Capítulo 24.

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–Perdóname por favor...–Rogó Noel, le sonreí lamiendo mis labios con malicia por fuera, internamente estaba con un intenso dolor sentimental.

–Creo que eso no se podrá.

Días después...

¿Entonces quieres que vaya?–Pregunté en la llamada telefónica mientras tecleaba algo en la laptop de mi oficina.

–Sí por favor, preciosa.

–Estaré allí.–Sonreí colgando la llamada, debía terminar esto aquí para ir a casa y cambiarme.

Algo o mejor dicho alguien me esperaba con una interesante noticia.

Horas más tarde...

–Estoy lista.–Me miré al espejo con una sonrisa.

Hubiese querido darle esta felicidad y sonrisa a Noel, pero se portó como un cretino sin sentimientos. Aparquee el auto en el estacionamiento del destino definido.

–Preciosa.–Me abrazó dándome un beso en la mejilla, le sonreí.

Él era una persona tierna y bastante comprensiva conmigo. No me sentía orgullosa con lo que le había hecho anteriormente, había jugado con sus sentimientos he ilusiones hacia mí...

–Mira lo que traje, baby.–Le sonreí extendiendole una caja decorada de azul con blanco.

–¡Brownies de chocolate!–Abrió la caja con una gran sonrisa.–Mis favoritos. ¿Como lo recordaste?–Él parecía conmovido por mí regalo, le sonreí enternecida.

–Simplemente te presté atención.

Sonreí.

–Bueno, ¿me dejarás pasar o me quedaré en la puerta de tu casa?–Bromeo con él.

Ambos reíamos, él me hizo pasar a su balcón donde ambos nos sentamos ha conversar de nuestra vida, quizás aún no me diría lo que realmente quería... No lo presionaría en absoluto.

Narra Ardilla.

–¿Que te pasa? Tienes tiempo así.

Lo miré de forma especulante, él siempre estaba alegre y últimamente lo único que hacía era trabajar y aveces ni se concentraba grabando las barras o aveces incluso escribía barras con incoherencias.

–Nada, solo estoy cansado. Quizás necesito unas vacaciones...–Susurró mirando al piso, en un resumen más específico, él miraba a la nada.

Suspiré mirándolo con preocupación, era mi hermano. Coloqué mi mano en su hombro.

–Aquí estoy, puedes decirme cualquier cosa que te esté pasando bro...

Él me miraba con preocupación, se veía un poco... ¿Triste?

–Necesito que no enloquescas con lo que te diré, cabron.–Pidió, fruncí el ceño. ¿Que era?

–Tú sólo dime.

Narra Noel.

A estas alturas del partido sabía que me había estrellado en el suelo fuertemente, estaba bastante elevado por la fama y creencia que no me enamoraría nuevamente.

Te lo traté de decir pero... No quisiste aceptarlo ni verlo.

–Estoy enamorado.–Le conté a Ardilla.

Él me miró impresionado por mí confesión, yo también lo estaba. No me hallaba diciendo y sintiendo eso nuevamente.

–¿De quién?–Sé acercó más a mí, suspiré de forma pesada. Era momento de decir toda la verdad...

No Love. [Noriel Danger] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora