Capítulo 25.

834 49 42
                                    

Después de escuchar lo que acaba de salir de sus hermosos y deliciosos labios que sabían tan bien, mi cuerpo se tensó al instante y sus ojos se clavaron aún más en mi cuándo retrocedí de golpe, mientras procesaba lo que había dicho.

—¿Qué dices?—pregunté confundida, sentía cómo si todo esto fuera un sueño.

—Estoy enamorado de ti mami, me enamoré de ti —repitió en voz baja sin apartar sus ojos de mi.

—Eso no... Eso no puede ser.

—Yo estaba así también antes de darme cuenta pero mami, sí es así —aseguró acercándose a mi, yo retrocedí de nuevo y negué.

—¿Y me dices esto, ahora? Después de todo...

—Sé que hice mal, me arrepiento demasiado por todo lo que te hice y estoy dispuesto a hacer lo que sea para tenerte de nuevo al lado mío —sus ojos brillaban tanto.

Por un momento creí que trataba de engañarme, pero sus ojos me confirmaban que todo lo que decía era verdad. Sus ojos brillaban y sus labios temblaban demasiado, la manera tan desesperada en que me estaba hablando me ponía a pensar en muchas cosas, en todo lo que pasó.

—Yo no sé que decirte —desvié la mirada y crucé mis brazos—. Es decir, te quería mucho...

—Tú me quieres todavía.

—¿Cómo estás tan seguro de eso? —uní mis cejas y él sonrió.

—La manera en la que estás mirándome ahora mismo y cómo me regresaste el beso que te di.

—Eso no quiere decir que te quiero —tartamudeé.

Dió un paso hacia a mi y me tomó por los hombros haciendo que lo mirara directo a los ojos.

—Tenemos una historia fea pero podemos arreglarla si tú quieres, estoy puesto pa' ti ahora mismo... Y estoy esperando tu respuesta, dime mami, ¿lo intentamos?

—¿Intentar qué? —me reí—. No podemos intentar algo que realmente no tiene si quiera un camino bueno.

—Podemos hacerlo juntos.

—¿Para qué?

—¡Para ser felices los dos! Yo no he sido feliz desde que te perdí, intentaba olvidarte y al contrario, me salía todo mal —decía con tristeza.

—No puedo confiar en ti, Noel.

—Intentalo una vez conmigo, yo te juro por Dios Pauleth que de verdad te necesito a mi lado, tú me encantas.

Negué—. ¿De nuevo estás borracho?

—No, tómame en serio —se quejó—. Te estoy siendo sincero, quiero estar contigo por que ya no puedo más... No quiero ver tus fotos con el pendejo ese, no quiero que nadie más te toque o te bese, yo necesito que tú estés pa' mi nama'.

—¿Qué te tome en serio después de todo? Pero tú si que estás mal, puñeta.

—Ya te pedí perdón por todo, tú me dijiste que te demostrara con hechos lo mucho que te quería y ahora que sé cómo hacerlo no me dejas —sus ojos estaban rojos, conteniendo lágrimas, mientras que en mi garganta había un enorme nudo que me impedía hablarle con sinceridad y corresponderle.

—Es qué yo...

—Salgamos, ahora.

—¿Ahora? ¿Quieres decir, ya? —pregunté confundida y asintió.

—Ya mismo, vamos... Y si no quieres nos quedamos aquí y te demuestro cómo yo puedo quererte.

—¿Con sexo seguramente, no?

No Love. [Noriel Danger] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora