7.Creo que hay un defecto en mi código

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GASOLINE HASLEY

Faltan exactamente dos horas para que lleguen y todavía no te has bañado— la voz de Priya me recuerda que no me he maquillado. Cohen no me hablo hoy solo para confirmar que si quería a los chicos aquí hoy. Después de mi escenita de ayer tenia que disculparme, no reacciono así, soy una persona madura en lo que cabe de la palabra y una persona cariñosa aunque no me gusta que en ese estado me digan que le importo porque no le creo ni a mi madre cuando me lo dice.

—Cohen me debe odiar— digo mientras busco ropa en mi closet. Priya se pinta las uñas en mi cama. Cuando me levante solo podía pensar en él

—Yo te odiaría si me dices que me vaya cuando te acabo de decir que me gustas mucho y que me importas— Sopla sus uñas.

—Gracias Priya— agradezco sarcástica.

—Yo soy gorda, él es hermoso, estoy jodida, familia tóxica, problemas para relacionarme con los hombres, tengo un trauma sin resolver con un ex—respiro hondo —Él tiene una familia perfecta no hay oportunidad—repito

—Y aun así le estas haciendo cena a sus amigos— trago duro es verdad.

—Ves, quieres que haya una oportunidad muy en el fondo— tal vez, en un futuro muy, muy lejano se lo cuente a los hijos de Priya sobre lo maravilloso que fue salir con Cohen o tal vez se lo contemos juntos no lo se, pero nunca busco cosas a largo tiempo, no tiene sentido.

—No te folles a ningún amigo por favor— le recuerdo, saco un vestido largo azul cielo y unas botas blancas, pongo la mesa del comedor todo verde, se que es el color favorito de Cohen me lo dijo Marcos en uno de nuestros encuentros. Hago el ambiente cómodo para todos, pongo dos mesas de quesos, y unos vinos de emergencias que no me tome ayer por casualidad.

La comida estaba casi lista. Le había dicho a Dorian que trajera a su novia, después de todo lo que dijeron quería conocerla, si estaba loca quería juzgarlo. Cohen me había enviado un playlist de música que les gustaba y la había puesto la casa olía a pasta.

—Ya llegaron, por favor actúa normal y si me ves actuando raro dame un golpe— digo mientras con una copa de vino voy abrir la puerta.

—Buenas noches, bienvenidos— todos me saludan con dos besos. Cohen me saluda también pero estamos tensos, y no lo niego me incomoda que estemos así.

—Martina esta es Rachel, mi novia— una rubia pomposa se para frente de mi. Lleva una blusa roja y unos jeans negros, es baja estatura así que debo mirar un poco abajo y una sonrisa en su cara me hace realmente preguntarme si es maniaca. Lleva muchos collares en el cuello y mucho maquillaje rojo en la cara.

—Hola, he oido hablar mucho sobre ti— dice Rachel mirando mi apartamento sonriendo. Lo mira con fascinación, es normal. Esta bastante cerca del centro, es grande, bien decorado moderno y cuesta un riñón.

—Igual yo— dice, a lo que la miro sorprendida su voz es un tanto aguda pero soportable.

—¿Enserio?— pregunto, ella mira a Dorian y sonríe un poco más pero no responde.

La noche es increíble. Los chicos hablan de muchas cosas y los puedo conocer un poco mas. Conozco de donde son y sus aspiraciones, si tienen hijos, o familia. Sabia desde un principio que con quien mas simpatizaría seria Dorian. En la sala se posicionaron cómodamente. Tengo un sofá en forma de L, y dos sillones al lado de la televisión, temía tener que recurrir a ella si las cosas se tornaban aburridas pero no hizo falta.

Cohen a mi lado trata siempre de agarrar mi mano y besarla a lo que yo con gusto me dejo. Quiero que volvamos a nuestra dinámica de antes. Esos pequeños detallitos son solo algunos de las muchas cosas que hacen Cohen, Cohen Ramos. Veo lo lindo que Dorian trata a Rachel, son sin duda la pareja perfecta y me hace pensar como nos vemos Cohen y yo.

