chapter four

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                 UNA MAÑANA SOLEADA Y CON el cielo despejado, los pájaros cantaban. Y cierta pelirosa, esperaba impaciente a qué el tren que esperaba apareciera, se había despertado temprano para salir de Anteiku, y caminar hacia la estación de trenes.

No paso mucho más para que el tren parara y la ojiazul subiera, la gente subía con prisa a su alrededor, algunos iban a sus empleos mientras que otros a clases. Sin embargo Azami no iría a ninguna de esas dos opciones. Gracias a su empleo de días enteros y aveces sin días de descanso, Yoshimura decidió darle un par de días para descansar.

Y había planeado visitar a su madre, había conseguido la dirección gracias a Angie, pero aún seguía indecisa si era buena idea  o simplemente no buscarla más, con nerviosismo se dirigía a el Distrito 10.

Espero varios minutos, y tras varias paradas donde el tren se desocupo un poco; logro llegar a su destino.

Camino por horas, ya que al no conocer a su alrededor le era difícil saber cuál era la dirección, finalmente llegó a un gran edificio de departamentos, se quedó frente de la puerta por varios minutos, cuando estaba a punto de tocar las voces de una niña y una mujer mayor la interrumpieron, causando que la pelirosa se ocultara para no ser vista.

Tan pronto como vio a la mujer; sus ojos se cristalizaron, era su madre con una niña de aproximadamente tres años, ambas con una sonrisa entraron al departamento.

Azami se dejó caer al suelo, su madre había hecho una nueva vida y aunque algunos no lo creyeran le dolía. La puerta del mismo departamento se escuchó abrirse, Kaori logro observar a la chica la cuál se encontraba con la cabeza gacha.

La castaña le tiro en frente suyo unas cuantas monedas.

— Ahí tienes algo de dinero, pero por favor lárgate de este lugar, no quiero a indigentes fuera de mi casa. — dijo con repulsión y un poco de asco.

Azami levanto la cabeza cuando la castaña se fue, no era una necesitada y jamás lo sería, tomo aquellas monedas y las dejo fuera del departamento para tocar el timbre y huir del lugar con algunas lágrimas en los ojos.

🌻

La pelirroja tardo varias horas más en volver a Anteiku, se pasó todo el día perdida en el Distrito 10, no lo conocía del todo y le era difícil encontrar la estación de trenes.

Cuando entro a Anteiku lo primero que escucho fueron ruidos provenientes del interior del lugar. Eran suaves los ruidos pero decidió quedarse pera ver si alguien salía de ahí.

Ella se acercó a la primera mesa; cerca de el ventanal, y se sentó en una silla esperando a la persona que se encontraba en el interior, no paso mucho para que cierto azabache saliera de ahí y sin prestar mucha atención a su al rededor, no vio a la pelirosa.

— ¿Que haces aquí? — pregunto causando un pequeño brinco de susto por parte del azabache.

— Y-Yo.... — el azabache iba a continuar pero fue interrumpido por un pequeño ruidito de el ventanal que se encontraba en la parte trasera de la pelirosa.

Ambos miraron de dónde provenía el ruido pero el azabache fue el que se acercó, abrio con cuidado para encontrarse con una carta y una rosa roja, la tomo entre sus manos.

— ¿Acaso no te advertimos, que no te acercarlas a Tsukiyama? — el pelinegro miro a la pelirosa, la cuál se allaba cruzada de brazos y lo miraba mal.

Kaneki sin decir nada dirigió de nuevo su mirada a la carta, la cuál abrió y comenzó a leer las palabras escritas por el pelimorado.

𝐋𝐈𝐀𝐑 ; Tokyo Ghoul (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora