Caer Al Vacío [EN PROCESO]

CAPÍTULO 9 - Cigarrillos y Malteadas

(Bruno)

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En el pueblo, ya eran conocidas las rutinas de los habitantes, y todos en sus rutinas diarias eran lo que se encargaban de mantener el pueblo con ese aire de vida que lo caracteriza, mas se preguntarán ¿Dónde estará Bruno?

Pues la respuesta es obvia. No se quedaría por mucho tiempo encerrado en las paredes de casa, eso no lo haría ni aún porque se mudaran mil veces, en cada sitio llegaría a crear un circulo de conocidos y así tener una vida ocupada fuera de casa.

Mientras que sus hermanos y su madre estaban en su nuevo hogar y su padre estaba en busca de un trabajo y en comprar un auto, él estaba caminando por las calles del pueblo Wilson, iba sin rumbo a algún lugar, solo observaba a todos lados recordando cada lugar por donde iba pasando.

Esperaba conseguir a chicos cómo él, o mejor dicho, chicos como los que él ya estaba acostumbrado a tratar y familiarizarse, fumando cigarrillos en callejones y también chicas acompañándolos.

Bruno más que todo quería hacer amistades en su mayoría femeninas, para luego hacerse novio de alguna chica que le pareciese linda.

Con sus lentes de sol, su camiseta negra sin mangas se encargaba de mostrar sus brazos formados, sus cejas fruncidas y ceño tenso le hacia ver su cara de malo y un caminar elegante, de esas formas de caminar que son más altivas y odiosas que alguna otra cosa, sería fácil conseguir chicas, la gran mayoría mueren por caer en las redes de los chicos malos, o éso pensaba él.

Se adentró un poco al pueblo. Tenía unos cuantos minutos caminando, tomaba su tiempo para ver todos los detalles a su alrededor, no de una forma analítica sino curiosa.

A Bruno le gusta leer a las personas vulnerable por sus gestos y expresiones corporales y así saber en que punto puede atacar a las personas que piensen en ser mejor o simplemente se quieran creer más listos que él. Bruno había heredado eso de su padre, Alfredo era igual en su adolescencia, y ambos usaban esa manía para joderle la vida a cualquiera.

Habían chicas lindas entrando y saliendo de tiendas, con sus vestimentas casuales, pantalones de mezclilla anchos de corte alto a la cintura, algunas con shorts, otras con faldas, todas con maquillajes sencillos que las hacían ver tiernas o eso era lo que ellas querían lograr, pero ésas no eran de su tipo.

El quería encontrar una chica por un callejón que le pareciera mala como él, de esas a las que él ya estaba acostumbrado, una chica como esas que fingen ser malas por usar chaquetas de cuero negro y shorts ajustados de jeans, esas que creen ser malas por subir en las motos de los hombros y bailar hasta el amanecer en las fiestas, niñas de casa que juegan a ser rebeldes y son fáciles de dominar y manejar a su antojo, no necesariamente quería que fuera una drogadicta, porque a él no le va eso, esas chicas que se drogan no entran en su perfil de gustos ya que le es suficiente con ser él quien consuma esa mierda, como él mismo suele pensar cada vez que cae en la tentación de drogarse, pero sí una chica con cierta picardía.

Después de que él pasará unas cuántas cuadras mirando a fondo cada callejón, pudo encontrarse a un grupo de chicos y chicas al final de uno de los callejones más alejados de las tiendas y las casas, donde casi no circulan carros por esas calles y es más solo que habitado, y como todo callejón un poco sucio y con aspecto deplorable.

Se detuvo y caminó hacia dentro de dicho callejón, habían 3 chicos y 2 chicas.

-¿Qué tal? - Bruno se acercó a ellos con determinación, esperaba agradarles y estar ahí con ellos. Socializar nunca fue tarea difícil y sus encantos los pondría en practica con las chicas de ser necesario.