El comienzo de nuestra felicidad

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Bien dicen que después del pecado viene el arrepentimiento y Misaki lo sabía justo ahora.
El omega veía su anatomía por el espejo lleno de marcas, estaba adolorido y sentía que el culo lo traía tan abierto como el círculo de la bandera de su país y todo por producto de más una semana de encierro con Ijuuin Kyo.
—Misaki ¿Estas bien?—la voz de Kyo detrás de la puerta del baño lo asustó.
—...Ya te dije que sí.
—Eso dijiste hace media hora ¿Qué tanto estás haciendo?
—Bañándome ya te lo dije.
—Empezaste hace hora y media ¿Por qué no has terminado?
—Porque a pesar de que me he tallado muy fuerte sigo oliendo a sexo.
—No hueles a sexo y ya te lo repetí muchas veces.
—Apestas igual que yo por eso no distingues el aroma.
—Eso es mentira
—No lo es y en todo caso ¡¿De quien crees que es la culpa de que yo esté con este aroma y con el hoyo del tamaño de un pozo?!
—No exageres, si tú fuiste él que pedía más y más. Yo solo me dediqué en complacernos.
—¿Ah? ¡También es tu culpa! apenas si terminabas y al instante querías otra vez.
—Tenía muchas ganas desde haces meses y es lógico que mi celo despertaría con el tuyo. Discúlpame si ha sido difícil pasar esta etapa junto a mi.
—¿No te arde el pene por tanto mete y saca?
—No, y ya se me está parando de solo oír tu voz Misaki.
—¿Qué?
Misaki vio como la manija de la puerta se movió hacia abajo y el dibujante entró a toda velocidad.
—¡Ah!—Al castaño no le dio tiempo de cubrirse porque Kyo ya lo tenía abrazándolo por la espalda y oliendo su cuello.
Ijuuin soltó una risita mientras estrechaba más fuerte el cuerpo de Misaki y este intentaba liberarse.
—¡Su..suéltame! mojaras tu ropa.
—Eso no es importante y estoy tan feliz de que estés a mi lado. Esto es un sueño hecho realidad.
—Yo también soy feliz ¡pero eso no hará que mi colita vuelva a la normalidad!
—Tu colita está bien, pero si quieres puedo echar un vistazo para confirmarlo.
—¡No! porque si lo haces eso significa que tú y yo otra vez...—Misaki fingió molestia pero dejó de forcejear.
—¿Ocurre algo?—Pregunto Kyo con su sonrisa de encanto.
—No, nada...—Misaki desvío la vista—pero, si quiero que me revises.
—Con todo gusto.
Ijuuin lo soltó dando un beso en la frente y fue por unas toallas para ponerlas por la encimera del lavabo. Cargó a Misaki y con cuidado lo sentó abriendo sus piernas para después observar entre ellas.
—Se ve un poco rojo pero eso es obvio por tanta fricción ¿Te duele?—Kyo presionó alrededor.
—No
—Esta cerrado
—¿Estas seguro?
—Por supuesto y lo que sientes es porque los músculos de tu esfínter todavía están un poco relajados después de tanto sexo además no te comiste algo pequeño y...
—¡Shhh! No lo digas.
—Pero si tú lo mencionaste varias veces mientras lo hacíamos—él mangaka comenzó a reír.
—Que modesto es usted señor dibujante y para su información el cuerpo de Misaki Takahashi fue poseído por un extraño ente follador que me hizo decir y hacer todas esas barbaridades.
—Entonces vete haciendo a la idea que cada mes te pasará lo mismo y yo estaré ahí para complacerte. Y no solo durante el celo, todas las veces que quieras lo haré.

Ijuuin le miraba fijo causando que Misaki se sonrojara. El mangaka dejó de ver entre sus piernas y se alzó para abrazarlo.
—Discúlpame si fue muy salvaje.
—Oh no, no te preocupes. A decir verdad lo que siento es como si todavía trajera adentro tu, tu..
—¿Mi que? Misaki.
—Tu penesote.
El estómago de Misaki gruñó y ambos comenzaron a reír sin dejar de abrazarse.
—Al parecer ya tienes hambre de la normal así que pediré comida a domicilio.
—No es necesario, yo haré de almorzar—dijo Misaki —Hemos estado comiendo eso en los últimos días.
—Gracias, estaba esperando que dijeras eso. Tu comida es fantástica mi amor, pero no quiero que te esfuerces y yo soy pésimo para la cocina.
—No es ningún esfuerzo ni molestia. Debes alimentarte bien y reponer fuerzas para que puedas terminar tu manuscrito cuando sea la fecha de entrega.
Los ojitos del dibujante brillaron con esa respuesta y se abalanzó a besar a Misaki.
El castaño correspondió a los mimos de Kyo quien repartía besos por todo su rostro.
Después cogió otra toalla para secar el cabello de Takahashi que lo observaba con detenimiento.
—¿Quieres decirme algo Misaki?
—Quiero ir a Marukawa para hablar con Isaka san.
—No es necesario, te aseguro que él ya está enterado de todo.
—No me siento cómodo con la situación así y menos porque con todo lo que provoqué, hice que varias personas se sientan molestas. También quiero llevarle unos bocadillos a Yokosawa y preguntarle sobre Kiwi chan, lo dejé a su cuidado y me estoy viendo como un mal padre.
El mangaka lo miró serio y soltó un suspiro, la verdad que no le tomaba mucha importancia a lo que los demás pensaran de las acciones de Misaki. Por fin lo tenía a su lado y eso era todo lo que necesitaba para sentirse feliz.
—Está bien Misaki, iremos en cuanto terminemos de almorzar. Y puede que le hable a Hiroki para saber cómo está.
Misaki asintió y se sostuvo del cuello de Kyo para besarlo.
—Te amo Kyo
—Y yo a ti.
Ijuuin cargó a Misaki y giró un par de veces por  el sanitario de lo feliz que se sentía. Terminó de secarlo y le ayudó a vestirse para ir a la cocina. Al salir del baño Misaki se percató de un peluche encima de un manuscrito y que no había visto antes.
—¡Que bonito cerdito!
—Es un conejo—Ijuuin rodó los ojos—Yo lo hice.
—¿Conejo?—Misaki se aguantó la risa y lo vio con detenimiento—Tienes razón, que tonto soy y ¿desde cuando tú haces manualidades tan poco masculinas? Ja ja es broma pero no lo puedo creer.
—Tu lo dijiste Misaki. Sugeriste que en lugar de tener sexo me distrajera haciendo otras cosas y como estuve solo estos meses, me dediqué a hacerlos. Tengo un montón en esa caja de allá también hice unos chef para regarlos en una próxima firma de autógrafos.
Misaki miró al conejito y supo que se trataba de Kiwi chan. La nostalgia le invadió al saber que Kyo le fue fiel desde que se conocieron y abrazó al mangaka.
—Nunca más volverás a estar solo Kyo ¿Puedo quedarme con Kiwi chan version 2.0?
—Claro Misaki, lo hice para ti.
—Gracias.




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