8.No puedo ir más lejos de aquí

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MEET ME HALFWAY BLACK EYED PEAS 

—¿Me puedo quedar en la cama?— es lo primero que pregunta cuando puede tomar el aliento. Esta acostado boca arriba, mirando el techo, sudado. Su piel pálida y mi luz naranja hacen crear el efecto de que esta bronceado.

Asiento levemente. No quiero, pero debo, es el primer paso para poder avanzar.

—¿Te quedaras en la cama también?— vuelve a preguntar cuando ve mi indecisión de si irme o no, es la primera vez que no lo hacemos rápido, no follamos, pero tampoco hacemos el amor. Todo con Cohen es una aventura, y no estoy segura de querer aventurarme, pero me trae confianza estar con él.

—Es mi cama después de todo— trato de bromear. Busco mis bragas que están tiradas en el piso y me las pongo. Intento dormir pero no puedo pegar ojo al sentir a Cohen a mi lado pero sin tocarnos es una sensación extraña.

—¿Porque llorabas ayer?—me pregunta cuando decido acurrucarme en su pecho. No quiero decirle, no quiero que me mire diferente. Mi padre siempre me dijo que las mujeres eran el sexo débil, y que no había ninguna otra manera de mirarlas.

—No quiero que sepas— susurro muy bajito, me alejo un poco para apagar la luz y quedamos totalmente a oscuras. Por si lloro no me pueda ver.

—¿Alguien te lastimo?— pregunta atrayéndome más a él. Respiro hondo y niego.

—Mi familia es una mierda, y como vengo de ellos soy una mierda. Ellos no creen que tenga el talento suficiente para cocinar y me lo demuestran en cada oportunidad que tienen, aunque no tenga que demostrar nada siento que debo— nunca lo había dicho en voz alta pero ahora que lo digo suena bastante jodido.

—Mi familia es dueña de una fabrica de jugos de naranja— dice, trato de mirarlo pero me enfoco en su corazón. —Siempre hemos sido clase media pobre, pero ahora tenemos mucho dinero, el suficiente para hacer muchas cosas que antes no podíamos— sonríe

—Eso ha causado muchos problemas entre mis hermanos y mis padres, ellos siguen creyendo que somos pobres y mis hermanos, tengo tres Becka, Deacon y Davis, creen que somos millonarios— rueda los ojos.

—Tratan de cambiarlos pero eso nunca pasara porque ellos no quieren cambiar, yo tampoco quiero que ellos cambien son personas maravillosas que han tenido una gran suerte en el negocio de los jugos y un día de estos te llevare a las fabricas y donde se cultivan— baja su cabeza y me mira.

Con esa mirada tan sincera que sin no estuviera jodida hubiera caído rendida a sus pies. Acerca sus labios y sellamos el pacto con un beso, sus labios se mueven firmes sobre mi, los muerde y los chupa. Gimo para que los suelte y él lo hace con una sonrisa en su rostro.

—¿Yo te importo?— pregunto tímidamente enterrando mi cara en su cuello.

—Tu me importas mucho, no eres solo la chica con la que follo eres mucho más que eso Martina y no se como demostrarte que haces que mi corazón lata mucho más fuerte que cualquier otra persona en este mundo— se sincera, aunque no me guste oírlo hace que mi estomago de vueltas.

—No sabes nada de mi— sigo susurrando.

—Porque no me permites, yo estoy en la mitad de este camino, esperare que llegues a la mitad para que caminemos juntos yo no te obligare a quererme Martina—

—Tu y yo no podemos ser— niego con la cabeza. Estoy jodida, lo voy a cagar, lo voy a lastimar, él no merece cargar con esto. Y se que en parte Paulo tiene la culpa de que hoy no pueda estar con este maravilloso chico.

—Danos una oportunidad por favor, se que podemos llegar a ser los mejores amantes, amigos, confidentes yo te puedo ayudar y tu me puedes ayudar— insiste, tal vez si le doy una oportunidad al amor...

—Tu no tienes problemas— digo al aire, ¿que problemas podría tener este chico tan feliz?

—¿Porque asumes eso?— pregunta con el ceño fruncido

—Dame tiempo— cambio el tema.

—Ya te dije que esperare por ti hasta que estes lista a caminar, yo no puedo ir mas lejos de aquí— hasta que se canse, todo el mundo se cansa de esperar y estoy tranquila con eso. No puedo retenerlo por siempre. Tres meses y dos semanas es lo que he estado con este chico, y no siento nada más que mucho aprecio y cariño por él. Tal vez deba decírselo para que no creo que siento algo que hace mucho no puedo sentir.

Estoy fría, muerta por dentro. Lo abrazo hasta el amanecer, él duerme plácidamente pero yo no cierro los ojos por miedo de que todo esto sea un sueño, y que nuestra conversación no sea real y de que este sintiendo más cosas de las que debería sentir. 

Martina Kinaw (RSC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora