos gusta ver si los hijos nos mienten a la cara o nos serán honestos. Es como una prueba. Y tú fallaste, o sea que no habrá cena para ti, cariño.

-¡¿Qué?!

-Solo bromeo, linda.-Dijo, dandome una palmadita en la espalda.-Pero no vuelvas a mentirme en la cara.-Yo solo asentí.- Dime ¿en qué pensabas que no hiciste caso a tan genial película?

-En todo lo que paso con Camila.-Le respondí, soltando un suspiro. Mi madre ya sabía lo que había pasado pues la verdad tenía mucha en ella. Solo no sabía lo mal que resulto la reconcialiación.

-¿Pasó algo más?

-Sí, ella vino acá para intentar hablar y solucionarlo, pero las cosas resultaron peor.

-¿Y qué vas a hacer al respecto?

-Dejar pasar un tiempo para que ambas, pero más Camila, nos calmemos.-Respondí, convencida.
-¿Y no es más fácil pedirle disculpas?
-Lo hice, pero no le parecieron suficiente.
-¿No le parecieron suficiente o tú no lo hiciste suficiente?
-¿Por qué haces tantas preguntas?-Dije, aunque la última me había dado en qué pensar.
-Solo responde.-Ordenó.
-Bueno, no fueron las mejores, pero...
Mi madre volteo para tomar el teléfono y luego pasármelo.
-¿Qué?-Pregunté, extrañada y sin tomarlo.
-Llámala, invítala a venir y tú discúlpate como deberías: de una manera linda, decente y aceptando que tú tienes la culpa.
-¡Pero, mamá!-Rezongué.
-Lauren, -Comenzó con un tono serio de voz.- Se honesta contigo y con Camila y acepta que que esta vez, tú tuviste la culpa completa. No estabas en tu sano juicio cuando lo hiciste lo que hiciste, lo sé, pero no es un buen pretexto en el contexto que estabas.
-Mamá...- Comencé. Tenía razón, bueno.
-Ambas son mujeres y claro que ambas quieren tener la razón, pero esta vez tienes que cederla a Camila. Así que, llámala o estás castigada.-Dijo, ofreciéndome el teléfono de nuevo. No lo tome y en cambio me crucé de brazos.
-Igual estoy castigada hasta tener 30.
-¿Y quieres estar castigada hasta los 45?-Le di una mirada.- Yo sé que no. Llámala.
Rodé los ojos y termine tomando el teléfono y marcando el número de la casa de Camila.
Sonó unas cuantas veces antes de que contestaran.
-¿Hola?-Era Camila.
-Camila, hola. Emm...quisiera hablar contigo ¿podrías venir a mi casa?
-¿Ahora mismo?- Preguntó y yo asentí antes de darme cuenta que estaba por teléfono y que obviamente no podía verme.
-Sí.- Respondí, notando que reía por mi tontería pasada.
-¿No puedes decírmelo por aquí?-Miré a mamá, quien estaba escuchando y ella negó con la cabeza.
-No, tienes que ser en persona.
-Pues tendrá que ser cuando vuelva porque estoy a punto de salir de viaje.
-¿A dónde?-Pregunté mientras me levantaba del sillón.
-Tranquila - Dijo, claramente notando mi preocupación repentina.- Olvide por completo decirte que mañana será el cumpleaños de mi abuela y mamá quiere que viajemos a su ciudad para pasar un tiempo con ella y la demás familia. Serán tres días, máximo. ¿Puedes esperar?
-Sí, seguro.- Respondí a la vez que asentía (de nuevo)- Te amo.- Dije eso último con algo de inseguridad. Hubo un silencio que se me antojo eterno.
-Yo también, Lauren.-Dijo finalmente y yo solté el aire que retenía en mis pulmones.- Pero aun no estamos...
-Lo sé.- La interrumpí.-Disfruta tu viaje. Yo te voy a esperar.

No, we're not friends [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora