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"Pupilas que se dilatan, que deleitan, que delatan..."

Domingo 30 de agosto de 2020, Madrid, España.

Aquella tarde de domingo Manuella se había pasado todo el día en su habitación, su hermano, quien todavía no empezaba las clases, se había ido con unos amigos a una casa de verano y sus padres habían salido a visitar a unos amigos, su día había sido el más aburrido, no había hecho nada en todo el día, se había despertado al mediodía, se había duchado, almorzado con sus padres y luego, se quedó toda la tarde en su cama, mirando Netflix, su móvil sonó advirtiendo un nuevo mensaje, lo tomó y al descubrir que el mensaje provenía de Javier, se sentó rápidamente en la cama.

"Javier: Crees que podemos hablar de lo que pasó anoche?"

Manuella se lo pensó, ¿de qué quería hablar exactamente? ¿quería disculparse y decirle que eso no debió suceder?
De todas formas creyó que la mejor opción era que viniera a su casa, porque sus padres no estaban, podrían hablar tranquilos y porque no le apetecía para nada salir, miró la hora en su móvil, 20:08, sus padres no llegarías hasta la madrugada y de todas formas no necesitaba hasta la madrugada para hablar con él

"Manu: Sí está bien, si quieres puedes venir a mi casa"

Al instante Javier respondió

"Javier: Por mí no hay problema, en 40 minutos estoy allí"

Bloqueó su móvil levantándose de su cama, buscó algo más decente para ponerse, que aquel pijama, arregló su cabello y siguió viendo Netflix, sintiendo unos pequeños nervios por la llegada de su ex novio.

A las 21 tocaron el timbre de su casa así que pausó la película y sin preocuparse por calzarse, bajó hacia la puerta de la entrada, la abrió y allí se encontraba Javier, aguardado

-Siéntate-asintió sentándose en uno de los sillones de aquel salón y Manuella se sentó a su lado
-¿Estás sola?
-Si, mis padres salieron y Gian está de vacaciones con sus amigos
-Ah ya
-Quieres hablar del beso ¿no es así?
-Si sobre eso-Manuella no lo dejó seguir hablando, lo interrumpió enseguida para comenzar su perorata
-Entiendo lo que ha pasado, estabas un poco tomado y no pasa nada, no tenías que venir hasta aquí para disculparte-Javier no respondió, la observó por unos largos minutos, con una ceja alzada
-No estaba borracho Manuella, y no he venido a disculparme, te he besado porque quería hacerlo, quería besarte desde que te vi por primera vez en la gran vía, pero he estado haciéndome el idiota, lo que sucedió ayer fue que no soporté más y entonces he hecho lo que tenía que haber hecho hace mucho
-¿Me estas vacilando?
-No ¿por qué lo harías? ¿te habías pensado que venía arrepentido a pedirte perdón?
-Pues sí
- ¿Tú te arrepientes? -ella no respondió-Manuella mírame a los ojos y dime que no sentiste nada con aquel beso, dime que no te quedaste hasta las trancas pensando en ello-No lo pudo hacer, lo miraba sí, pero no podía hacer que ellas palabras salieran de su boca, simplemente porque no eran ciertas, porque confundida o no, lo quiera o no, sí había sentido algo con aquel beso y no, no podía dejar de pensarlo.

Javier entendió todo con aquel silencio así que no dudó ni un segundo en volver a besarla y esta vez, ella lo correspondió al instante, pasaron minutos besándose, volviéndose a sentirse como la noche anterior, en las nubes, pero aquello no era como aquella noche, estos besos estaban cargados de pasión, de excitación.

Terminaron en la habitación de Manuella, con la ropa esparcida por el suelo y volviéndose uno con el otro, esa noche los dos, por fin se volvieron a sentir completos.

Vaya... y Manuella creía que era el domingo más aburrido de su vida.

                                                                                                  ***

Él solo podía observarla dormir, deteniéndose y admirando cada detalle, fue allí, en aquel momento en el que por fin comprendió cuánto la había extrañado y cómo volvían a surgir aquellos sentimientos que había reprimido por tanto tiempo, pensándolo mejor, estaba seguro de que nunca se habían ido, Manuella aún dormida estiró la mano, buscando algo y se sorprendió al notar que después de tanto tiempo ella seguía buscando su mano como lo había hecho años atrás, entonces, supuso que ella tampoco lo había olvidado del todo porque aun inconscientemente, lo buscaba cuando dormía, buscaba sentirse segura, así que él entrelazó sus manos y cayó dormido a su lado.

Manuella sintió ruidos en el pasillo, y se despertó al instante, observó su mano entrelazada con la de Javier, le dio un manotazo al chico, logrando que despertara inmediatamente y se levantó de la cama, colocándose su ropa interior
-Han llegado mis padres, anda ya levanta-susurró, Javier se levantó poniéndose el bóxer-Metete debajo de la cama, anda, anda-el joven acató la orden perdiéndose bajo la cama de ella, Manuella escondió la ropa de Javier y se volvió a acostar rápidamente tapándose hasta el cuello, escuchó voces cerca de su puerta, dio un rápido vistazo corroborando que todo estuviera bien y notó la camiseta de él sobre la cama, la tomó a la velocidad de la luz y la metió bajo los sabanas, segundos después abrieron la puerta lentamente

-Manu, hija ¿duermes?-Era la voz de su padre Nate
-Estaba en ello
-Lo siento, quería desearte las buenas noches, descansa que mañana empiezas las clases, te amo
-Vale, buenas noches papá, también te amo-Su padre cerró la puerta y Manuella sintió como Javier se movía para salir de su escondite
-No, no, no, no, quédate ahí, aguarda-habló apresuradamente, la puerta volvió a abrirse y Javier se quedó totalmente quieto
-Mi niña, papá me has dicho que estabas despierta- Jeremías, su padre, se acercó a la cama y Manuella se aferró a las sábanas, le dio un beso en la frente y sonrió-que descanses guapa, te amo
-Tu también descansa Pa, te amo- su padre le lanzó un beso antes de irse y desapareció de su vista.

Manuella suspiró aliviada y se levantó de la cama, acercándose a la puerta y trabándola con cuidado para que no se escuchara, prendió la luz de su habitación y Javier salió de debajo de la cama
-Joder... estuvimos cerca
-Ni que me lo digas-la castaña junto la ropa de él y se la entró-debes irte
-Si, si, no quiero causarte problemas-Manuella caminó sin ningún pudor hasta su armario para buscar un pijama, es que, ¿qué pudor iba a tener de estar en ropa interior, con un tío que la había visto cientos de veces desnuda?

Abrieron despacio, para no hacer ruido, la ventana de la habitación de Manuella, la chica se hizo a un lado para que Javier pudiera bajar
-Vale ten cuidado al bajar y avísame cuando llegues que es bastante tarde
-Dalo por hecho- antes de bajar, Javier le zampó un besazo a Manuella y sin más, se fue

La castaña apagó la luz y se tiró en su cama, esperando el mensaje de Javier.

"Javi: He llegado bien, que descanses guapa"

A las 2:45 de la mañana, cuando recibió y respondió aquel mensaje, se permitió dormirse, sin pensar en lo que había sucedido.

𝐏𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞; 𝐁𝐧𝐞𝐭/ T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora