Caer Al Vacío [EN PROCESO]

CAPÍTULO 6 - Nuevo Trabajo

CAPÍTULO 6

(Jerry y Alfredo)

La misma mañana en que Fabiola y sus hijos estaban poniendo todo en orden en la casa, limpiaban, acomodaban, daban vida a el hogar que tenían, Alfredo salió después de despedirse de ellos, Jerry lo esperaba en su fino y comodo auto, Alfredo lo saludó con un apretón de manos después de que entró en el auto y comenzaron su viaje al centro del pueblo, donde estaba ubicado el nuevo trabajo que Jerry le había conseguido a Alfredo.

Aunque Jerry se propuso hacer algunas paradas para mostrarle el lugar a su amigo antes de llevarlo a su trabajo. Así que empezó con varias paradas en algunos automercados, tiendas de ropa, tiendas de videojuegos, bares de mejor catégoria y prestigio, y así estuvieron por unos minutos.

- Alfredo está es la gran venta invernal.- Jerry le señala a Alfredo el lugar a su derecha. Mientras estaban sentados en finos y cómodos asientos. - Las personas antes de navidad venden algunas pertenencias para comprar objetos de decoraciones.

-Ya veo. - exaltó Alfredo con una mano fuera de la ventana del auto gris de Jerry mientras éste hablaba.

- Te digo por si quieres vender cosas que pienses que ya no tengas que utilizar. - sugiere.

- Sí, creo que lo pensaré al llegar a casa. - agarra un tabaco de dónde los ponía Jerry cerca de la radio. - Éste día acaba de comenzar.

- Tranquilo. - Jerry agita un poco su tabaco en el un plato pequeño para depositar la pólvorosa ceniza del tabaco. - Ya estamos por llegar. - dirige su tabaco de vuelta a su boca para calar de él y luego expulsar humo.

- Eso espero. - se queja. - Ya hemos recorrido 15 minutos, casi todo el pueblo. - tanto él como Jerry vestían un chaleco de gamuza negro encima de una camisa blanca y corbata negra, pantalones anchos semi-acampanados y arrugados grises.

A medida que se dirigían al nuevo trabajo de Alfredo, Jerry le señalaba cada lugar con su respectivo nombre que tal vez le importaría a él. Después de todo Alfredo era nuevo en el pueblo no estaba demás que conociera un poco por donde estaban paseando. Se detuvieron por un semáforo ovalado conectado a un poste negro, arriba marcaba rojo, indicando que se detuvieran.

Una señora que tenía un sombrero de tela y un vestido suelto amarillo y su hija pequeña que vestía casi igual pero a diferencia de su madre, la pequeña llevaba tenis blancos y si madre tacones de punta rojos. Ellas estaban paradas en el poste riendo y felices, cruzaron la calle al ver el carro de Jerry y otros detenerse. Caminaban encima de rayas blancas sobre el asfalto.

Después de ver unos cuantos edificios grandes con colores diferentes y personas dirigiéndose a sus trabajos o simplemente salieron a caminar por las calles, Jerry y Alfredo llegaron a su destino. El edificio era grande hecho de ladrillos, era gris, con muchas ventanas cuadradas y era de 5 pisos.

- Woow, no está nada mal. - dice Alfredo.

- No si estamos buscando una oficina elegante en la cuál trabajar. - bromea Jerry.

Jerry estaciona su auto en frente del edificio justo al lado de otros autos antiguos negros. Se bajan para luego subir algunas escaleras en medio de algunos arbustos con flores blancas y abrir una puerta de madera negra. Ya dentro pasan por la recepción principal para subir.

- ¡Oigan! - grita una recepcionista de test negra con lentes blancos que vestía elegante y sus labios se veian llamativos por lo rojos que están. - ¿A dónde van?

- Oh. - Jerry se detiene y se acerca a ella, Alfredo le sigue. - Disculpa, soy socio del jefe Luis Hernández.

- ¿Y qué necesita? - pregunta irritante la recepcionista mientras expresa una mirada cansada.