—Si tienen hambre me dejan saber, la pasta esta lista— les aviso cuando el tema a bajado la intensidad.

—Pensé que los quesos era la comida— el comentario de Steven hace que todos nos riamos. Priya también cayo en gracia aunque no se que no le gusto ninguno de los dos chicos, ellos quedaron fascinados con ella por lo que puedo notar.

—¿Necesitas ayuda sirviendo la pasta?— me pregunta Cohen levantándose conmigo y caminando a la cocina detrás.

—No gracias— respondo sirviendo en el bowl, no me toca, lo que es raro y lo extraño pero no digo nada. Todo por la escenita de ayer, quisiera poder ser normal, expresarme de una manera normal pero creo que hay un defecto en mi código de fabricación, eso debe ser.

En la mesa los chicos no dicen nada, Marcos no de tiempo a respirar de lo rápido que come, yo a penas toco bocado. Si cocino no como, es algo normal para las personas que cocinan. Cohen tiene mi mano agarrado por debajo de la mesa mientras todos alaban mi comida. Todos hablan de lo rica que esta la pasta, de lo asombrosa que esta y si deseo en un futuro poner un restaurante.

—Deberías poner un restaurante— la voz chillona de Rachel me hace mirar arriba, aprieto la mano de Cohen y sonrió reprimiendo una risa

—No lo había pensado— digo. Miro a Marcos que mira a Cohen.

—Eres una increíble Chef— se acerca a mi y me da un beso. Lo miro a sus ojos azules, esta es la primera vez en la noche que me besa, en la mesa, con sus amigos y mi amiga.

—Muchas gracias— susurro.

—Te podemos contratar para nuestra boda— salta Rachel sirviendose un poco más. En a mesa hay pan, ensalada y un poco de

—¿Boda?— pregunta Cohen tosiendo un poco.

—Si, muy probablemente nos casaremos pronto— dice ella como si nada.

Dorian mira a los chicos con cara asesina y la pobre Rachel en su mundo de fantasía. Priya no puede evitar una carcajada tan alta que llama la atención de todos pero la tapa mirando su teléfono.

—Si tu crees— responde Steven.

De postre hice un cheesecake de oreo, el favorito de Cohen. Lo deduje por cada vez que salimos es lo único que pide. Cuando lo puse en la mesa no pude evitar ver su cara de felicidad. Me siento en sus piernas mientras comemos del mismo postre turnándonos las mordidas y dándonos miradas de complicidad, tengo miedo de pesar mucho para él aunque no diga nada.

—Gracias por esta cena, no tenias que hemos conocido chicas que nos han dado peores impresión y no las tratan de cambiar— Steve mira directamente a Rachel y aunque ella lo mira no quita la mirada.

—Deja de hablar de mi novia— dice Dorian dandole en la nuca.

—Muchas gracias, ame tu decoración, super minimalista y la comida estaba riquísima— Marcos me da un abrazo y dos veces.

—Un placer tenerles aquí, espero que esto se pueda repetir—

—Cohen, Martina esta aprobada— Dice Steven, y Marcos aprueba con dos pulgares detrás de él y Dorian con un porque con la otra mano agarra el resto del cheescake de oreo que sobró. Les sonrío y  me despido otra vez.

Quito la música, las decoraciones, los platos. Con ayuda de cohen limpio la sala y el comedor y dejo los platos en el lavado, lo haré en la mañana porque estoy super deseosa de estar con Cohen no tengo cabeza para eso ahora mismo.

Cuando ponemos el último plato, tomo su mano y lo arrastro a mi habitación.

—Tenemos que hablar— no lo dejo terminar me tiro a él, no quiero oír palabras, quiero que nuestros cuerpos hablan esta noche. Aunque lo niegue Cohen se esta metiendo bajo mi piel, ¿pero podrá aguantar tanta locura como la mía?

Martina Kinaw (RSC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora