5. Te sales de control, se sale de control

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CONTROL SOLO FERNANDEZ 

Por fin no tengo tanto trabajo, todo ha vuelto a la normalidad. En la semana me escribo como siempre con Cohen, no hemos follado desde el día que dijimos los nombres de nuestros padres. Si le hice sexo oral en el carro y nos besamos por una hora pero nada más de ahí. Me dio miedo, mucho miedo. No puedo dejar que las cosas se salgan de control, porque después pedirá cosas que yo no le puedo dar.

Copacana esta repleto hoy, hay una celebración y el salón esta lleno de personas.

—¿Así que maltrataste los amigos de tu chico?— la voz de Maurice me hace derramar un poco más de salsa de champiñones. Les conté lo que paso el sábado pasado y ahora me juzgan tachándome de mala novia.

—No es mi chico— me defiendo por quinta vez.

—Es tu chico, si follas y hablas cada día con él, aunque lo niegas no dejas de pensar en él y dices que el parece el obsesionado pero todos sabemos que es al revés— salta Tami y todos ríen. Me sonrojo y pienso que tal vez es verdad.

—No los maltraté, el idiota de Marcos pidió mi opinión ¿no?— cambio tema. Pongo los platos en sus designadas bandejas y veo a los mozos entrando y saliendo con premura. Me apoyo de una estación y tomo agua.

—Si pero debes hacerte su amigo si quieres durar con Cohen— les tuve que contar de Cohen, nos oyeron en el baño y prometieron no decirle a Cristal a cambio de saber más de él.

—Mira aunque lo quieras negar terminaras con el chico, es decir vamos— ahora era George quien comentaba.

—Así que mientras la historia te dure, hazte amigos de sus amigos por si acaso—

—Lo haré— asentí, es decir que era lo peor que podría pasar, que me follara a uno de sus amigos.

—Muevan las manos no las bocas, estamos llenos hoy— el grito de Crystal me aturde. Continuamos con nuestras obligaciones hasta las 11:00pm. Hablamos un poco de todo, el cumpleaños de Homero se acercaba, su equipo le partiría un bizcocho y después a celebrar. El hijo de George, Gerorge Jr. super original el nombre , había nacido saludable y yo la menor del grupo con problemas de "amor".

El día siguiente acorde con Cohen de encontrarnos en un local bastante bonito por fuera. Llevaba un vestido negro de tiras, ceñido a mi horrible cuerpo y unos zapatos blancos, mi cabello en una coleta y una cartera de jean para combinar.

Después de agarrarnos a besos nos sentamos en parque.

—¿Como te fue anoche en el trabajo?, te estaba llamando pero seguro estabas ocupada— no respondí. Me quede mirando a los niños embelesada con las madres trabajadoras que perseguía a sus pequeños demonios, odio los niños y si quedara embarazada lo abortaría sin rechistar.

—Sabes sobre el otro día, en el restaurante lamento si fui— comienzo a disculparme por mi comportamiento fuera de lugar.

—Para nada te adoraron, los chicos son solo un poco mas difíciles de roer — se rasca la nuca y se que esta mintiendo. Los chicos me odiaron, ya no es suficiente ser gorda tan bien soy mal hablada, dios mío, que he hecho para merecer esto.

—Pero se acostumbraran, tienen que— dice mientras me mira a los ojos, pone los labios como pico y le doy un pico. Sus ojos azules son claros como el cielo azul que nos cubre.

 No decimos nada, sabemos que no podemos decir mucho.

Caminamos con las manos agarradas por el parque hasta llegar a un lugar grande blanco en una esquina transitoria. WENETH dice en la entrada en luces neon blanco. Despacio entramos, el sonido de agujas siendo clavadas es notorio, el lugar es grande y hermoso. Fotos en blanco y negro pegadas en la pared y las luces blancas iluminan todo el lugar. Una recepcionista tatuada completamente me sonríe, mi piel es virgen a comparación a la de ella.

—¿Que hacemos acá?— pregunto en un susurro.

—Pues debes saber que acá trabajo— suelto nuestras manos y lo miro con cara de asombro. No tiene pinta de saber hacer tatuajes pero tampoco tiene pinta de doctor.

—¿Haces tatuajes?— le pregunto adentrándonos un poco más, hay par de hombres en sentados esperando su turno. Veo a los chicos del restaurante y a Marcos haciendole piercing en la nariz a un chico.

—Soy tatuador, mi madre puso esa misma cara pero no es tan malo lo juro— sonrió un poco y asiento.

—Me dan miedo las agujas Cohen— murmuro por bajito pegando mi espalda a su pecho. Ver tantas agujas me ha comenzado a marear y si me desmayo aquí, juro jamas poner un pie aquí adentro de la vergüenza.

—Pues agarrate de mi siempre, yo no te soltare si te da miedo— susurra poniendo su boca en mi oido. Tiro mi cabeza atrás y me encuentro sus ojos, ojos que parece no dejo de pensar, quiero alejarme de Cohen pero se me esta haciendo un poco más difícil de lo que creía.

—Hola Martina— Steven mira a Cohen con cara de "La trajiste" Cohen no dice nada y yo lo saludo con una sonrisa. Cohen me lleva mucho de alto,  una cabeza, me fijo cuando pasamos por un espejo. Somos tan distintos que trato de no notarlo. 

Me enseña su estación, donde hace tatuajes, donde hace sus tatuajes en zonas privadas. Miro el reloj y es hora de irme pronto, le digo que quiero hablar con sus amigos y él me permite.

—Hola chicos, miren lamento mucho lo del otro día— comienzo, a liso mi vestido.

—Para recompensarlo les invito a cenar en mi casa, el sábado si pueden y quieren, es mi forma de comenzar con otro pie— es lo que me recomendaron. No quiero quedar como una maldita y en la forma que hablaron de la novia de Dario se que deben de estar comiéndome viva por sus grupo de chat.

—Se que no soy un camino en el parque, a veces ni yo misma me soporto pero por favor vengan el sábado— les ruego y es la ultima vez que lo hago si no respondo me largo. Tampoco es que tengo ganas de tener nuevos amigos.

—¿Estoy invitado también?— No me deja responder y me roba varios besos los cuales no me niego, pero paro en seco, espero por la respuesta de los chicos.

Ellos accedieron

—Aceptamos, nos vemos el sábado— Dice Dario con una sonrisa sincera. El es el mas amable y creo que es con el que mejor me voy a llevar sinceramente.

—¿Algo en especifico que quieran comer?— pregunto tomando mi cartera de la estación de Cohen.

—Pasta de camarones es nuestro favorito, si pasa la prueba es todo tuyo Martina— Marcos responde, esta es mi oportunidad de probarles que ese restaurante era una mierda.

—Bien, pues pasta de camarones, a las 6 en mi casa que Cohen los lleve— nos quedamos hablando un poco mas de Weneth, pregunte por el nombre pero nadie sabia mucho de su significado. El dueño no paraba ahí y no daba muchas explicaciones al respecto. Ya a las 4:00pm decidí irme a cambiar para mi trabajo.

Me despedí de todos y Cohen me encamino a mi carro. Sus labios cayeron en los míos y nuestras lenguas pelearon por poder. Me abraza pegando mi cuerpo al suyo y no me suelta, ya a las 4 en Septiembre hace bastante frío.

—¿Porque eres tan perfecta?— me pregunto.

—No lo soy, estoy muy lejos de serlo— le respondo sin elaborar mucho.

—Lo eres para mi— eso seguro se lo dice a todas las chicas con las que folla

—Nos vemos el sábado Cohen— me despido con otro beso, aunque se están volviendo adictivo nunca salgo de mi burbuja de protección. Cohen puede ser el chico más romántico, bonito, sexy, amable y centrado con que haya follado nunca pero jamas perderé el control. 

Martina Kinaw (RSC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora