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"Y entonces lo entendí: mirarte era soplar velas , teniendo el deseo enfrente."

30 de junio de 2021, Madrid, España.

Manuella no había vuelto a saber de Javier, le había escrito, lo había llamado, había ido a su casa y nada, entonces entendió que no quería saber de ella, aunque le doliera en lo más profundo del alma, decidió dejarlo así, no podía forzarlo a hablar con ella.

-Hija, tienes todo?
-Ajá
Nate subió la última maleta al auto, Manuella dio una última mirada a la casa y subió al lado de su hermano, quien tomó su mano, acariciándola.

                                                                                     ***

Casa de Javier

El castaño sintió unas llaves en la cerradura y las ignoró, siguió sentado en aquel sillón, medio despatarrado y mirando a la pared.

-¿Pero que haces hijo? Te he llamado cientos de veces-Javier no respondió a su madre
-A ver chaval, que has estado las últimas dos semanas siendo un zombie, espabila anda-tampoco respondió a su padre, Mónica suspiró
-No quiero hablar
-Pues no lo harás con nosotros pero si con tu hermano-a los segundos Miguel se sentó frente a él
-Pero mira, nunca creí verte tan miserable en toda mi vida, das un poco de pena
-¿Por qué mejor no te callas y te vas?
-Porque eres mi hermano, se supone que te debo ayudar y tal
-No necesito ayuda
-Si que la necesitas, hoy se va, ¿no?-por primera vez, Javier lo miró y asintió-vale ¿y que haces aquí tirado como un imbécil?
-¿Qué quieres que haga?
-Pues no sé tío, todo hasta agotar tus opciones, ¿no has hablado con ella?
-No desde que me enteré
-¿Has visto como eres idiota cuando te lo propones? Ni siguiera te has despedido o le has pedido que se quedara
-No le pediría nunca que se quedara, es su futuro Miguel, yo no me meteré allí
-Pero a ver, Javier, que es el puto amor de tu vida, esto no son niñerías llevas enamorado de esa tía desde que eras un niño y si no tenías los cojones para pedirle que se quedara por lo menos podrías haberte despedido, ¿sabes como se debe de sentir? Que ella te ama niñato, y tú siendo un puto borde de mierda, ya parece que la inteligencia en esta familia solo la he heredado yo-Javier se enderezó en el sofá, apoyando la cabeza en sus manos para pensar, pues había caído en cuenta que el idiota de su hermano tenía razón.

 Él sabía que Manuella era el amor de su vida, lo sabía incluso cuando ella se encontraba viajando, y tenía claro que lo sería siempre porque como una vez su madre le había dicho, hay amores que no se pueden olvidar tan fácilmente, que te marcan y son para toda la vida, amores puros solía llamarles. No quería arruinar su futuro, no quería obligarla a hacer algo que ella no quisiera, pero si no lo intentaba al menos, entonces no sabría jamás que pudo pasar y perdería para siempre su historia feliz, no quería que se volviera a repetir aquella historia en la que ella se iba y él pasaba cuatro años con un vacío inmenso en el alma.

Volvió a mirar a su hermano rápidamente y habló en voz alta
-¿Papá me prestas el auto?-al instante su madre y su padre aparecieron en el living nuevamente
-¿A dónde irás?
-Al aeropuerto-los tres sonrieron
-Claro que sí, hijo.

Javier condujo excediendo, en varias ocasiones, el límite de velocidad, llegó al Aeropuerto y aparcó en el primer sitió que encontró, corrió hacia el edificio y no logró ver a nadie conocido, ni a Gian, ni a Jeremías, Nate o alguna tía o tío, algo que le dijera que todavía había posibilidad, así que buscó la pantalla más cercana que indicaba los vuelos y allí su corazón se estrujó, el avión a Chile ya había despegado, ya no había nada que hacer allí.

𝐏𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞; 𝐁𝐧𝐞𝐭/ T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora