¡Especial mes del orgullo LGBT!🌈

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(Londres, 28 de junio de 1977)

— ¡Hola mi amor! — veo su gran sonrisa hermosa dibujada en su rostro que me seduce una y otra vez. Su voz grave me encanta, no me cansaré de escucharlo cada vez que me hable.

Camina hacia mí y yo hacía él.

— ¡Hola! — le doy un abrazo envolviendolo en mis brazos demostrándole mi alegría de verlo de nuevo y él me envuelve con los suyos dándome calor. Mis brazos eran más delgados que los suyos, los de él eran más definidos y fuertes.

— ¿Cómo estás cariño? — me pregunta sosteniendo mi rostro con sus manos frías, no esperó mi respuesta para acortar el espacio que quedaba entre nosotros y unir nuestros labios en un beso que me aviva la vida cada vez que sus labios toman posición de los míos ocasionan hormigueos en mi cuerpo y cosquillas en mi estómago. Admito que sus labios eran muy excitantes y al besarlo me sentía tan bien.

Estábamos detrás de una calle dónde no había nadie. Casi siempre ésta calle es tranquila y sola, las personas no transitan mucho por aquí, ya que es detrás de un callejón a donde ni los rebeldes se atraven a venir, es la parte trasera del edificio donde tampoco habitan muchas personas, la calle en general es muy sola y nadie sabe el porqué, simplemente todo en ese lugar es alejado.

La lluvia apenas nos podía tocar gracias al techo del gran edificio que estaba sobre nosotros.

— Muy bien ¿Y tú? — contesté a su pregunta cuando nos separamos, lo miro con admiración. Pueden pasar muchos días y lo seguiré viendo cómo si fuese la primera vez que lo conocí. Tenía que alzar mi mirada ya que era más alto que yo.

— Bien. — responde. Sonríe con labios cerrados haciendo que sus hoyuelos se formen. Sus facciones lo hacían ver tan sexy con sus ojos verdes claro y labios carnosos rojos y su cabello castaño claro ¿Cómo podía ser tan atractivo y sexy?

Nos miramos por un momento, yo admirando esos ojos verdes que tanto me encantan, y él no sé qué ve en mí pero que sonríe me atrae aún más, me vuelve a besar aún sosteniendo mi rostro pálido con mi cabello negro caído en mi frente.

Ésta vez nos besamos por unos segundos. Nuestros labios se mojaron y nuestras lenguas se entrelazaban tan graciosamente. Disfrutaba de sentir el calor de su lengua contra la mía y sus labios carnosos entre los míos.

Luego ese sentimiento invadió mi mente, destruyendo mi momento con él, la imagen de mis padres llegua a mí, sus caras de decepción y reproche me espantan.

Dejo de besarlo por el miedo en que alguien nos esté viendo, si alguien nos ve puede hacerse cargo de que todo el pueblo lo sepa y papá me matará, estoy seguro de que me matará a golpes si se entera.

— Ya. — me separo un poco de él. — Alguien puede venir. — musito. Y escruto la esquina de la pared del edificio de la calle para observar si alguien venía.

— Ash. — él queja con un jadeo. — No vendrá nadie. — mira por un momento atrás y regresa su mirada hacia mí e intenta besarme de nuevo.

Yo alejo mi cara.

— Izan, detente. — ordeno.

— Caleb, no puedes hacerme esto. — exige. — ¿Tenemos días sin vernos y quieres que no te siga besando? ¿Es en serio?

Tiene razón, pero no quería que nadie nos viera.

— Lo sé amor. Sólo tengo miedo de que alguien nos vea. — explico con mi voz aguda. — No sigas, por favor. — suplico.

— La gente murmurará de igual manera, déjalos. — susurró. Por una parte tenía razón. Se acerca a mí y me sujeta de mi cintura con un brazo y el otro acercando mi rostro al suyo.

Caer Al Vacío                        [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora