"Una pequeñatragedia se puede transformaren una oportunidad de divertirse"
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—¿Qué mierda pasó aquí? —Preguntó Matt despegando la vista de su consola al entrar a la habitación de Linda, la cual estaba hecha un desastre.
En el centro de la habitación había una gran montaña de algodón que era solo un poco más baja que él, mientras que por los alrededores se encontraban tirados trozos de telas de colores destrozadas.
—Unas niñas rompieron todos mis peluches. —Explicó la chica sentada frente a la gigante montaña de algodón.
—Que hijas de puta. —Gruñó Matt llendo a sentarse junto a Linda con el ceño fruncido.
—No es para tanto, son solo peluches. —Respondió ella dedicándole una dulce sonrisa.
Ambos se quedaron en silencio por un minuto hasta que la puerta volvió a abrirse revelando a un rubio que comía chocolate con calma hasta que vio el desastre del lugar.
—¿Estuvo nevando aquí o que? —Preguntó alzando una ceja.
—Unas niñas rompieron todos mis peluches. —Repitió Linda usando la misma respuesta que con Matt.
Mello se quedó quieto en su lugar mirando fijamente a la chica que rápidamente se incomodó.
—¿Quiénes fueron? —Preguntó finalmente apretando los puños con rabia.
—No hagas nada estúpido. —Pidió ella poniéndose de pie.
Conocía a su amigo a la perfección, por lo que era consiente de lo impulsivo y agresivo que podía llegar a ser en ocasiones, sobre todo cuando se metían con alguno de sus seres queridos.
—No lo haré, solo quiero enseñarles a respetar a mi amiga. —Sonrió con la mayor inocencia que pudo fingir, (que no era mucha a decir verdad).
—Mejor ven a sentarte con nosotros. —Matt y Linda lo jalaron a la vez, haciéndolo caer de cara en el montón de algodón.
Pasó tan solo un segundo para que Mello se asomara de entre el algodón escupiendo pequeños trozos blancos que habían entrado en su boca.
Iba a reclamar, pero la puerta volvió a ser abierta dejando ver a un distraído Beyónd que comía de un tarro de mermelada.
—Esto parece una escena del crimen. —Mencionó esto al ver a Mello con una cara que denotaba que quería matar a Linda y Matt.
—Unas niñas rompieron todos mis peluches. —Explicó Linda por tercera vez ya con cansancio.
—¿Linda, haz visto a Mel- ¿Qué pasó aquí? —Near entró por la puerta abierta deteniendo su frase al ver el desastre.
—¿Qué acaso todos se pusieron de acuerdo para venir a mi cuarto? —Preguntó Linda en un susurro cruzándose de brazos.
—Unas niñas rompieron todos sus peluches. —Respondieron Matt, Mello y Beyónd al mismo tiempo.
—¿Tantos peluches tenía? —Preguntó Near asombrado.
—¡Váyanse de mi cuarto! —Gritó Linda molesta lanzándoles puñados de algodón.
—Bieeeeeen. —Suspiró Mello. —Pero antes. —Se puso de pie y tomó el brazo de Near al cual jaló en su dirección haciendo que este cayera a su lado enterrándose en el algodón.
—¡Oye! —Se quejó este saliendo con la cabeza más blanca de lo normal.
—¡Jajajajajaja! —Se hecharon a reír Matt y Mello chocando las manos.
—Ahora si que pareces una oveja. —Comentó Mello entre risas.
—¡Tonto! —Gritó el más bajo lanzándose sobre Mello derribandolo en el proceso.
Ambos cayeron al piso entre risas y suave algodón que amortiguó su caída.
—¡Maldita pelusa! —Gritó Mello dándose la vuelta para quitarse al chico de encima dejándolo abajo de su cuerpo donde comenzó a hacerle cosquillas.
—Jajajaja... ya perdón, perdón. —Decía Near entre pequeñas risas que sorprendieron a Matt, Linda y Beyón que nunca lo habían escuchado reír.
Mientras que Mello solo sonrió ampliamente al escuchar ese sonido que tanto le encantaba proveniente de su novio.
—Que cursis. —Dijo Beyónd fingiendo muecas de asco.
—¡Mgh! —Gruñó Mello al escucharlo dejando de "torturar" al más bajo para tomar una gran bola de algodón que lanzó en dirección al peli-negro.
—¡NOOOOOOOOO! —Gritó Matt interponiendose entre Beyón y el disparo de algodón.
Al recibir el impacto se tiró de forma dramática al piso comenzando a toser.
—¡NO, MAAAAAAATT! —Gritó Beyón siguiéndole el juego. —Me salvaste la vida. —Se limpio una lágrima imaginaria mientras se arrodillaba junto a Matt.
—¿Matt, que he hecho? —Se preguntó Mello uniéndose al teatro.
—Por favor Matt, no me dejes. —Lloriqueó Beyond arrodillandose junto al menor, quien se retorcía como si estuviera sufriendo un gran dolor.
—Veo la luz. —Susurró Matt estirando la mano al techo.
—Es un foco. —Dijo Near cortando el ambiente.
—No seas aguafiestas. —Se quejó Matt mirándolo con fastidio.
—Pero si es un foco.
—¡Melloooooooo! —Se quejó Matt. —Dile algo a tu novio.
—A mi no me metas. —Respondió el rubio mientras acariciaba el pelo de Near con cariño.
—Traidor. —Le sacó el dedo de en medio.
—Jódete. —Le Debolvió el gesto.
—La verdad esto está cómodo. —Bostezó Beyond acomodándose en el algodón.
—Quítate. —Le dijo Near al notar que ocupaba todo el espacio, dándole pequeños empujones.
—Quítame. —Respondió lanzando al techo pequeños trocitos de algodón que terminaron por caerle a Near en la cara, como si fueran copos de nieve.
—Awwwww ¡Que lindos! —Chilló Linda, emocionada al ver a sus amigos tan felices, jugando como si de niños pequeños se trataran.
Esa tarde tan simple el grupo de amigos solo se dedicó a jugar como adolescentes normales que vivían para hacer estupideces y no para suceder a uno de los mejores detectives del mundo.
En ese momento se olvidaron de todo eso.
Y al día siguiente, unas niñas encontrarían horrorizadas todas sus cosas rotas, cortesía de Matt y Mello.
