CAPÍTULO 1 - Pasado y Presente

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(Pasado)

La mañana tenía una vibra muy extraña. El frío se apoderaba de la habitación, se sentía vivificante.

Despierto, a causa de algunas goteras que hacían ruido, la voz de mi madre resonaba fuera de mi habitación, tenía un dolor de cabeza horrible y los ojos no los podía ni abrir, los sucesos de ayer seguían atormentando mi mente, trayendo una y otra vez la expresión de dolor que tenía mi pareja, su tacto, y su última mirada, sus últimas palabras...

Cerré los ojos con fuerza, ya estaban cerrados, no sé qué quería lograr y ahogué un suspiro, creí volver a escuchar ese débil Te amo que marcó aún más mi vida. Me levanté, me llené del poco valor que tenía y abrí la puerta, y pude ver a mi madre esperando por mí, ví en ella cierta preocupación, tenía la esperanza de que su ceño medio fruncido y el brillo de sus ojos fuera preocupación por mí, por lo mal que estoy.

- Caleb las autoridades te buscan. - me dijo alterada y con los brazos cruzados sobre su pecho. - Anda, prepárate y ve con ellos, luego quiero explicaciones. - dijo en ese tono que suele usar cada vez que me habla.

Me di la vuelta y escuché sus pasos alejarse, no podía creer que llegue a pensar que mi madre se preocupara por mí, obviamente me vio en este estado y no se preocupó, bueno igual no me convenía que se quisiera preocupar por mí ahora, de todas maneras no le iba a decir que me pasaba. Y era mi madre.

Ví mi cara en un pequeño espejo que tenía en mi habitación y solo noté lo mal que me veía, mis ojos hinchados y rojos eran lo que más se notaba de toda mi cara. Bajé luego de unos minutos y en cada escalera que pisaba se aumentaba el latido de mi corazón, era la primera vez que sentía esto, como temor, pero no tenía porque afectarme, no había hecho nada malo. Era lo que repetía en mis pensamientos, no hiciste nada malo.

- Hermano ¿Está todo bien? - me dijo Nahia al final de las escaleras, mientras abrazaba su cuaderno porque era lo único que tenía al lado con que calmarse.

- Está todo bien hermanita, no te preocupes, cuando vuelva te explicaré.- le dije con una leve sonrisa y un abrazo fuerte. Sabía que eso no la iba a calmar.

Las autoridades me esperaban cerca de la patrulla negra, dos hombres de altura promedio, músculos de test blanca y ojos negros y sus cejas fruncidas como si estuvieran enojados, ellos vestían lo usual de un policía, un abrigo negro, zapatos de cuero, pantalones negros y una camisa blanca, todo negro.

- ¿Caleb Ryder?

- ¿Si?

- Necesitamos que nos acompañe a la estación. - dijo uno de ellos mientras me sujetó del brazo y me internó a la patrulla.

Me acomodé en el asiento y vi por el vídrio a mi hermanita que sostenía la mano de mi madre, ambas estaban en la puerta de mi casa, podía ver en sus ojitos de Nahia el brillo de la preocupación, se notaba que estaba aterrada de verme en una patrulla de policías, mientras que mi madre no expresaba nada.

El auto avanzó y así deje de ver a mi madre y mi hermana para ver las casas del pueblo a la velocidad que iba el auto. Les había dicho que me gustaba el ambiente nuboso y frío, pues ese día no me gustaba. Era como si sintiera que me atormentaba a mí, a medida que íbamos camino a la ciudad podía sentir cada vez más como el frío se concentra en el ambiente, sentía como si un fantasma estuviera ahí a mi lado, la respiración se me dificultaba, quería salir y agarrar aire lo más pronto posible.

Los oficiales hablaban entre ellos pero no les prestaba atención, sus voces eran molestas, sólo veía a través del vídrio. De un momento a otro habían personas en las calles que me veían como ayer, era una mirada que habla por si sola, como si te juzgarán...

Caer Al Vacío                        [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora