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No había visto a Camila en todo el día. La busque por toda la escuela, pero al parecer no fue ese día. Tal vez se enfermó o su madre la encerró en el sótano después de enterarse que "huimos" una tarde entera. Ambas opciones eran válidas.

Pero más vale estar segura.

Por los pasillos del colegio, pude ver a Dinah sacando algunas cosas de su casillero. Pensé que lo mejor sería ir preguntar por qué mi Camz había faltado a la escuela.

-Hey, Dinah.

-Hola, Laur.- Saludó.- ¿Qué pasa?

-¿Sabes por qué Camila no vino a la escuela?

-Oh, digamos que sí, pero sería mejor que la fueras a ver tú misma.- Respondió.

-Eso haré, pero...

-Tengo que ir a clases, Lauren.- Interrumpió.- Nos vemos.

-Nos vemos.- Respondí tarde, pues ya se había alejado.

¿A qué se refería con "digamos que sí"? ¿Ella lo sabe o no? Vamos, Lauren, claro que lo sabe, pero no creo que el plan fuera decirme. ¿Qué la vaya a ver yo misma? Pues claro que lo haré, eso es obvio, aunque esa frase hizo que me preocupara y que mil ideas pasaran por mi cabeza. No podía esperar a verla.

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Me encontraba fuera de la casa de Camila, esperando a que abrieran la puerta. Estaba ansiosa.

-Lauren, qué sorpresa verte acá.- Habló su mamá, con notorio sarcasmo.

-Sinu, siempre tan amable.- Respondí también con sarcasmo. Había intentado ser educada y agradable, pero si esta mujer seguía odiándome y queriendo separarme del amor de mi vida, sería mejor dejar de intentar.

-¿Qué quieres?- Preguntó, molesta.

-Camila faltó hoy a la escuela ¿puedo verla?- Sinu se cruzó de brazos, haciendome agonizar por escuchar su respuesta antes de ser maleducada y pasar por encima de ella para ver a Camila.

-Ya qué.- Respondió. Pase al interior de la casa y subí las escaleras. Antes de tocar la puerta de su habitación, escuché un par de risas provenientes de la habitación de a lado.

Toque dos veces en la puerta antes de darme cuenta que ya estaba abierta. Así que me di el permiso de pasar y me encontré con un adorable escenario: Camila acurrucada con su pequeña hermana, viendo High School Musical y ambas estaban usando un tu-tu rosado y unas coronas de plástico. Sonreí al sólo verlas.

-Hola.- Dije, con tono bajo de voz para no despertar a Sofi ya que parecía estar dormida.

-Lauren, ¿qué haces aquí?

-Bueno, faltaste a la escuela y Dinah me dijo que debería venir a verte y pues...eso es todo.

-¿Y sólo vienes porque Dinah te dijo que lo hicieras?-Parecía un poco malhumorada.

-No, no, yo ya pensaba venir a verte antes de que ella me dijera...¿estás bien?

-Sí.- Respondió, cortante.- Estoy bien.

-¿Entonces por qué faltaste a la escuela?

-Sólo no quería ir y mi hermana no tuvo clases así que también quería pasar la tarde con ella.

Me pareció muy raro eso de que Camila no quisiera ir a la escuela sólo porque sí; a ella le gustaba ir a la escuela y todo ese rollo sobre aprender cosas nuevas. No era una nerd, pero era muy inteligente y es algo que amaba de ella.

Tal vez, su madre le concedió, dadas sus calificaciones, el privilegio de quedarse en casa. Tenía sentido, así que creería eso.

-¿Y es por eso que estás vestida así?- Pregunté, algo divertida.

-Oh, Sofi quería que nos vistieramos así.-Hizo un ademán para restarle importancia, pero yo la conocía muy bien para saber que también estaba encantada con la idea de vestirse así.

-Te ves adorable.- La tomé de la cintura, acercandola a mi, pero ella logró safarse. Sí, estaba malhumorada.

-Bueno, ya viste que estoy bien...si quieres puedes irte.- Ouch.

-¿Estás molesta conmigo?- Ella me dio una mirada de "deberías saberlo" que hizo que pensará en todo lo malo que había hecho y si había olvidado algo (¿cumpleaños? No ¿aniversario? No).- ¿Qué pasa?-Suavize mi voz.

Camila me pasó de largo y se dirigió a su habitación. Obvio yo la seguí.

-Camila, háblame.- Pedí.

-Escuché lo que le dijiste a tu abuela.-Soltó, sin voltearme a ver.

-Lo que le dije a mi...-repetí, lentamente, intentando hacer memoria.

De repente, lo recordé.

-Camz, yo...

-Tú nada, Lauren.-Interrumpió, molesta.-¿Planeabas dejarme sólo porque las cosas se estaban poniendo un poco difíciles?

-¿Un poco difíciles? Camila, te vas al otro lado del país.

-¿Y no valdría la pena luchar un poco? ¿Aferrarse?

-Ya lo he pensado, Camz, pero temo que aferrarse sólo lo hará más doloroso para ambas.

Durante un momento, Camila no dijo nada. Parecía estar pensando en algo. Dije que fue un momento, pero lo sentí como una eternidad.

-¿Entonces qué?-Dijo al fin.

-¿A qué te refieres?

-¿Qué pasará con nosotras?- La pregunta del millón.

-¿Podría funcionar una relación a distancia? Camila, no quiero perderte de ninguna manera.- Sentía un nudo en la garganta como si me hubiera tragado una pastilla.

-No lo sé, Lo, es que hay tantas cosas en las que he pensado.-Sentí miedo. Miedo de que esto fuera el fin.

-¿Qu..Qué has pensado?- Titubeé.

-Que tal vez...yo estando lejos...tú y yo nos empecemos a separar ¿entiendes?-Claro que entendía; también era uno de mis miedos.- Que nos volvamos extraños. Creo que preferiría terminar ahora.

Eso me dolió en lo más profundo. Escuchar eso logró que el nudo en mi garganta se convirtiera en lágrimas.

-No, Camila, por favor.- Me negaba a perderla. Ahora estaba claro: lo que había dicho sobre dejarla ir era una estupidez. Ella es lo mejor en mi vida y no quiero que se vaya, quiero mantenerla conmigo.

Ella no respondía, sólo jugaba nerviosa con el anillo que yo le había regalado. El anillo...

¡CLARO, LAUREN, EL ANILLO!

Rápidamente, saqué el anillo de su dedo mientras una mirada confundida aparecía en su rostro.

-¿Qué pasa, Lo?

-Tengo una idea.-Sostuve el anillo en alto, esperanzada. Tal vez sea loca, pero tengo una idea.

No, we're not friends [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora