Capítulo 27.

683 41 34
                                    

Estaba harto, bien aborrecio'.

—Pero pa' tienes responsabilidades con nosotros y tus fans. No puedes dejar todo pa' después porqué sí.

Ganda quería hacerme entrar en razón pero yo no quería oír sus voces, de hecho me frustraba.

—No, ¡puñeta no! No voy a bajarle un carajo.—Grité golpeando la mesa fuertemente haciendo que mi mano se colocara roja con un poco de sangre.—Mierda.

Miré mis nudillos llenos de sangre pero ni eso me dolía tanto como lo que me dolía el no ser feliz.

—Papi no puedes mezclar tu vida privada con tu carrera, sé que es difícil pero esto es así.—Dijo Santana tocando mi hombro para que me calmase.

—No puedo, no puedo más...—Las lágrimas querían salir pero no quería llorar, la impotencia me mataba.

—Mera cálmate, yo sé que es difícil pero... Tienes que seguir adelante.—Ganda me abrazó por los hombros.

—Ya, ya quítense. Yo puedo con esto, mejor pongámonos pa' lo de Fanny Lu.

...

Apretaba el volante con fuerza, no esperaba para llegar. Bajé de mi auto tocando la puerta con fuerza y si no estaba lo iría a buscar hasta debajo de las piedras, ese cabron ya me tenía bien aborrecio'

—¿Que haces a...?—Dijo aquel individuo con confusión simplemente lo tomé de su camisa con furia adentrándose a su casa sin permiso alguno.

—Deja de hacerte el pendejo, te vine a dejar unas cositas bien claras cabrón.

Lo solté con fuerza mirándolo con furia.

—¿¡Que mierda te pasa chamo!?—Me gritó.—Es mi maldita casa y vienes así como si fueras el rey de Roma.

Sus puños estaban cerrados preparados para hacer impacto. Me le acerqué sin miedo, estaba tratando de no comportarme como un bruto con él pero me la ponía difícil nada mas de verlo.

—Me pasa Pauleth cabrón, ella me pasa.

Mi puño se estrella contra su mejilla, ha este punto sólo quería romper su cara, mucho había durado mi paciencia.

Él respondió con otro golpe hacia mi persona.

—No te la mereces después de haberla tratado como si fuese un maldito objeto.

Ambos nos dábamos fuentes golpes con sangre escurriendo por diferentes partes, uno de sus jarrones de vidrio se rompió al oír como se estrelló contra el suelo.

—Es mi mujer, aléjate de ella.

Me dió aún más rabia tener que aceptar que él tenía razón porque si la había tratado mal. Pero eso no le daba derecho a interferir entre ella y yo.

—¿Tu mujer? Porque no la llamas a ver que opina.

Lo solté y pensé por un momento en esa sugerencia...

—Llamala y pregúntale si en realidad es "tú mujer" ella no le pertenece a nadie, pendejo.

Ambos nos mirábamos con odio sangrando, respirabamos de forma agitada por la pelea. Él extendió su brazo ofreciéndome su celular para llamarla, no caería tan bajo en su trampa.

—Bien, no lo harás tú... Lo haré yo.

Le arrebate su celular lanzandolo por ahí.

—Esto no acaba aquí mama bicho. Te llego a ver cerca de ella una vez más y te quedas sin bicho.

No Love. [Noriel Danger] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora