PARA SIEMPRE

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Último día de audiencia y Misaki se hallaba frente a la puerta del juzgado de Tokio respirando una y otra vez para calmar sus nervios que se hacían más grandes.
Por fin escucharía la sentencia a esa mujer que tanto daño les provocó y no sabía qué pensar en estos instantes.
Shinnosuke se acercó a él, cogió su mano en señal de apoyo y ambos ingresaron al recinto.
Haruhiko se notaba muy serio por la expresión de su rostro y Misaki quizo dar la vuelta antes de mirar a Natsuko Usami de nuevo.

—Tranquilo Misaki—Tōdō apretó su mano y lo llevó hasta sus asientos.
Adentro ya estaba Hiroki junto a Nowaki en calidad de testigos, más atrás pudo ver a Kyo que le dedicó una sonrisa pero eso no fue suficiente para calmar el estado de ánimo del omega.
De hecho estas últimas semanas su alfa se comportaba extraño y Misaki no sabía el motivo. Liberó un poco su aroma para atraerlo y Kyo le miró directo a los ojos.
<<¿Qué es lo que sucede Kyo?>>
<<¿A qué te refieres Misaki?>>
<<¡No me contestes con otra pregunta!>>
<<Lo siento Misaki>>
<<¿Lo sientes? ¡Llevas diciendo eso desde hace días!>>
—Todos tomen asiento por favor —pidió el juez a cargo interrumpiendo la charla interna entre el alfa y omega.
La puerta fue abierta y Misaki trató de ocultar sus temores lo mejor que pudo, Natsuko aún con las esposas en sus manos no dejaba de sonreír y miraba fijo a un punto del estrado mientras caminaba a su asiento.
La sesión dio inicio con la pregunta del juez y el abogado defensor de Natsuko Usami se aclaró la garganta para dar su veredicto personal.
—Mi cliente Natsuko Usami se declara inocente su señoría.
—¡¿Qué?!
Todos los presentes comenzaron a protestar con un intenso bullicio. Misaki ya no pudo controlarse y en un impulso se movió tan rápido hasta llegar hasta Natsuko para agarrarla del cuello y gritarle unas groserías.
—¡Usted es una...!
Unas fuertes manos le impidieron su objetivo y Misaki con lagrimas en los ojos veía a Kyo sujetándole las muñecas.
<<No hagas esto Misaki >>
<<Kyo..>>

—¡Contrólese Misaki Takahashi! ¡Y regrese a su asiento!—pidió el juez golpeando su mazo varias veces—¡usted también Ijuuin Kyo!
Misaki pasó saliva del coraje por ver a Natsuko sin preocupación alguna y dejó que su novio lo guiara de regreso al asiento. Sentía frialdad en sus manos y eso le hizo sentirse pésimo.
El omega volvió a mirar a la mujer de cabello plateado y pensó que si de verdad había justicia en el mundo, Natsuko lo pagaría muy caro.
Finalmente todas las voces se calmaron y continuaron con la sesión.
—Que graciosa es usted señora Usami—el juez volvió a retomar la palabra—Creo que aún no es consciente de que por sus actos dos personas murieron y tres más sufrieron las consecuencias de esto. Sin contar a los demás hombres que ya están presos y como la veo bastante lúcida, es momento de leer la decisión del jurado.
—Haga lo que guste su señoría.
Natsuko le sostuvo la mirada sin mostrar expresión alguna y todos observaron como un fiscal a cargo entregaba la nota con la sentencia unánime del jurídico.
Misaki cerró los ojos y apretó los puños
—Por el cargo de homicidio en segundo grado Usted Natsuko Usami es declarada...

Luka miraba una y otra vez por la reja de su celda hacia el patio. Sabía que Natsuko pronto estaría en su misma situación y mordió sus labios. No se sentía satisfecho con el resultado y tampoco feliz por no poder ver a Misaki.
El omega había cumplido su promesa de cocinarle los platillos que quisiera pero ya no apareció personalmente para entregarlos.
Se sentía ridiculo por enamorarse de un joven que ya tenia alfa y no pudo evitar sentir celos de Ijuuin Kyo.
—¿Otra vez pensando en Misaki tonto?—preguntó con burla Shizuku que pasaba por ahí siendo custodiado.
—Guarda silencio imbecil.
—¡Hey tu! Prisionero 789–dijo un oficial—tienes visita.
A Luka se le iluminaron los ojos creyendo que era Misaki que por fin fue a verlo y salió a toda velocidad de su celda. Al llegar a la sala de visita no lo encontró en ningún lado y un par de ojos lo examinaban por detrás del vidrio.
—Luka Crozzeira—dijo el chico de cabello castaño.
—Hola Yuki Giō.
Él asistente segundo de Haruhiko sonrió con vergüenza cuando Luka lo examinó de forma total.


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